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Adiós (por ahora) al Café Gijón: el histórico café literario de Madrid abrirá renovado en 2026

El Grupo Cappuccino, nuevo propietario, prevé reabrir el emblemático espacio del Paseo de Recoletos en enero manteniendo la esencia del establecimiento

Redacción / Agencias

3 minutos

Fachada del Gran Café Gijón en Madrid / Academia Madrileña de Gastronomía

Una de las instituciones más entrañables de la vida cultural madrileña, el Café Gijón, ha sido adquirida por el Grupo Cappuccino, que planea cerrar el local hasta enero para realizar obras de reforma con la promesa de respetar su identidad literaria y su legado histórico.

La operación se ha llevado a cabo con el asesoramiento de la consultora Busquets Gálvez, mediadora entre la familia Escamilla —propietaria hasta ahora— y el grupo recién entrante. En un comunicado conjunto, se asegura que el nuevo propietario “conservará la esencia que le ha acompañado a lo largo de su historia” y reabrirá el local respetando su carácter centenario como punto de encuentro literario y cultural.

El cierre temporal responde a la necesidad de adecuar las instalaciones —posiblemente, mejoras técnicas, remodelaciones interiores y adaptaciones normativas— sin alterar la atmósfera que ha convertido al Gijón en un símbolo muy querido de Madrid.

Un símbolo vivo de la cultura madrileña

Desde su inauguración en 1888 por Gumersindo Gómez (a veces citado como Gumersindo García), el Café Gijón —ubicado en el Paseo de Recoletos, frente a la Biblioteca Nacional— ha sido un espacio emblemático de tertulias, debates intelectuales y reunión de generaciones de escritores, periodistas y artistas. 

Durante las décadas del siglo XX, fue punto de cita habitual para figuras como Ramón María del Valle-Inclán, Pío Baroja, Camilo José Cela o Gerardo Diego, entre muchos otros, quienes tejieron en sus mesas parte de la historia literaria de España. 

Interior del Café Gijón (Madrid) / Restaurantes y Tabernas Centenarios de Madrid

En este contexto intelectual nació el Premio Café Gijón, instituido en 1949 por impulso de tertulianos como Fernando Fernán Gómez, Gerardo Diego, Camilo José Cela y otros amigos vinculados al café, con el propósito de crear un galardón literario independiente que compitiera con el prestigio del Premio Nadal.

Durante sus primeros años, el propio Café Gijón gestionaba el premio, que reconocía novelas inéditas —aunque en ocasiones las obras premiadas no pudieron publicarse por falta de fondos—. En los años setenta sufrió crisis de financiación y organización, hasta que en 1989 fue revitalizado con el apoyo del Ayuntamiento de Gijón, que asumió su gestión y dotación económica (actualmente alrededor de 20.000 euros). 

Entre sus galardonados históricos se encuentran autores como Eusebio García Luengo, quien obtuvo el premio en su primera edición por La primera actriz. En los años recientes, autores de España y América Latina han seguido convocados al certamen como un símbolo vinculado a la memoria literaria del café. Este 2025, el ganador ha sido el escritor barcelonés Marc Colell con la novela Las crines.

Expectativas frente al relevo empresarial

La llegada de Grupo Cappuccino genera expectativas positivas, pero también preguntas: ¿será capaz de preservar no solo la decoración y los rincones reconocibles, sino la atmósfera intangible del Gijón? ¿Mantendrá vivo el espíritu de tertulia y conversación pausada que lo caracterizó?

Cappuccino ya gestiona una amplia red de locales como los Capuccinos Grand Café en zonas 'prime' de Madrid, Valencia, Sevilla, Marbella, Baleares (Ibiza y Mallorca) y Suiza (Gstaad), además de otros espacios como Tahini Sushi Bar o Lobster Club, y posee experiencia en intervenciones arquitectónicas con carácter elegante, por lo que algunos confían en que sabrá conjugar innovación y respeto al legado.

El anuncio de que el proyecto no pretende “alterar el alma” del Café Gijón resulta alentador. Pero el verdadero desafío estará en el momento de la reapertura en enero de 2026: será ese instante cuando se verá si este establecimiento emblemático sigue latiendo como lugar con historia, y no como simple objeto nostálgico remodelado.

Porque el Café Gijón es un trozo vivo de la Madrid literaria, un espacio de memoria colectiva que atraviesa generaciones y un local que reforzó su vocación creadora y que, más allá de servir café, se convirtió en promotor de las letras. Habrá que ver qué sucede tras esta anunciada renovación.