El azafrán tiene excelentes propiedades conocidas desde etapas ancestrales. Su conocimiento para la gastronomía y la medicina remonta a más de 2.000 años a.C. Algunas investigaciones han demostrado in vivo e in vitro que la crocetina (componente del azafrán) tiene propiedades anti-tumorales en el cerebro (gliobastomas). Las propiedades curativas del azafrán cuentan con una larga tradición histórica como fármaco en Europa. Se utilizaba para el asma, los resfriados, los desórdenes hepáticos, la vista, artrosis y hasta problemas de la piel.