Cacaolat en polvo: probamos la versión para casa del batido más popular de Cataluña

La marca de batidos, cuya historia se remonta a 1933, lanza de nuevo su cacao en polvo para disolver en la leche. ¿Cómo y cuál es su mejor momento de consumo?

Iker Morán, periodista y autor en Hule y Mantel

Periodista

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Vaso y sobre de Cacaolat en polvo / Foto: Iker Morán
Vaso y sobre de Cacaolat en polvo / Foto: Iker Morán

¿Eres más de ColaCao o de Nesquik? A este clásico debate sobre el cacao en polvo se acaba de sumar un nuevo competidor: desde hace unas semanas en los supermercados se puede encontrar también Cacaolat en polvo.

La marca de batidos más popular en Cataluña, cuya historia se remonta a nada menos que 1933, quiere ahora conquistar los hogares para que, según sus responsables, el consumidor pueda decidir la cantidad e intensidad de su Cacaolat. No parece fácil cambiar una costumbre tan arraigada como la del Cacaolat en el bar, pero de momento hemos querido probarlo para ver si realmente sabe como el de siempre.

La más veterana

Aunque fuera de Cataluña y del Mediterráneo no es tan conocido, lo cierto es que la historia de esta bebida de cacao es bastante fascinante. De hecho, se suele señalar Cacaolat como la marca industrial de batido de chocolate más veterana del mundo. Desde 1933 ha pasado por diversas manos, pero la última parte de su trayectoria es bastante conocida. Entre 2007 y 2011 estuvo en manos de Nueva Rumasa y como casi todo lo que tocaron, acabó muy mal.

El grupo Damm acudió al rescate en 2011 y desde 2021 es el único propietario de la marca, que se produce en Santa Coloma de Gramenet. Otro dato interesante y que seguro que muchos ahora rescatarán del olvido: no es la primera vez que Cacaolat se presenta en polvo y dispuesto a a conquistar el mercado doméstico. Ya lo hizo a finales de los 80, en bote de plástico y con los mismos colores amarillo y marrón que siempre han marcado la estética de la compañía.

Más económico

Lata de Cacaolat en polvo / Foto cedida
Lata de Cacaolat en polvo / Foto cedida

Así que, en realidad, habría que hablar de la vuelta del Cacaolat en polvo, aunque es verdad que después de más de 30 años la mayoría se habrá olvidado de aquella etapa. El concepto, claro, sigue siendo el mismo: cacao en polvo para disolver en la leche. Se presenta en botes de 300 gramos, con un precio de unos 3,5 euros, lo que supone que el kilo sale por entre 11 y 12 euros.

Calculadora en mano, si la ración para una taza o vaso es de unos 20 gramos, eso significa que un bote da para unos quince Cacaolats. Es decir, cada uno tendría un coste de poco más de 20 céntimos. Queda claro, por tanto, que el argumento económico respecto a la versión tradicional del batido es potente.

Frío o caliente

Se puede tomar y preparar frío, caliente o templado, prometen sus creadores. Lo probamos y, efectivamente, se disuelve perfectamente también en leche fría. Nada de grumos en ninguno de los casos, así que en este sentido estamos más cerca del Nesquik que del ColaCao.

El sabor, claro, no busca acercarse a ninguno de esos dos productos, si no abanderar su propia identidad. Y lo consigue, la verdad. Sabe a Cacaolat de botella, al de siempre. Es lo lógico y esperable puesto que se trata del mismo preparado de la marca, pero posiblemente es la pregunta más habitual que se están haciendo quienes miran este cacao en polvo para desayunar.

¿Batido para desayunar?

Vaso y sobre de Cacaolat en polvo / Foto: Iker Morán
Vaso y sobre de Cacaolat en polvo / Foto: Iker Morán

No hace falta intentar describir el sabor del Cacaolat, que para eso llevan casi 100 años en el mercado. Pero quienes no sean consumidores habituales —como nosotros— igual se sorprenden del nivel de dulzor. Un repaso a la lista de ingredientes confirma que lleva más azúcar que su competencia. Casi 81 gramos de azúcar por cada 100 gramos de producto, frente a los 70 del ColaCao y los 75 del Nesquik.

Aunque está muy lejos de ser un alimento sano, no falta algún reclamo en esta línea. “Sin gluten y con sólo 159 kcal por taza”, leemos en el envase. El cacao utilizado, por cierto, se presenta como “sostenible”.

Todo ello, nos lleva a una pregunta interesante: ¿Cuál es su momento de consumo? En el caso de los otros cacaos solubles parece claro que, aunque sea una idea nutricionalmente muy cuestionable, están pensados para el desayuno. Pero Cacaolat, más allá del formato, es un batido de chocolate y esa denominación evidencia que no es, ni de lejos, un desayuno recomendable.

Así que una merienda o un tentempié a media mañana en casa se perfilan como su posible espacio ideal. De hecho, tenemos la sensación de que no se trata de hacer la competencia a las otras marcas de cacao, sino a su propio batido. O, como dicen ellos, dar nuevas opciones de consumo.

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