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Sabotaje en la bodega Cepa 21: “Sospechamos quién puede haber sido y me gustaría hablar con ella”

Hablamos con el bodeguero José Moro sobre el sabotaje sufrido en sus depósitos de vino y sobre las repercusiones de este ataque mientras presenta su gama de vinos

Iker Morán, periodista y autor en Hule y Mantel

Periodista

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José Moro en la bodega Cepa 21 / Foto cedida
José Moro en la bodega Cepa 21 / Foto cedida

“No queremos que la bodega se haga famosa por esto”, asegura José Moro. Es verdad que tras más de dos décadas Cepa 21 es de sobra conocida en la Ribera del Duero pero los titulares que ha ocupado en las últimas semanas no hablan de sus vinos, sino del sabotaje que sufrieron. Las surrealistas imágenes de una persona abriendo los depósitos de vino no sólo han aparecido en todos los medios nacionales, sino también en televisiones y periódicos del extranjero.

Así que es complicado que este suceso no se convierta en protagonista de la conversación, por mucho que el plan sea presentar su gama completa de vinos a la prensa especializada. ¿Una buena jugada de marketing para aprovechar una buena noticia? Son cosas de esas que no se preguntan cuando alguien asegura que las pérdidas del ya famoso y misterioso sabotaje suponen unos 2,5 millones de euros si se piensa en el precio de esos litros de vino en el mercado.

Imagen captada por las cámaras de seguridad de la bodega Cepa 21 / Redes sociales
Imagen captada por las cámaras de seguridad de la bodega Cepa 21 / Redes sociales

“Es un atentado contra los trabajadores de la bodega, contra los viticultores y también contra esta zona vinícola”, nos cuenta Moro mientras damos los primeros sorbos a Hito Rosado, capaz de expresar la vertiente más fresca y floral de la uva tempranillo utilizada. Se le nota cansado de hablar del mismo tema desde hace semanas y, de hecho, asegura que emocionalmente necesita ya cerrar el caso.

Las investigaciones siguen su curso y, evidentemente, no se puede contar mucho más allá de especulaciones, pistas o lo que las propias imágenes permiten suponer. “Sospechamos quién puede haber sido capaz de hacerlo, pero no queremos entrar ahí”, asegura el presidente de la bodega.

Visitantes ilustres

Bodega Cepa 21 y sus viñedos / Foto cedida
Bodega Cepa 21 y sus viñedos / Foto cedida

¿Un trabajador o extrabajador? Los inducciones parecen apuntar en esa dirección. En clave femenina, por lo que parecía en las imágenes. La entrada no estaba forzada y hay que saber cómo abrir uno de esos gigantescos depósitos para hacerlo de forma rápida como se ve en las imágenes. Todo ocurrió en apenas un minuto, recuerda Moro que, casualmente, esa noche estaba durmiendo en la bodega.

Un detalle que, sin duda, podría dar para una novela de misterio alrededor de lo ocurrido pero que se trata de una mera casualidad, asegura. De las grandes, además, porque tal y como ha recordado, en los más de 20 años de vida de esta bodega, sólo se ha quedado tres noches allí. El motivo también tiene miga y protagonistas ilustres.

Y es que, según ha explicado, aquella tarde habían estado de visita Albert Rivera, Begoña Villacís y un grupo de empresarios y amigos de la casa. La cita se alargó, al día siguiente había más actividades en la zona así que optó por hacer noche allí. Más allá del jugoso guión para quien se anime, este detalle tiene también sus consecuencias legales: al haber alguien pernoctado, la gravedad del delito cometido por la misteriosa intrusa es mayor.

Moro está convencido de que las investigaciones no tardarán en dar con el o la responsable, aunque es verdad que el interés mediático despertado por el caso suma presión y no ayuda a la resolución del caso. Dar con la autora, si es que finalmente es una mujer, no sólo servirá para “acabar con las especulaciones de cosas que no son ciertas” —apunta el responsable de la bodega— sino también para intentar entender por qué lo hizo. “Quiero hablar con ella, entender cómo ha sido capaz”, sentencia.

1000 botellas de Horcajo

Sala de barricas en la bodega Cepa 21 / Foto cedida
Sala de barricas en la bodega Cepa 21 / Foto cedida

El interés despertado por el suceso es evidente, incluso en la zona se bromea ya con una “ruta del sabotaje”, con parada en los depósitos de Cepa 21, ubicada en Castrillo de Duero, Valladolid. Se ha salvado poco vino de esta añada 2023, pero los responsables de la bodega calculan que darán para al menos poder sacar al mercado unas 1000 botellas de Horcajo, su referencia más exclusiva y en la que el tempranillo muestra intensidad y personalidad. Un tinto de largo recorrido que, sin duda, será una joya cuando salga al mercado dentro de unos años.

Mientras las muestras de solidaridad se suceden, la grabación en vídeo que recoge el sabotaje de la bodega hace que lo ocurrido haya tenido especial repercusión. Tanto que, explican desde la bodega, en la zona ya se plantean instalar sistemas de seguridad en los depósitos para evitar que cunda el ejemplo.

De todos modos, no es éste el primer ataque que se produce en una bodega con una clara intención de dañar a la empresa y su producción. Algo que deja claro que no hay un motivo económico detrás, sino que aquí se trata de algún tipo de venganza. Especialente conocido es, por ejemplo, lo ocurrido en 2011 en la cotizada bodega Terroir al Limit del Priorat donde alguien no sólo abrió los depósitos sino que vertió jabón en las barricas de vino. En ese caso nunca se llegó a dar con los responsables del ataque.

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