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Despensa

La alcachofa del Prat, víctima del gato por liebre

La alcachofa del Prat se encuentra en su mejor temporada, sin embargo el uso fraudulento de su nombre en comercios y restaurantes empaña este momento que debería ser dulce para sus productores

3 minutos

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Sin duda, la alcachofa de referencia en Catalunya es la llamada carxofa Prat. Su cultivo tradicional y centenario en los campos del Prat de Llobregat y Sant Boi de Llobregat la han convertido en una joya de los platos de invierno en Cataluña. Las características del suelo del Delta del Llobregat hacen especial a esta alcachofa, de la variedad blanca de Tudela. Sin embargo, los agricultores del Baix Llobregat ven cómo su buen hacer está quedando manchado por el uso fraudulento de su nombre. Mayoristas, comercios y restauración ofrecen alcachofa del Prat a sus clientes sin serlo. Una situación que provoca bajada de precios, engaño al consumidor y pone en peligro la viabilidad de las explotaciones agrícolas del Parc Agrari del Baix Llobregat.

Alcachofa del Prat aún en su mata / José David Muñoz

Para conocer mejor la situación actual de esta alcachofa acompañamos a Xavi Oliva, vicepresidente de la Cooperativa Agrícola del Prat, a pisar los campos cercanos al aeropuerto donde crecen las alcachofas. “Ya lo véis. Estas alcachofas en una hora están en mi tienda y en Mercabarna, donde con suerte esta tarde ya las tenga algún restaurante o comercio que apueste por la proximidad y calidad”. Según los datos de la Cooperativa, a estas alturas de temporada ya se han comercializado más de 120 toneladas de la alcachofa del Prat solo desde esta entidad. Habría que sumar las toneladas que otros agricultores y cooperativas de la zona han comercializado por otros canales como la venta directa. 

Xavi Oliva muestra sus alcachofas / José David Muñoz

En su mejor temporada

La alcachofa del Prat está en su mejor temporada y eso se nota en su sabor. Para reconocerla bien cuando la tengamos delante tenemos que fijarnos en su forma, un poco alargada, y en el agujerito superior o clotet, bien marcado por el efecto de la humedad del mar y el frío de esta época del año. Su ritmo de crecimiento es más lento que otras variedades y ahora está en su momento álgido, cuando otras más tempranas ya han copado el mercado de alcachofas.

Xavier Oliva y un compañero recolectan alcachofas / José David Muñoz

Dicha coyuntura está provocando que este año los precios que perciben los productores por kilo sean más bajos que otras temporadas. "El consumidor prefiere producto de proximidad, pero quiere pagarlo a precios bajos. El valor que tiene la alcachofa es sencillo: lo que nos cuesta producirlo y el margen que tenemos para vivir. Y ahora mismo eso está a años luz de los precios que se mueven en Mercabarna", nos cuenta Oliva. 

Las consecuencias de todo esto podrían acabar de la peor manera: “territorio agrícola abandonado porque no es rentable cultivarlo. Y eso, dejarlo perder al lado de Barcelona es un drama mientras las administraciones se llenan la boca hablando de pulmones verdes y soberanía alimentaria”.

Inspecciones para evitar fraudes

Desde siempre, la marca alcachofa del Prat ha sido sinónimo de calidad. No obstante, desde unos años, son muchos los comercios y restaurantes que a pesar de asegurar tenerla, venden en realidad una alcachofa que aterriza de otras latitudes, de calidad inferior y sin la frescura de un producto recién cosechado. La ecuación es muy sencilla para los productores: "mirad cuánta alcachofa entra en Mercabarna, cuánta de esta es de la que se produce en el Parc Agrari del Baix y luego idos por supermercados, tiendas de barrio y restaurantes y veréis que las cifras no coinciden con la realidad".

Alcachofas en la caja, recién recolectadas / José David Muñoz

“Ya entendemos que la administración está por otras prioridades, pero si sabemos que un atún llega del Mediterráneo o del Atlántico, ¿por qué no hacemos lo mismo con algo tan esencial como la alcachofa?” Xavi Oliva remarca que desde la Cooperativa Agrícola se hace hincapié en la educación del consumidor, en que conozca bien los productos de temporada y exija siempre conocer el origen de lo que come.

Esto también pasa por una mayor implicación de la administración: “No puede ser que un restaurante tenga una etiqueta en la puerta anunciando que ofrece producto de proximidad, pero luego el porcentaje de ese producto sea mínimo y den gato por liebre como hacen con la alcachofa. Que alguien certifique, mediante comprobación de facturas, que esas alcachofas han sido compradas a agricultores o a cooperativas de la zona”.

La Carxofa Prat es la punta de la pirámide de los cultivos del Parc Agrari del Baix Llobregat: “Es el emblema, el producto que debemos proteger y potenciar. Si no lo defendemos nosotros, los consumidores y las administraciones, el resto de productos que cultivamos podrían correr la misma suerte y dejaría de tener sentido la agricultura de proximidad” sentencia Xavi Oliva.