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Barras y Estrellas

Prohibido comer solos: hosteleros, abogados y periodistas opinan sobre la polémica del verano

Preguntamos a profesionales de la gastronomía sobre este debate y otros temas surgen a la luz: priorizar a los turistas, los 'no show' o las mesas reservadas sólo para comer

5 minutos

Mujer comiendo sola en la terraza de un restaurante / Foto: Canva / Prohibido comer solos: hosteleros, abogados y periodistas opinan sobre la polémica del verano

Ha sido uno de los temas más comentados de las últimas semanas y ha hecho saltar algunas alarmas sobre la presión turística y sus efectos sobre la hostelería en lugares como Barcelona. Aunque eso de impedir a clientes solitarios sentarse a comer o cenar porque las mesas están reservadas para grupos más amplios —y que hagan más gasto, se entiende— son casos aislados, hemos querido poner el tema sobre la mesa y recopilar algunas opiniones.

Por eso hemos preguntado a hosteleros a los que estas situaciones les pillan muy cerca por estar en zonas turísticas, a un abogado para ver si realmente un restaurante puede imponer una norma así a su clientela o es algo que va contra la ley y también a compañeros periodistas. Estas son sus impresiones sobre la polémica:

Ekaitz Sáenz de Cámara, hostelero de Koska Taverna

Terraza de bar vacía / Foto: Canva

"Tenemos terraza con cuatro mesas y 16 sillas y casi todo el mundo ahora en verano lo que busca es terraza y cuando está todo lleno, valoran meterse dentro. Ese espacio hay que gestionarlo bien porque de ahí dependen básicamente los seis sueldos de este bar pequeñito que somos", nos cuenta Ekaitz Sáenz de Cámara, responsable de Koska Taverna, situada en la muy turística calle Blai, en el barrio de Poble-sec (Barcelona).

Y prosigue: "En los turnos de comida y cena priorizamos las reservas. Según van entrando vamos asignando los espacios y horarios que quedan, con una hora de inicio que quieran pero condicionada a la hora de la reserva que ya está hecha. En esas horas de comida y cena sí que pedimos que sea para comer o cenar, obviamente luego cada uno come lo que quiere, no hay ticket mínimo ni cosas raras de esas".

“Un pacto de convivencia con los vecinos”. Ekaitz Sáenz de Cámara, Koska Taverna

Para el cliente de paso que quiere terraza y viene sin reserva, "si vemos que hay opción con alguna mesa que esté acabando le damos la opción de empezar dentro y seguir en terraza. Así trabajamos las reservas, pero sin acotar si es una persona, dos o cuatro. La verdad es que no hay mucha demanda de personas que vengan solas, parejas sí pero solos pocas veces y en todo caso clientes de paso. Buscamos la manera de que estén cómodos fuera o dentro".

"También tenemos un pacto de convivencia con los vecinos. Para minimizar ruidos en el exterior no juntamos mesas y no aceptamos grupos de más de seis personas, porque es el máximo que creemos que entra en una mesa y sabemos que el ruido va a aumentar exponencialmente", añade.

Sobre la posible "localfobia" de la que ya hablamos, Sáenz de Cámara explica que "la clientela que es asidua, que es del barrio, normalmente tiene mi teléfono para que cuando quieren hacer una reserva me lo digan directamente para intentar que quienes vengan todo el año puedan sentarse en nuestra casa. Al cliente de verano, al turista, por supuesto, le tratamos igual que todo el mundo, con todo el cariño que podemos".

Jorge De Gonzalo, abogado de UB Consultores

Hombre comiendo solo en un restaurante / Foto: Canva

¿Es legal que un bar impida a alguien sentarse solo a comer? "La verdad es que no es un tema sencillo, porque tenemos que hacer una abstracción y ver caso por caso si es abusivo o no", apunta Jorge De Gonzalo, abogado de UB Consultores.

"Jurídicamente, y más hablando de consumidores y usuarios, bajo mi criterio entiendo que puede ser una medida discriminatoria por el mero hecho de negar a alguien un servicio que ofertas como 'publico'. Es decir, todo el mundo puede entrar a un restaurante, una tienda o cualquier establecimiento abierto al público", comenta.

“Puede ser una medida discriminatoria”. Jorge De Gonzalo, abogado de UB Consultores

El abogado añade: "No se puede impedir sin causa que lo justifique, que aquí es donde entra en juego el derecho de admisión. Un bar puede aplicarlo en casos muy concretos (embriaguez, falta de higiene…), pero genéricamente no se admiten medidas relacionadas con el derecho de admisión que se basen en cuestiones discriminatorias o que sean arbitrarias".

Aunque cada comunidad tiene una regulación de consumidores y usuarios, en este caso hablamos de "un bar que oferta un servicio al que todo el mundo puede acceder libremente, siendo la obligación del cliente abonar el consumo. Bajo esta premisa cuando el establecimiento no tiene una causa justificada para negar un servicio que libremente ha ofertado, entiendo que es abusiva o cuanto menos discriminatoria".

"Pero es verdad que no existe un catalogo de conductas abusivas o discriminatorias, sino que se establece en general para ver caso por caso", concluye.

Oscar Manresa, cocinero y empresario

Mesa vacía en un restaurante / Foto: Canva

"Nosotros esto no lo hacemos. Evidentemente, como empresario si tienes un restaurante con pocas mesas y te viene un cliente a mesa de uno, es una faena, pero hay un riesgo. Si ha hecho reserva, lo aceptas, y si viene directamente…", afirma Oscar Manresa, cocinero y responsable de restaurantes como Casa Guinart, Catalina o Tejada Mar, entre otros.

"A ver, a la gente local esto no se le puede hacer, supongo que es cosa de estos restaurantes que buscan un turismo al que sacar el dinero como sea. La solución, si pasa a menudo, es tan sencillo como poner una barra. Pero la verdad es que a mi no me ha pasado nunca. Pero tienes que aceptarlo, hay que estar para las buenas o las malas, porque a veces en una mesa de dos también pones a tres porque no caben", comenta.

“Pan para hoy y hambre para mañana”. Oscar Manresa, cocinero y empresario

El cocinero se muestra asombrado: "Me sorprende porque es pan para hoy y hambre para mañana. Hoy en día con todas las redes sociales, son cosas que se saben y no creo que a nadie le parezca agradable".

Y añade otros temas candentes: "También es verdad que luego hay que entender que hay clientes que reservan para cuatro y luego se presentan dos. Nunca sabrás si es porque los otros no han podido llegar o si lo hacen para estar más anchos, pero hay que aceptarlo. Es como los no show, que cuando vas teniendo un nombre y un local serio, pides una tarjeta para asegurarla".

"Otro tema que igual habría que hablar es que los hoteles suben precios según demanda, los aviones también, pero en hostelería no podemos hacerlo. En este sentido somos un poco los pringaos, pero hay que intentar hacer las cosas bien siempre".

Javier Cirujeda, codirector del podcast La Picaeta

Mujer comiendo sola en un restaurante / Foto: Canva

"Comer solo debería ser un derecho fundamental del ser humano, como diría Ramón el de Pitis. Y por ello, debería ser obligatorio que una persona pudiera comer sola en un restaurante. Debería estar en la Constitución", sentencia Javier Cirujeda, codirector del podcast La Picaeta y colaborador habitual de Hule y Mantel

“Un poco de sentido común”. Javier Cirujeda, comunicador gastronómico y codirector del podcast La Picaeta

"Respeto a las mesas reservadas sólo para comer sí que puedo entenderlo. Al menos si el hostelero tiene sentido común, porque he visto restaurantes vacíos en los que no te dejaban sentarte a tomar una cerveza porque son sitios reservados para comer", cuenta el comunicador.

Y concluye: «Lo suyo seria avisarte con un simple: "Las mesas son para comidas, pueden sentarse pero si en algún momento la sala se llena y necesitamos la mesa, tendrá que irse a la barra". Fácil, sencillo, y para toda la familia».