Este es el país donde el helado se come en pan de molde

En los puestos callejeros de Singapur el helado se sirve entre pan y pan, un snack popular y muy barato para lidiar contra el calor

Iker Morán, periodista y autor en Hule y Mantel

Periodista

Guardar

Helado en pan de molde en Singapur / Foto: Iker Morán
Helado en pan de molde en Singapur / Foto: Iker Morán

La llegada del verano y el calor suele despertar cada año la búsqueda de los sabores de helado más peculiares de la temporada estival. Pero si se trata de dar con algo diferente, la clave no está tanto en el sabor peculiar de turno, si no en la forma de servir y comer el helado. Y en este sentido, hay un claro ganador: los sándwiches de helado de Singapur.

Un corte de helado y una rebanada de pan de molde que, a modo de taco, sirve para sujetar el helado. Así de sencillo y así de singular para los visitantes más acostumbrados a tomar helado en cucurucho, tarrina o entre galletas de barquillo a modo de bocadillo crujiente.

No es una moda tiktokera

Lejos de ser una de esas nuevas modas surgidas alrededor de Instagram o TikTok, en el país asiático hace mucho que los helados se sirven así en los numerosos puestos callejeros que se encuentran en casi cualquier rincón y parque de la ciudad.

El calor y humedad habitual del lugar y su bajo precio —suele costar 1 dolar de Singapur, unos 70 céntimos de euro al cambio— han conseguido que sea un snack muy popular y todo un icono de esta ciudad-Estado del sudeste asiático.

Singapur es uno de los destinos gastronómicos más interesantes del mundo gracias, entre otras cosas, a sus populares hawkers, los puestos de comida callejera que se encuentran en todos los mercados. Este ice cream sandwich enlaza directamente con esta tradición, así que no cabe esperarlo en la carta de ningún restaurante, sino que es algo que se compra y se come en la calle.

Helado de durian

Iker Morán con el helado de durian en Singapur / Foto: Hule y Mantel
Iker Morán con el helado de durian en Singapur / Foto: Hule y Mantel

Con pan blanco o con franjas de colores y supuestamente sabores —en relidad, no sabe a nada— más allá de la sorpresa inicial, la combinación no funciona mal. Los croissants que a modo de cucurucho empiezan a verse en España para comer helado, o el tradicional brioche relleno de helado de Sicilia no dejan de ser formas algo más elegantes —y caras— de comer helado entre pan y pan.

En el caso del pan de molde de Singapur, suele ser fino y bastante esponjoso. No aporta mucho sabor, pero sí facilita el agarre y hace que el conjunto quede bastante suave. También, y eso siempre es importante en la comida callejera, permite que un bocado rápido y barato llene el estómago más que un helado solo.

Aunque la gama de sabores del corte de helado suele ser bastante variada, merece la pena probar el de durian. El potente olor y sabor de esta fruta está presente, pero en una versión mucho más suave y cremosa, apta para los paladares occidentales no acostumbrados a la que suele considerarse uno de los alimentos más apestosos del mundo.

Es verdad que el durian no huele muy bien, y suele recordar a una fruta muy madura, casi podrida. Pero ese aroma es también parte de la riqueza gastronómica e histórica de la región. En forma de helado y con una rebanada de pan de molde alrededor, todo un símbolo de Singapur.