¿Quién es L'Anguleru? El Papá Noel asturiano que reparte regalos y vive en un pueblo de pescadores

San Juan de la Arena (Asturias) recupera del imaginario popular esta tradición navideña: L'Anguleru. Un pescador con traje amarillo que ilusiona a los más pequeños en Navidad

Javier Llavona

Periodista de viajes y gastronomía

Guardar

El Anguleru de San Juan de la Arena (Asturias) / Foto:  Eduardo Breña cedida
El Anguleru de San Juan de la Arena (Asturias) / Foto: Eduardo Breña cedida

Por estas fechas de Navidad, una figura de indumentaria en amarillo chillón surge del corazón del mar Cantábrico: el Anguleru. Un pescador de peto vistoso, botas de caña alta y gorro de lana que reparte ilusión entre los más pequeños de San Juan de la Arena (Asturias), un pueblo ligado al mar en lo más profundo de su ser, y también en el nombre. El gélido ambiente, y la humedad que emana desde la propia ría del Nalón, no impiden que niños y niñas bajen al puerto de esta localidad para disfrutar de la magia de la Navidad asturiana y de su personaje más representativo.

Área de San Juan de la Arena/ Foto: Turismo de Asturias
Área de San Juan de la Arena  / Foto: Turismo de Asturias

Una tradición recuperada por la Asociación Garabuxada de L’Arena que se repite cada tarde de Nochebuena cuando este lobo de mar, venido de los mares más salvajes imaginables, reparte ilusión entre los guajes —y no tan pequeños— de esta coqueta localidad, perteneciente al concejo de Soto del Barco, en el occidente asturiano, que tuvo un papel protagonista en el desarrollo de la Asturias del siglo XIX. Un viaje mágico que comienza en el mar de los Sargazos (por la proliferación de algas de esta especie que cubren su superficie), un páramo en medio del Atlántico, sin pertenecer a ninguna nación.

La llegada del Anguleru

El Anguleru llegando en su barca / Foto: Facebook Turismo de Asturias
El Anguleru llegando en su barca / Foto: Facebook Turismo de Asturias

El pequeño farolillo del Anguleru se aprecia desde la bocana de la ría. Los primeros gritos, alguna lágrima y ojos inquietos se palpan en un ambiente cargado de emoción y sentimiento. No hay grandes espectáculos, pirotecnias ni performances que acompañen esta estampa. Solo la narrativa de un pueblo que le debe mucho a la angula —la cría de la anguila—, una de las joyas de la gastronomía asturiana, que en esta zona alcanza su máxima expresión. 

La barca llega al puerto deportivo, a la sombra de los antiguos cargaderos de carbón y la mirada fría de las antiguas trincheras de la Guerra Civil, cargada de ilusión. Y estallan los aplausos, los vítores, el júbilo y se desparrama la ilusión. Un año han esperado los pequeños para volver a ver a este Papá Noel con traje de agua amarillo, como el que pueden ver cada día en el puerto o en la rula de la cercana villa de Avilés. Bajo el árbol, los vasos de leche y galletas para los Reyes Magos o las zanahorias para Rudolph y los elfos se cambian por un pequeño gorro de lana con algún tentempié, para que este intrépido pescador de voz grave y barba frondosa recupere fuerzas tras su larga travesía atlántica. 

De regalo, ¿angulas?

El Anguleru y su ayudante Lolina con su farolillo / Foto: Asociación Garabuxada
El Anguleru y su ayudante Lolina con su farolillo / Foto: Asociación Garabuxada

Entre los regalos y detalles que el Anguleru ofrece no deberían faltar kilos y kilos de angula. Un bocado que cotiza en las tres cifras el kilo al comienzo de su campaña, a mediados de otoño, y que apenas conservan actualmente unos ciento cincuenta anguleros con licencia para su captura. Los puntos de luz de los pescadores parecen competir con los pilotos verde y azul del cercano aeropuerto, auténticas estampas de madrugada que adornan la kilométrica playa de los Quebrantos. 

Las capturas son escasas y no se libran de los cambios que sufre el Cantábrico en los últimos meses: un aumento de la temperatura y una mayor concentración de microplásticos que amenaza con que la angula acabe siendo más una tradición oral de estos lares, como las ostentosas casonas de indianos o el transporte marítimo del carbón. 

En riesgo de desaparición

Cazuelita de angulas / Foto: Facebook Turismo de Asturias
Cazuelita de angulas / Foto: Facebook Turismo de Asturias

Algunos creen que estos son los factores clave para que las capturas se hayan rebajado a su mínima expresión; las casi 60 toneladas capturadas a finales de los años setenta poco se parecen a la única tonelada de 2021. Los ecologistas asturianos piden, de hecho, una veda a su captura con el fin de que haya una recuperación de la especie y una mayor protección de este preciado bocado cuya demanda supera una oferta comprometida. Mensajes de cuidado medioambiental que L’Anguleru, acompañado por su ayudante Lolina, transmite a los más jóvenes a quienes llama Llendadores y Llendadoras, los auténticos guardianes del Paraíso.

Tanta es la fama de la angula del Nalón que aquí se celebra, durante el mes de marzo, el único festival gastronómico alrededor de este manjar en Asturias. Declarado Fiesta de Interés Turístico Regional, el evento cumple más de treinta años viendo como uno de los principales motores económicos languidece en una zona, la del occidente asturiano, que parece olvidada de las grandes agendas nacionales. Al menos, quedará la ilusión de una localidad como San Juan de la Arena y la sonrisa inocente de unos pequeños que, quizás, en unos años crean que las angulas son parte de la fantasía navideña. 

El Anguleru cuenta su historia en este vídeo: 

Archivado en: