Este vino mantiene una tradición milenaria y ayuda a visibilizar un pueblo de 84 vecinos en Cuenca

Este es el vino artesanal y ecológico que la viticultora Maribel Fernández elabora en Mazarulleque (Cuenca), un pueblo de 84 habitantes. Nacido para el autoconsumo, ahora se comercializa y es un altavoz para la zona

Carmen Alcaraz del Blanco + EfeAgro

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La niebla entre los viñedos, en Mazarulleque (Cuenca) / Foto: Vinos Artesanos Altomira
La niebla entre los viñedos, en Mazarulleque (Cuenca) / Foto: Vinos Artesanos Altomira

Después de 16 años elaborando un vino artesanal y ecológico para autoconsumo familiar, que maduraba en un conjunto de unas 30 cuevas excavadas en la roca margosa, tal y como se hacía antaño, Maribel Fernández dio un paso adelante y decidió profesionalizarse. Ahora distribuye sus botellas desde su bodega-cueva en Mazarulleque, un municipio de 84 habitantes en una tierra alcarreña como es el Valle de Altomira (Cuenca); con calles ganadas a las rocas, en una zona desconocida y ciertamente olvidada por las infraestructuras básicas. 

La bodega-cueva / Foto: Vinos Artesanos Altomira
La bodega-cueva / Foto: Vinos Artesanos Altomira

«El campo ya tiene paisaje y silencio: lo que le falta son otras cosas, como invertir en pequeños proyectos para revertir la situación y quizá en la siguiente generación podamos ser la España no vaciada», declaró a la plataforma Tierra de Emprendedoras tiempo atrás. El reto de la viticultora se ha convertido en un dinamizador, dado que pone en valor "la historia y la tradición viticultora del pueblo" no solo con su vino. Lo consigue también gracias a las visitas y las catas que organiza, todo un reclamo para aficionados y turistas. En ellas se incluyen paseos guiados, degustaciones e incluso almuerzos con especialidades alcarreñas como las migas y las perdices con judías.

«Quizá la siguiente generación podamos ser la España no vaciada»

Maribel en el viñedo y una copa de vino con la bodega-cueva de fondo / Foto: Vinos Artesanos Altomira
Maribel en el viñedo y una copa de vino con la bodega-cueva de fondo / Foto: Vinos Artesanos Altomira
Maribel Fernández, gerente y alma mater del proyecto, y José Manuel Vieco, viñador de la bodega / Foto: Vinos Artesanos Altomira
Maribel Fernández, gerente y alma mater del proyecto, y José Manuel Vieco, viñador de la bodega / Foto: Vinos Artesanos Altomira

Las cuevas

La bodega-cueva Vinos Artesanos Altomira de Maribel está emplazada en el centro, junto con otras que posee el pueblo. Forma parte de un total de 30 cuevas excavadas en la roca margosa que tradicionalmente han servido como lagares, sobre todo a partir del medievo, gracias a las idóneas condiciones de temperatura y humedad. Sin embargo, este tipo de edificación se remonta a la época celtibérica.

 Calles de Mazarulleque (Cuenca) / Foto: Vinos Artesanos Altomira
Calles de Mazarulleque (Cuenca) / Foto: Vinos Artesanos Altomira

"Muchas de ellas conservan todavía jaraíces, piqueras, pocetes y por supuesto tinajas", explican, aunque hoy día la mayoría se reservan a otros fines familiares o comunitarios, como comidas, meriendas y cenas. En Vinos Artesanos Altomira unieron dos cuevas en una y mantuvieron parte de los antiguos sistemas de producción, como las tinajas dentro de su hornacina. Hoy en día también se utilizan para dar catas en verano y están abiertas al público para visitas.

La luna también participa

En Altomira recuperan y cosechan uvas autóctonas como la malvar y la torrontés, así como la garnacha alcarreña, casi perdida, y la cencibel de cepas prefiloxéricas, que es una subvariedad del tempranillo. Además, sembraron nuevas, como la cabernet sauvignon y syrah, pero siguiendo fieles al grano menudo. 

Uvas del viñedo / Foto: Vinos Artesanos Altomira
Uvas del viñedo / Foto: Vinos Artesanos Altomira

"En 2005 surgió la idea de aprovechar nuestra cueva y nuestros viñedos para crear un proyecto que uniera tradición, modernidad y amor por nuestra tierra. Creando vinos lo más natural posibles, con la mínima intervención técnica, pero aprovechando los conocimientos de nuestros mayores y las posibilidades de nuestro excepcional terruño. A partir de ahí, tíos, primos, padres, hermanos, nuestros hijos Álvaro y Paula, empezaron a participar en este proyecto tan ilusionante".

Cultivo de la vid con un chozo pastoril del siglo XVIII de fondo / Foto: Vinos Artesanos Altomira
Cultivo de la vid con un chozo pastoril del siglo XVIII de fondo / Foto: Vinos Artesanos Altomira

Se vendimia y selecciona a mano y después la transportan en cajas de 15 kilos con las que no tarda "ni 15 minutos de llegar del campo a la bodega". Ya en ella, se fermentan en depósitos inoxidables y algunas veces en tinajas de barro, sin añadir ni levaduras, ni pectinas, ni polifenoles, ni sulfitos; tampoco incorporan azúcares, acidifican, clarifican o filtran. "Todos los trasiegos y embotellados se rigen por la luna, como se hacía antiguamente, acercándonos así a los conceptos de la biodinámica", afirma.

Paisaje de la vid / Foto: Vinos Artesanos Altomira
Paisaje de la vid / Foto: Vinos Artesanos Altomira

Los empujones necesarios

El punto de inflexión fue en 2020, gracias a la puntuación que "un gurú de los vinos" le dio durante una cata privada. A partir de ahí, empezó a plantearse la idea de comercializar esta bebida, recuerda la fundadora. Asimismo, el "amor por su pueblo" funcionó como un empujón más para abrir al público lo que durante más de 15 años había mantenido para tan solo ella y su familia.

Familia y equipo / Foto: Vinos Artesanos Altomira
Familia y equipo / Foto: Vinos Artesanos Altomira

Estos dos motivos le llevaron a convertir su afición personal en un proyecto de vida, con el que contribuye a promocionar el turismo de su pueblo y su comarca. Además del paisaje agrícola y el patrimonio cultural que preservan, es una zona ZEPA (Zona Especial Protección de Aves), sobrevolada, entre otras aves, por águilas, perdices rojas y grullas.

Premios vs. obstáculos

Hace una semana, Maribel fue galardonada por la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (Fademur) con una beca financiada por la Fundación PepsiCo para seguir desarrollando y mejorando su proyecto. Una ayuda que, a veces, en el medio rural se convierte en imprescindible para poner en marcha iniciativas como la suya.

La productora reconoce que en estos entornos "hay más dificultades para hacerse un hueco en el mundo del vino", pues no ayudan las carreteras "desastrosas" ni redes de internet que no llegan bien. Son sólo algunos de los obstáculos con los que esta emprendedora se encuentra en el día a día al vivir en el medio rural, si bien para esta viticultora es "una satisfacción" tener su bodega en el lugar donde nació y, además, poder situarlo en el mapa gastronómico y cultural.


VINOS ARTESANOS ALTOMIRA C/ Pozo de la Villa 4. El Valle de Altomira. Mazarulleque 16510 (Cuenca) / (+34) 676 772 183 / (+34) 619 713 846 / Tienda online

Cepas / Foto: Vinos Artesanos Altomira
Cepas / Foto: Vinos Artesanos Altomira
Viñedos en Mazarulleque (Cuenca) / Foto: Vinos Artesanos Altomira
Viñedos en Mazarulleque (Cuenca) / Foto: Vinos Artesanos Altomira