La escudella le dijo al ramen

COLUMNA | Jordi Vilà presenta su escudella 'to go' y algunos afirman que llega para hacer competencia al ramen que triunfa entre los jóvenes. Avisamos: es imposible luchar contra el ramen

Óscar Soneira, autor de Hule y Mantel

Comunicador, sumiller y elaborador de vino

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Dibujo manga de un bol de ramen / Foto: Canva / Hule y Mantel
Dibujo manga de un bol de ramen / Foto: Canva / Hule y Mantel

Esta semana recibíamos una buena noticia, notición. El cocinero Jordi Vilà de Alkimia y Al Kostat va a ofrecer una escudella en versión street food. Una cosa que desde mi cómodo sofá sigo celebrando mientras escribo estas líneas. Si alguien tenía que hacerlo, este debía ser Vilà. Sus canelones, rillettes y otras preparaciones ya han sido compradas por servidora en Murria, uno de sus puntos de venta. Son estupendas, la cocina de Vilà es muy buena e indiscutible. Pero nos vamos a centrar en la noticia en cuestión, que celebraba con algarabía la llegada de la escudella to go.

En el artículo decían que llegaba para hacer competencia a otro tipo de preparación parecida que hace furor entre los jóvenes: el ramen. Y entonces… pereza. Vuelta a lo mismo de siempre. Lo dejé pasar, porque mi alegría era superior ya que, dentro de poco, se podría disfrutar de una escudella por las barcelonesas calles. Imaginad, boniatos, castañas y escudella. La catalanidad hecha comida por las calles y yo feliz.

Imaginad, boniatos, castañas y escudella. La catalanidad hecha comida por las calles y yo feliz.

Pero no, la idea me seguía produciendo una profunda somnolencia. Y es que es imposible luchar contra el ramen. Imposible. Es curioso ver como algunos lo defienden, lo ven posible y proyectan un futuro donde los jóvenes consumirán esta escudella. Claro que sí, sentaditos ahí, con sus skates, cartón de vino en mano o cerveza de botella, sus canutos bien liados y como no, el bote de “X Kudella 2GO”. Pues no, ese futuro es inexistente, imposible.

La gastronomía lleva al igual que el mundo del vino, alejada de las masas, de estudiar el comportamiento social e investigar las formas de comunicar y de llegar a sus potenciales clientes. Entre ellos, como no, están los jóvenes. Jóvenes que llevan años y años consumiendo manga o anime. Desde la llegada de Dr. Slump o Dragon Ball en Cataluña, para su siguiente expansión al poco de los años por la península ibérica, llevamos más de tres generaciones de normalización del ramen.

Conocíamos el ramen incluso antes de su llegada a los fogones de nuestras ciudades. Fue una invasión silenciosa, una normalización a través de la pequeña pantalla de esa gastronomía que venía de Asia.

Esto ya de por sí, es un hecho incuestionable. Conocíamos el ramen incluso antes de su llegada a los fogones de nuestras ciudades. Fue una invasión silenciosa, una normalización a través de la pequeña pantalla de esa gastronomía que venía de Asia. Así que era lógico que esos jóvenes, ahora adultos con descendencia, sean consumidores de esta genial sopa con cosas.

Las nuevas generaciones, las de los tiktokers, youtubers, streamers o cualquiera con el mismo impacto que las estrellas de rock o las boy bands de los posters que cubrían las paredes de cualquier habitación; las del cosplay, ávidas de leer mangas o saltarse las reglas de crunchyroll viendo las series por otros tipos de stream; esta generación que describo, y que a muchos igual le suena a esperanto, esta generación no va a consumir X Kudella 2GO por la gracia de Dios.

En todo caso, lo haría por la gracia de Ibai Llanos, de Marvel o, incluso, por la gracia del que se le ocurra hacer una serie de animación donde la escudella se consuma con gran placer, fruición y locura. Pero para luchar, debería aparecer en diarios, en todo tipo de programas, deportes, anuncios, revistas… ¿Veis contra el monstruo que quieres luchar? Y después de todo esto, queda otra cosa. La escudella no es exótica.

Lo tenéis raw si queréis que los jóvenes os dejen de ghostear por el ramen y picheen más con la X Kudella 2GO. Dejemos a los jóvenes en paz, aprendamos a comunicar mejor y celebremos la llegada de la escudella de Vilà.

Sí, nos olvidamos del concepto más básico de ser joven. Todo lo de fuera, lo que me diferencia de mis mayores, lo que me lleva a ser mejor, todo ello me interesa. Lo demás es de puretas que decían en mi época, vamos de boomers. Esa incapacitación de la gastronomía, que le impide mirar mas allá de su ombligo, de sus palmeros y de los consumidores de restaurantes cool. Pero claro, ahora queremos enganchar a los jóvenes diciéndoles que el ramen no es identitario, ni tradicional, ni nacional y … patatas.

Conclusión. Lo tenéis raw si queréis que los jóvenes os dejen de ghostear por el ramen y picheen más con la X Kudella 2GO. Dejemos a los jóvenes en paz, aprendamos a comunicar mejor y, sobre todo, celebremos la llegada de esa escudella de Vilà por la calles. Esa es la buena noticia. Poder consumir escudella en los días más fríos, paseando por Paseo de Gracia mismamente. Zona de consumo capital donde las haya, ellos con sus ropas y yo con mi cara de gilipollas gozando del caldito caliente.

P.D. No he descrito la escudella dada la misma razón por la cual sé que ningún joven lee mis artículos. Sabiendo que la mayoría de mis lectores son adultas y, por consiguiente, saben de la existencia de la escudella y cómo se elabora. Punto a favor para seguir pensando que los jóvenes, seguirán consumiendo ramen del cuál sí conocen su existencia.

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