Salinas: comer en la capital del surf de Asturias

Excelso producto de mar, mesas de estrella Michelin con vistas a la playa y barras vitales. Salinas es un destino surfero y gourmand donde reina la hospitalidad

Javier Llavona

Periodista de viajes y gastronomía

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Una cocinera del Real Balneario de Salinas muestra un mero de más de cinco kilos / Foto: Facebook / Salinas: dónde comer en la capital del surf de Asturias
Una cocinera del Real Balneario de Salinas muestra un mero de más de cinco kilos / Foto: Facebook / Salinas: dónde comer en la capital del surf de Asturias

Hace tiempo que la locomotora Eleonore, la que permitió avanzar en la industrialización de la comarca de Avilés, no ruge. Tampoco la cercana mina de Arnao. Hoy en día, Salinas es testigo mudo de aquel paternalismo industrial de finales del siglo XIX. Entre las antiguas casonas de ingenieros, aparecen imponentes chalés de nueva planta. La antigua sirena del castillete ha dejado paso a la música de los diversos festivales que jalonan la agenda estival, donde destacan el Longboard Festival, el Surf, Music and Friends o el Songs for an Ewan Day, que se celebra esta semana (12-13/08).

A pie de playa, son varios los rincones donde se celebra la gastronomía. Salinas es vital y ofrece restaurantes estelares con producto directo de barca y bares que son punto de encuentro entre locales y amantes de la tabla. A estos se les unen escuelas de surf, galerías de arte y pequeños estudios de grabación que otorgan al municipio de una filosofía propia. Salinas se ha convertido por méritos propios en una suerte de California asturiana. Bueno, ya quisiera California aparecerse a Salinas.

Iván D., uno de los surfitas fijos en las olas de Salinas / Foto: Guillermo Álvarez
Iván D., uno de los surfitas fijos en las olas de Salinas / Foto: Guillermo Álvarez

Ewan, la nueva bohemia

El brunch de Ewan Salinas y una mesa al borde de la playa / Foto: Facebook
El brunch de Ewan Salinas y una mesa al borde de la playa / Foto: Facebook

Nadie puede negar que Salinas se ha reinterpretado gracias al equipo de Ewan. Aunque su firma de moda ha ganado fama internacional, quienes busquen su filosofía entre fogones la encontrarán en su bar a pie de playa. Aclamado por su brunch, donde no faltan los dulces como su gofre “Ewan” con chocolate Ferrero, o el toque salado, con las tablas de quesos asturianos. La brisa del Cantábrico acaricia su terraza. Sus hamburguesas, también con opciones veganas, se han convertido en reclamo tras un día de deporte y playa. Imprescindible la francesa, con foie y manzana caramelizada. // Ewan Salinas. Pablo Laloux, 1 / 984 831 010

Real Balneario, el producto es la estrella

Isaac Loya muestra un rodaballo y el tartar de virrey con oricios / Foto: Real Balneario
Isaac Loya muestra un rodaballo y el tartar de virrey con oricios / Foto: Real Balneario

Isaac Loya firma la línea del Real Balneario. Como si del buque insignia de Salinas se tratase, abrió sus puertas a mediados del siglo pasado, pero hubo que esperar hasta 1991 para disfrutar de una carta que busca reencontrarse con el Cantábrico. Su ubicación es privilegiada, con vistas al museo de las anclas, regalando románticos atardeceres. La estrella (Michelin) la ponen ellos. Con una renovación cuatrimestral, el Real Balneario apuesta por los productos de la mar, como la lubina al champagne o la ventresca de bonito sobre pil-pil de ajoarriero. También hay hueco para las carnes, como el solomillo de ternera o el pichón Mont Royal a doble cocción. // Real Balneario de Salinas. Av. Juan Sitges, 3 / 985 518 613

Éleonore, creatividad magnética

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Dos platos de Éleonore / Foto: Éleonore

Disfrutar del servicio del Éleonore, en pleno paseo marítimo, es casi un deber. Este Sol Repsol da paso a creaciones diversas, algo complejas, que buscan sorprender al paladar más gourmand. Su menú Olivia, ofrecido a mediodía, juguetea con los sabores del Cantábrico, con ejemplos como la centolla, y deja el regusto de la cocina de mercado con el steak tartar de ternera. El menú de noche, denominado Allegra, ofrece catorce pases a cada cual más sorprendente; turno para el ravioli de pesto con chipirón del Cantábrico o el bonito a la brasa. Su repostería ha alcanzado fama a nivel nacional. Lejos de parecer pretenciosa, uno puede disfrutar de un sabroso helado de croissant o una exquisita tarta tatín, de manzana o melocotón, ambas con ganache de vainilla.// Restaurante Éleonore. Pablo Laloux, 13 / 672 427 070

La Luna, el enfant-terrible

Interior de La Luna, en Salinas / Foto: Facebook
Interior de La Luna, en Salinas / Foto: Facebook

¿Un bar de surferos donde corren las birras? Pues sí. Y es que Salinas, lejos de una imagen plástica de mesa redonda con decorado de estudio, es esto. Sudaderas over-size, piti en mano y buena gente. Espíritu libre y transgresor que parece acumularse tres meses al año en este rincón del Principado. La Luna es un claro ejemplo. Su aparente simplicidad rivaliza con una carta donde saborear hamburguesas de ternera asturiana o cocina tex-mex bien entendida. No será cocina de mercado, quizás no aparezca en las guías, pero denota una deliciosa verdad que engancha. Servicio rápido, directo y eficaz. Puro lifestyle californiano. // Pub & Bar La Luna. Pablo Laloux, 15 

Panorámica desde Salinas hacia el Museo de Anclas / Guillermo Álvarez
Panorámica desde Salinas hacia el Museo de Anclas / Foto: Guillermo Álvarez