Cómo congelar la sopa y el caldo

A veces los quehaceres cotidianos y las jornadas laborales no nos dejan suficiente tiempo para cocinar, por ello te enseñamos cómo congelar tus caldos y sopas para que siempre tengas un plato reconfortante a mano

Caldo o sopa congelado / Canva
Caldo o sopa congelado / Canva

Cuando pensamos en congelar alimentos, a veces nos asaltan dudas. ¿Podemos meter la comida en el congelador directamente? ¿Dejamos enfriar a temperatura ambiente o es malo? ¿Este recipiente es el correcto? Por eso en este artículo te enseñamos cuál es la manera correcta de congelar sopas y caldos para que mantengan el sabor del primer día.

Una sopa o un caldo no es difícil de hacer, y menos con nuestras recetas como la de caldo de verduras, porrusalda o sopa de coliflor especiada, pero sí que es una elaboración requiere algo de tiempo. 

Lo que tienes que saber antes de congelar

Lo primero que debes saber es que no se puede colocar la sopa en el congelador directamente. Ni la sopa ni ningún alimento recién cocinado, ya que esto afectaría tanto a la calidad de la elaboración como a la seguridad del resto de los alimentos del congelador. En cuanto a la calidad, cambiaría la textura y alteraría parte de sus propiedades. Y respecto a la seguridad, meter comida caliente subiría la temperatura de los otros alimentos que podrían descongelarse parcialmente y suponer un riesgo alimentario.

Enfriar el caldo en la neveraCanva
Olla de sopa / Canva

Como información orientativa a la hora de congelar por raciones, ten en cuenta que por persona pertocarían unos 250 mililitros aproximadamente y para hacer un guiso se necesita más o menos medio litro de caldo. Además, cuanto más pequeñas sean las porciones, más fácil y rápidamente se congelarán, descongelarán y se recalentarán. 

Cómo congelar la sopa y el caldo

Una vez que la sopa o caldo recién hecho se haya refigerado verás que se ha formado una capa de grasa. Debes retirar esta capa que se habrá creado en la parte superior de la sopa y desecharla. Ahora sí, el plato ya está listo para pasar del frigorífico al congelador.

Llena el recipiente que vayas a usar, preferiblemente un táper hermético apto para congelar, que en la parte trasera tendrá un símbolo de un copo de nieve, y hazlo solo hasta la mitad. Esto se hará así porque el volumen de los líquidos suele crecer entre un cuarto y la mitad al congelarse, por lo tanto, si llenas el táper por completo, cuando el volumen de la sopa aumente el espacio del recipiente no bastará.

Caldo y sopa congelada en el congelador / Canva
Sopa congelada en el congelador / Canva

Después de elegir el continente correcto, congela la sopa en el congelador hasta que se transforme en un bloque. Si piensas que te vendría bien poder seguir usando ese táper o simplemente crees que te ocupa demasiado espacio en el congelador, puedes optar por pasar el bloque de sopa (siempre te asegures de que está completamente congelado) a una bolsa de congelación. Este truco te ayudará a ahorrar espacio ya que las bolsas ocupan bastante menos.

En cuanto a la duración en el congelador, tanto sopas como caldos aguantarán hasta 3 meses sin perder ni el sabor ni la textura inicial. Y si la sopa lleva fideos, es mejor que los filtres antes de guardar el caldo, ya que este tipo de pasta no resiste bien la congelación y el recalentamiento. Podrás añadirlos cuando estés descongelando el caldo, para lo que te dejamos unos cuantos consejos.

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