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Arranca la vendimia 2025 en Cataluña con una previsión optimista y una producción al alza

La climatología y el buen estado sanitario de las viñas hacen prever una buena recuperación de las variedades xarel·lo y macabeo

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Vendimia en Cataluña / LUIS MIGUEL AÑÓN

La vendimia 2025 en Cataluña acaba de comenzar con perspectivas mucho más favorables que en los últimos años, tras dejar atrás los efectos de la intensa sequía que marcó las cosechas anteriores. Las abundantes lluvias registradas en otoño, primavera e incluso a comienzos del verano han permitido una notable recuperación de las viñas, con un gran desarrollo vegetativo y una mayor cantidad de racimos respecto a la campaña pasada.

Según datos de la Denominación de Origen Catalunya y del Departament d’Agricultura, Ramaderia, Pesca i Alimentació, se espera un incremento de entre el 25% y el 30% en la producción respecto a 2024.

El estado fitosanitario actual de las viñas es muy bueno, pese a algunas incidencias puntuales en zonas con menor protección. Todo apunta a que la calidad de los vinos será excelente, con un perfil más fresco, aromático y ligero que el de las dos últimas añadas, muy condicionadas por la sequía.

Un año marcado por el clima y la recuperación varietal

Las condiciones meteorológicas han jugado un papel clave en esta recuperación. Las precipitaciones registradas han superado las medias históricas, algo especialmente significativo tras varios años de sequía extrema. Este contexto ha favorecido un crecimiento equilibrado de los racimos y una maduración más lenta, que enólogos y viticultores valoran muy positivamente.

Recogida de uva en el Priorat (Cataluña) / Departament d’Agricultura, Ramaderia, Pesca i Alimentació

El Departamento de Agricultura, a través del INCAVI, prevé una mejora notable en tres variedades clave dentro de la D.O. Penedès. La variedad xarel·lo experimenta una recuperación destacada, con un aumento del 28%, mientras que la macabeu crece un 13,1% tras las cifras bajas de 2022 y 2024. En cambio, la parellada muestra una mejora más moderada y todavía se mantiene lejos de sus valores históricos. Estas previsiones se basan en una red de parcelas que se monitorizan desde 1984, aunque la evolución dependerá de la climatología concreta de cada zona.

Por su parte, la D.O.Terra Alta espera recoger alrededor de los 35 millones de kilos de uva. Se ha iniciado la cosecha de algunas variedades de ciclo corto como el moscatel, la chardonnay y la sauvignon blanco. En cuanto a la variedad emblema de esta denominación, la garnacha blanca, se espera que el grosor de la cosecha empiece la próxima semana y lo haga con unas condiciones de maduración y calidad buenas, y manteniendo una buena acidez.

Un inicio algo más tardío, pero gradual

En cuanto al calendario, la vendimia catalana presenta este año un ligero retraso, de entre uno y tres días en zonas costeras y en Sant Sadurní d’Anoia (Alt Penedès), con casos puntuales donde el ciclo vegetativo acumula un desfase de hasta 7-9 días. En general, la campaña se asemeja a la del año pasado, aunque con un inicio más escalonado.

Pese a este retraso, las últimas semanas de calor intenso podrían acelerar el ritmo de maduración, algo que el sector sigue de cerca. Las previsiones apuntan a que la combinación de lluvias abundantes, temperaturas suaves en julio y un equilibrio hídrico en los suelos será determinante para lograr la calidad esperada.

Unos vinos más frescos y aromáticos

El balance climático de este año muestra contrastes importantes. Aunque en julio se registraron episodios de pedrisco —el más notable en Sant Pere de Ribes (Garraf)— y algunas heladas y tormentas primaverales causaron daños localizados, en general la situación sanitaria del viñedo es buena. La presencia de mildiu se limita a zonas puntuales y, a diferencia de otros años, el mosquito verde no ha causado problemas significativos.

Sin embargo, el fuerte incremento de las temperaturas medias, tanto máximas como mínimas, podría condicionar la maduración tecnológica y polifenólica de la uva, un factor que los técnicos consideran clave para el equilibrio final del vino.

Como decíamos, desde la D.O. Catalunya destacan que esta vendimia se perfila como una de las más prometedoras de los últimos años en términos de calidad. “Gracias a un proceso de maduración más lento y equilibrado, se esperan vinos más frescos, aromáticos y ligeros que los de las dos últimas campañas”, señalan. Esta tendencia contrasta con la marcada por la sequía en 2022 y 2023, cuando las altas temperaturas y la falta de agua obligaron a adelantar la vendimia y redujeron los rendimientos.

Con la vendimia ya en marcha y una previsión de producción al alza, el sector vitivinícola catalán afronta la campaña 2025 con optimismo, consciente de que la climatología seguirá siendo el gran factor de incertidumbre en un contexto de cambio climático.