10 salsas que es mejor guardar en la nevera una vez abiertas

¿Despensa o frigorífico? ¿Cuánto tiempo aguanta en la nevera? Damos respuesta a esta y otras preguntas fijándonos en diversas salsas habituales en nuestra cocina

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Cazuelitas de barro con distintos tipos de salsas / Foto: Canva
Cazuelitas de barro con distintos tipos de salsas / Foto: Canva

¿Debo guardarla en la despensa o en el frigorífico? Es la pregunta que nos hacemos a menudo tras abrir alguna de las muchísimas salsas envasadas que encontramos en el supermercado, y que utilizamos para dar un toque diferente a nuestros platos. Muchas de estas salsas y condimentos están etiquetados con el habitual mensaje "Refrigerar después de abrir", por lo que, en estos casos, la respuesta es clara.

Aun así, suelen aparecer otras dudas: ¿Durante cuánto tiempo puedo conservarlas? ¿Pueden aguantar de manera indefinida en el frigorífico? La respuesta dependerá de los ingredientes que compongan cada producto. Por eso, conviene leer bien el etiquetado, donde también se suele mencionar el tiempo máximo de conservación en la nevera.

¿Y si la salsa o el condimento es casero y, por lo tanto, sin conservantes? Pues los expertos recomiendan consumirlas antes de 72 horas, aunque, otra vez, dependerá de cómo hayan sido elaboradas.

Factores de conservación

La sal, el vinagre y el aceite son ingredientes utilizados habitualmente para conservar muchos condimentos y mantener a raya a las bacterias dañinas. Si se encuentran entre los primeros enumerados de la etiqueta, es probable que esa salsa se pueda almacenar a temperatura ambiente sin necesidad de guardarse en la nevera, preservando igual la calidad del producto.

Sin embargo, si los ingredientes principales son perecederos, entre los que se incluyen frutas, verduras, lácteos, huevos o derivados, deben mantenerse fríos después de abrirlos para protegerlos de las bacterias. Aun así, hay que tener en cuenta que su caducidad será más breve. Algo que se acentúa todavía más con las salsas caseras, las cuales, si queremos evitar el desperdicio, podemos congelar o envasar al vacío, utilizando bolsas o tarros especiales.

Con estas indicaciones generales como base, aquí añadimos algunas recomendaciones específicas relativas a algunas de las salsas y condimentos más comunes en nuestra cocina, para aseguraros de que así no merme la calidad alimentaria ni el sabor del producto.

Mostaza, mayonesa y kétchup

Cucharas de madera con mayonesa, kétchup y mostaza / Foto: Canva
Cucharas de madera con mayonesa, kétchup y mostaza / Foto: Canva

Este trío de salsas clásicas en el universo fast food, que suelen acompañar hot dogs, hamburguesas y patatas fritas, deben guardarse en el refrigerador una vez abiertas, aunque hay matices.

En el caso del kétchup, puede mantenerse en la despensa más de un año sin abrir. Una vez empezado, si su uso es frecuente, no hace falta guardarlo en la nevera, porque tolera bien tanto el frío como la temperatura ambiente. En cambio, si solamente se consume de vez en cuando, fuera del frigorífico se estropearía después de un mes, así que conviene refrigerarlo no más de seis meses. No hay que olvidar que se trata de una combinación entre vinagre, tomate, azúcar y especias, componentes que aportan acidez y puede avinagrarse después de medio año si no se conserva como es debido.

En cuanto a la mayonesa, aguanta cerrada entre 3 y 6 meses. Como está hecha de aceite y huevo, se debe guardar en frío desde su apertura hasta un máximo de dos meses. El bote abierto no resiste más de un par de horas fuera de la nevera, puesto que si se rompe la cadena del frío, sus ingredientes se pueden cortar y volverse rancia.

La mostaza es más resistente y puede estar dentro del armario hasta dos años sin abrir, e incluso unos dos meses una vez abierta. En la nevera puede aguantar aproximadamente un año y, si bien no se estropea, sí que pierde gran parte de su sabor. 

Salsa de soja

Botella de salsa de soja y recipiente con soja / Foto: Canva
Botella de salsa de soja y recipiente con soja / Foto: Canva 

Muy habitual en las cocinas asiáticas, esta salsa surge de la fermentación de la semilla de soja con agua y sal (tamari) o con granos de trigo tostados, agua y sal (shoyu). Gracias a esta fermentación, el envase, sin abrir, se puede almacenar incluso hasta tres años. Una vez abierta, la salsa aguanta a temperatura ambiente durante seis meses en perfecto estado. Sin embargo, si su uso es residual, mejor guardarla en la nevera para que no se oscurezca y para mantener su sabor intacto, sin que aumente así su punto salado.

Tabasco

Botellas de salsa Tabasco / Foto: web
Botellas de salsa Tabasco / Foto: web

De origen estadounidense, es una de las salsas picantes más populares y se elabora con chile, tabasco rojo, vinagre, agua y sal, macerados en barriles de roble. Debe guardarse en una despensa o en un lugar fresco y protegido de la luz directa. Una vez abierta, es mejor conservarla en el frigorífico, para evitar que cambie de color hacia un tono marrón, lo que indica pérdida de calidad y sabor, y utilizarla en los 6 meses siguientes.

Salsa César

Ensalada con picatostes, trozos de pechuga de pollo y salsa César / Foto: Canva
Ensalada con picatostes, trozos de pechuga de pollo y salsa César / Foto: Canva

Elaborada a partir de huevo, mostaza de Dijon, aceite de oliva y salsa Worcestershire, esta salsa otorga su nombre a la ensalada César, que se elabora con lechuga, pechuga de pollo a dados asada y picatostes.

Si el envase se conserva intacto puede aguantar hasta un año y medio en la despensa. Una vez abierto, como la mayoría de sus componentes son perecederos, se debe guardar en la nevera, donde durará cerca de unos 9 meses en buen estado. Si no se va a consumir durante mucho tiempo, conviene almacenarla en el congelador.

Alioli

Bote de alioli casero / Foto: Canva
Bol de alioli casero / Foto: Canva

Esta salsa tradicional de Cataluña está creada con ajo, huevo y aceite y siempre debe estar en el frigorífico. Si es de elaboración casera, su duración en la nevera no se extiende más allá de unos 3 o 4 días, ya que el huevo se estropea con facilidad.

En caso de ser industrial, puede aguantar unas semanas más, porque los aditivos artificiales que contiene prolongan su conservación. Sin embargo, no es aconsejable alargarlo más de un mes e incluso debería congelarse si solamente se emplea muy a menudo. Esta salsa tiene un leve toque picante gracias al ajo y sirve para aderezar platos como paellas, fideuá o carnes.

Guacamole

Guacamole acompañado de nachos / Foto: Canva
Guacamole acompañado de nachos / Foto: Canva

Es la salsa por excelencia de la comida mexicana. Elaborada con aguacate, chile verde, tomate, cebolla y lima es ideal para acompañar una fajita, un burrito o unos nachos y aportarles un toque picante a la vez que fresco.

Sin embargo, su vida es muy corta; no se prolonga más allá de dos semanas sin abrir y como mucho dos días tras empezar a usarla. Siempre se debe meter en la nevera, incluso antes de empezar el envase.

Salsa barbacoa

Bol de salsa barbacoa y costillas asadas cubiertas por salsa BBQ / Foto: Canva
Bol de salsa barbacoa y costillas asadas cubiertas por salsa BBQ / Foto: Canva

Esta salsa debe su dulce sabor a la miel y el tomate, los ingredientes principales con los que se elabora, aunque existen recetas que le añaden ingredientes específicos para darle un punto picante. Se utiliza para aderezar carnes y asados.

Sin abrir, puede estar como máximo un año en la despensa. Por la acidez del tomate, puede aguantar abierta alrededor de un mes a temperatura ambiente y hasta 4 meses en el refrigerador.

Salsa pesto

Plato de espaguetis aderezado con salsa pesto / Foto: Canva
Plato de pasta aderezado con salsa pesto / Foto: Canva

Esta salsa originaria de Italia está hecha con albahaca, aceite, piñones y ajo molidos. Aguanta un periodo de tiempo muy corto y siempre dentro del refrigerador, tanto antes de abrirse como después. Cerrado puede durar hasta seis meses, pero abierto solo tres días. Es un acompañamiento idóneo para pastas, como lasañas, macarrones o espaguetis.

Tomate frito

Espaguetis a la boloñesa y salsa de tomate / Foto: Canva
Espaguetis a la boloñesa y salsa de tomate triturado / Foto: Canva

Antes de abrir, se mantiene hasta un año y medio en la despensa. Una vez abierta, puede aguantar hasta 30 días en la nevera en buen estado. Si se congela, puede durar hasta dos meses. Para facilitar su conservación, es recomendable cubrir lo que sobra con una capa de aceite de oliva. Si es tomate sin freír, no debería tenerse más de un par de meses en la despensa.

Salsa de curry

Plato combinado de pollo con curry, fingers y arroz / Foto: Canva
Plato combinado de pollo con curry, fingers y arroz / Foto: Canva

De origen vegetal, esta especie proveniente de la cocina hindú se caracteriza por su toque picante. Se puede conservar en nevera durante una semana. Si se quiere alargar el consumo durante más tiempo, se puede congelar por raciones. Es una salsa muy habitual en platos combinados de pollo y arroz.

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