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Los suplementos alimenticios que toda persona debería tomar para mejorar su salud

La nutrición moderna, a pesar de ser más variada que nunca, no siempre garantiza los aportes que el cuerpo necesita para funcionar al cien por cien

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Suplementos alimenticios, imagen creada con IA / FREEPIK

El estrés, los horarios desordenados y la baja calidad de muchos alimentos hacen que los niveles de vitaminas, minerales y otros compuestos esenciales se reduzcan sin que lo notemos. Por eso, los suplementos alimenticios han pasado de ser un recurso puntual a convertirse en una herramienta de prevención y bienestar cotidiano. Elegir los más adecuados puede marcar la diferencia en la energía, el sistema inmunitario y la salud general. Y, si no sabes dónde encontrarlos, puedes comprar suplementos Nutergia online sin necesidad de salir de casa.

Vitaminas esenciales: la base del equilibrio diario

Las vitaminas son imprescindibles para que el cuerpo realice sus funciones básicas, y su carencia puede pasar desapercibida hasta que aparecen síntomas como el cansancio, la piel apagada o la falta de concentración. La vitamina D, por ejemplo, está directamente relacionada con la salud ósea y el sistema inmunológico, pero su déficit es habitual en quienes pasan la mayor parte del día en interiores. La vitamina B12, vital para la energía y la función cerebral, se encuentra sobre todo en productos animales, por lo que muchas personas vegetarianas o veganas necesitan suplementarla. La vitamina C, por su parte, contribuye a la producción de colágeno y fortalece las defensas frente a infecciones. Tomar un suplemento multivitamínico adaptado a las necesidades personales puede marcar la diferencia entre un organismo equilibrado y otro que acumula pequeños desequilibrios que a largo plazo afectan al bienestar.

Las combinaciones más efectivas de vitaminas suelen incluir dosis ajustadas de antioxidantes, vitaminas liposolubles (A, D, E, K) y del grupo B, que actúan de manera sinérgica para mantener el metabolismo activo. En personas con estrés constante o con jornadas laborales intensas, este tipo de suplementos contribuyen a mejorar la claridad mental y la recuperación tras el esfuerzo. Sin embargo, no todos los productos del mercado ofrecen la misma biodisponibilidad. Por eso conviene elegir fórmulas de calidad, preferiblemente recomendadas por un profesional, que garanticen una absorción real y un efecto sostenido en el tiempo.

Minerales que fortalecen huesos, músculos y defensas

El equilibrio mineral del organismo es igual de importante que el vitamínico, y muchas veces se descuida. El magnesio, por ejemplo, interviene en más de 300 reacciones enzimáticas y es esencial para relajar los músculos y mantener un sueño reparador. Su deficiencia puede provocar calambres, fatiga y cambios de humor. El hierro es indispensable para transportar oxígeno en la sangre, y su déficit se traduce en anemia y falta de energía, algo especialmente frecuente en mujeres en edad fértil. El zinc, además de reforzar el sistema inmunitario, mejora la salud de la piel y el cabello, mientras que el calcio mantiene la estructura ósea y previene la pérdida de densidad con los años.

Incorporar suplementos minerales de calidad permite mejorar el rendimiento físico, mantener los niveles de energía estables y evitar la sensación de agotamiento que acompaña al estrés crónico. Los deportistas, las personas mayores y quienes siguen dietas restrictivas suelen beneficiarse especialmente de este tipo de apoyo nutricional. Sin embargo, el exceso también puede ser contraproducente. De ahí que lo ideal sea ajustar las dosis según la edad, el sexo y las condiciones de salud de cada persona, siempre con supervisión profesional. Cuando se combinan correctamente, los minerales ayudan al cuerpo a funcionar de forma más eficiente y a recuperarse más rápido de la fatiga.

Probióticos: cuidar el intestino para cuidar todo el cuerpo

El intestino se ha ganado el apodo de “segundo cerebro” por su influencia en el estado de ánimo, la inmunidad y el equilibrio general. Una microbiota intestinal desequilibrada puede causar hinchazón, digestiones pesadas, cansancio o incluso ansiedad. Los probióticos, suplementos que contienen bacterias beneficiosas como Lactobacillus o Bifidobacterium, ayudan a restaurar ese equilibrio y mejoran la capacidad del cuerpo para absorber nutrientes. Mantener una flora intestinal sana también favorece la producción de serotonina, la llamada “hormona de la felicidad”, lo que repercute positivamente en el bienestar emocional.

Su uso resulta especialmente útil tras tratamientos con antibióticos, cambios de dieta o periodos de estrés prolongado, situaciones en las que la microbiota se ve alterada. Además, los probióticos pueden reducir el riesgo de infecciones intestinales y mejorar la tolerancia a ciertos alimentos. Algunos suplementos incluyen también prebióticos, fibras que alimentan a las bacterias buenas y potencian su efecto. Esta combinación sinérgica ayuda a mantener una digestión más eficiente y a reforzar las defensas naturales del organismo. Tomarlos de forma continua durante varias semanas permite notar cambios claros en la energía, la regularidad intestinal y el bienestar general.

Ácidos grasos omega 3: energía para el cerebro y el corazón

Los ácidos grasos omega 3 son fundamentales para el buen funcionamiento del cerebro y del sistema cardiovascular. Su papel en la salud neuronal es cada vez más reconocido, ya que participan en la transmisión de impulsos nerviosos y en la formación de membranas celulares. Las personas que no consumen pescado azul con frecuencia suelen tener niveles bajos de estos lípidos, lo que puede traducirse en inflamación, alteraciones del ánimo o problemas de memoria. Su suplementación, especialmente con EPA y DHA, mejora la concentración, reduce el colesterol y protege frente a enfermedades cardiovasculares.

Además, los omega 3 ayudan a regular la presión arterial y a reducir los triglicéridos, dos factores esenciales para mantener el corazón en buen estado. Su acción antiinflamatoria también resulta beneficiosa para las articulaciones y para aliviar molestias derivadas del ejercicio o del envejecimiento. Los suplementos más recomendables son los de aceite de pescado purificado o los de origen vegetal, como el aceite de algas, ideales para personas veganas. Tomados de forma regular, favorecen una mente más activa, un sistema circulatorio más saludable y una sensación general de mayor vitalidad.

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