“Queríamos darle una vuelta a algo tan tradicional como los churros”. Con esa idea abrió hace un par de meses Artchur, estratégicamente situada en la calle Muntaner junto a la Consell de Cent, esa arteria peatonal que cierta hostelería critico, pero que, para sorpresa de nadie, se ha convertido en uno de los lugares más deseados para abrir nuevos bares y restaurantes. También churrerías.
Aunque también ofrecen churros con chocolate, lo cierto es que hablar aquí de churrería se queda un poco corto para el recetario que manejan y donde conviven churros dulces con propuestas saladas que, aunque por ahora son las menos pedidas, llaman mucho la atención. Empezando por los churros con callos que, lo confesamos, nos trajeron hasta aquí dispuestos siempre a probar lo más raro de la ciudad.

No hay trampantojo ni juegos con el nombre. El bol donde se sirven es lo que promete: una ración de callos a la madrileña con su chorizo y salsa gelatinosa y encima varios churros troceados y que ejercen como pan o picatostes del plato. Una combinación tan extraña como sugerente que, nos aseguran, ya tiene sus adeptos. Aunque por aquí somos muy de callos y de churros y defensores de que mezclar cosas ricas suele funcionar, nos lo comimos encantados, pero tampoco es para repetir cada día.
Churros dulces y salados

Siguiente parada: churros mac&cheese. Aunque parezca que el recetario es fruto de venirse un poco arriba, en realidad detrás de cada plato y combinación está Consultoría Gastronómica Creativa, con Miquel Guarro y Miguel Garcia al frente.
Vaya, que todo está pensado y tiene su razón de ser, desde estos churros con salsa de queso y trocitos de bacon crujiente a los más amables churros con espuma y helado de pistacho que, nos cuentan, son los más vendidos por ahora.
De hecho, el 90% de los pedidos son de churros dulces, según explican los dos emprendedores detrás del proyecto y que se estrenan con este Artchur en el sector gastronómico. Ademas de bol con churros y pistachos, el de crema catalana y el de cheesecake son otros de los best sellers en estos primeros meses de estreno y donde el público local se combina con visitantes. Y TikTokers, claro. ¿Quién puede resistirse a un lugar que promete churros con callos y que los decora con ricas espumas de colores y toppings? Viralidad asegurada.

Con un precio de 6,5 euros por bol de churros tanto dulces como salados, la idea es ir ampliando y cambiando recetas, según el éxito que vayan teniendo. De momento, ya trabajan en uno de matcha que llegará en breve a la carta. También ofrecen helados —a un precio muy competitivo para lo que se estila en la zona, por cierto— así como cafés, zumos y, por supuesto, chocolate caliente. Aunque no hay mesas y todo está muy pensado para llevar, una zona con asientos también permite comerse allí mismo nuestra ración de originales churros.
No es la primera vez que alguien en Barcelona intenta darle un toque salado y gastronómico a los churros. Seguro que muchos recuerdan aquellos churros con salsa brava de Comaxurros. Veremos si Artchur, más allá de la curiosidad y la novedad, lo consigue. // Artchur. c/Muntaner, 61, 08001 Barcelona.