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¿Es peligroso meter una olla con comida en el frigorífico? Esto dicen los expertos

Guardar sobras en la olla en la nevera puede parecer práctico, pero puede conllevar riesgos para la salud: cuáles son esos riesgos y cómo conservar la comida de forma segura

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Persona colocando una olla con comida dentro de una nevera / Canva
Persona colocando una olla con comida dentro de una nevera / Canva

Acabas de cocinar y te ha sobrado comida. Buscando una solución rápida para no desperdiciarla y consumirla más tarde, decides poner esa olla directamente en el frigorífico. Pero, ¿es esa una solución segura? ¿Es tu nevera un parking para ollas? Debes tener en cuenta que esta práctica común podría afectar tanto a la calidad de los alimentos como a tu salud.

Lo dice la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otros expertos, que alertan sobre los riesgos para la vida útil de los alimentos y para nuestro bienestar digestivo si no conservamos la comida de manera adecuada. Te contamos cuáles son esos riesgos y cómo deberías almacenar tu comida ya cocinada. 

¿Se deben guardar ollas con comida dentro del frigorífico?

Olla con legumbres / Foto: Canva
Olla con un guiso de legumbres / Canva

Según la OMS, esta práctica no es recomendable. El motivo principal es que las ollas no son recipientes diseñados para la conservación en frío: pueden favorecer la proliferación de microorganismos y acelerar la oxidación de los alimentos, lo que altera su sabor, textura e incluso su seguridad.

Las cazuelas, cacerolas y ollas son utensilios de cocina diseñados para cocinar, no para almacenar. Cuando se introducen directamente en la nevera:

  • No suelen cerrar herméticamente, lo que permite la entrada de aire y microorganismos.
  • El metal, en algunos casos, puede reaccionar con los alimentos ácidos, como salsas de tomate o guisos, alterando su sabor.
  • Al no estar pensadas para refrigeración, facilitan la pérdida de humedad y, por tanto, la comida puede secarse antes.

Según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), lo ideal es guardar las sobras en recipientes herméticos de vidrio o plástico aptos para refrigeración, ya que reducen la exposición al oxígeno y a contaminantes externos.

¿Qué riesgos hay para la salud?

El mal almacenamiento es una de las causas más comunes de intoxicaciones alimentarias, junto con la rotura de la cadena de frío. Guardar comida en una olla en la nevera puede provocar:

  • Contaminación cruzada, si la olla entra en contacto con otros alimentos.
  • Crecimiento de bacterias, como Listeria monocytogenes o Salmonella, si el alimento no se enfría correctamente.
  • Oxidación acelerada, que no es peligrosa en sí, pero altera el valor nutritivo y la calidad organoléptica del plato.

Según el Centers for Disease Control and Prevention (CDC) de EE.UU., cada año 48 millones de personas sufren intoxicaciones alimentarias, muchas de ellas relacionadas con prácticas de almacenamiento inadecuadas.

Consejos para conservar la comida de forma segura

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Lo ideal es guardar la comida sobrante en la nevera con recipientes herméticos de cristal / Canva

Si quieres mantener tus alimentos frescos y seguros, ten en cuenta estas recomendaciones:

1. Enfría antes de refrigerar

No introduzcas la comida caliente directamente en la nevera. El cambio brusco de temperatura puede dañar la textura del alimento y elevar la temperatura interior del frigorífico, afectando a otros productos. Lo ideal es dejarla enfriar a temperatura ambiente un máximo de dos horas antes de refrigerar.

2. Usa recipientes herméticos

Opta por envases de plástico o vidrio con cierre seguro. Esto evita la entrada de aire y microorganismos, y mantiene la humedad. No uses la olla ni las cazuelas, salvo que cuenten con una tapa adecuada y cierre hermético.

3. Evita las latas abiertas en la nevera

Si te sobra comida enlatada, trasládala a un recipiente de vidrio. Las latas abiertas en frío pueden transferir compuestos metálicos al alimento.

4. Congela si no vas a consumir pronto

Si no vas a comer las sobras en 48 horas, lo mejor es congelarlas en porciones individuales para evitar desperdicio.

5. Higiene ante todo

Nunca manipules los alimentos con las manos sucias ni uses utensilios contaminados, ya que esto puede introducir bacterias en el recipiente.

Así, los expertos de la OMS, la AESAN y los CDC coinciden: lo ideal es guardar los alimentos en recipientes limpios, cerrados y aptos para refrigeración, enfriarlos antes de meterlos en la nevera y congelar lo que no se vaya a consumir pronto. De este modo, evitarás intoxicaciones, mantendrás la calidad del plato y prolongarás su vida útil.

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