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Despensa

San Valentín: 4 vinos para viajar, beber y enamorarse (solo o en pareja)

Estos cuatro vinos son un verdadero flechazo: abogan por el romanticismo y por el viaje ya que se elaboran en bodegas que, además, ofrecen alojamiento para hacer una escapada

4 minutos

San Valentín: 4 vinos para viajar, beber y enamorarse (solo o en pareja) / Foto: Collage Hule y Mantel

Hoy es martes 14 de febrero y todos los sabéis, hay algo en el ambiente, la gente sonríe más y saluda más, habéis folla.. folling in love!! Estamos en la fecha, en el Día de los Enamorados, y no podía faltar "la lista de vinos winelover for lovers". En Hule y Mantel somos muy modernos, sabemos que para ser feliz no hay que estar en pareja y que se puede vivir muy bien solo o en el poliamor. Pero San Valentín vende mucho y nosotros queremos daros vuestra cota de capitalismo en forma de márketing como pretexto para gastar en vino. Dicho así suena feo, mejor aboguemos por el amor y lo bonico que es andar de la mano el uno del otro. Así que os recomendaré cuatro vinos que os enamorarán y que os invitarán a viajar porque las bodegas que los elaboran, además, tienen alojamiento. 

Vignalina 2019 (Tenuta Santa Caterina)

Vignalina 2019 de Tenuta Santa Caterina / Foto: web

Imaginaos paseando por las increíbles tierras del Piamonte. Sol, verdes praderas que se levantan acompañadas de hileras preciosas de viñedos en pleno apogeo... Las nubes son de algodón y la tierra huele a cacao en polvo, todo es tan jodidamente bonito que daña al corazón. Estás en el centro del Piamonte, en las increíbles tierras de Asti, por las que el vino corre como ríos de sangre, historia y patrimonio del mundo mundial. ¡Qué lugar más romántico, por Dior! Aquí nace el Vignalina 2019, un Barbera d’Asti Superiore incontestable. Además tiene como logo un pegaso unicornio, esto tiene que dar puntos a la pareja winelover.

Tenuta Santa Caterina es una bodega en Monferrato, justo al lado de Asti, y se ubica en una casa de campo típica piamontesa, elegante y con una imponente fachada que te lleva a tiempos pasados. La casa también es usada para albergar visitas, una especie de relais donde crear un ambiente de lo mas chic. Imaginaos dormir entre esas paredes cargadas de historia, caminar por senderos llenos de viñas a cada lado o abrir una botella en su histórica biblioteca. Todo eso es posible, pero es más cercano abrirse una botella de Vignalina 2019 con tu pareja y dejarse llevar por los sentidos. Precio: 18€ aprox.

Komokabras naranja (Adega Entre Os Ríos)

Komokabras naranja de Adega Entre Os Ríos / Foto: web

Si sois de esas parejas que os gusta ir a la montaña, cargados o ataviados con mochilas llenas de utensilios raros, campingaz, tienda de campaña y unas botas que pone Quechua. Si sois de esos semi caprinos y “tiráis pa’ el monte”, tenemos un vino muy ajustado a vosotros. Komokabras naranja (Tinaja) es vuestro match perfecto, un orange wine a base de uva albariño hecho en la Tierra de Barbanza e Iría. El responsable de ello es José Crusat en la bodega familiar Adega Entre Os Ríos. Como bien reza el nombre, es una bodega entre dos ríos, en la parte alta de Pobra do Caramiñal (La Coruña).

La familia de José tiene, a parte de la bodega, una preciosa casa rural donde albergar visitas. Es un enclave mágico, ya que se hace fuerte en la apertura del río Pedras creando una mini isla de fantasía. Merece la pena la visita y la estancia porque la magia envolvente de los bosques gallegos allí es patente. Rocas grandes en los márgenes del rio, árboles antiguos llenos de moho y humedad, el rio corriendo... Y para acompañar a esa naturaleza en su estado más salvaje, nada mejor que abrir una de las botellas más radicales del mainstream naturi. El Komokabras naranja (tinaja) es un vino salvaje, una expresión de la albariño que, con sus cinco semanas de maceración con pieles, nos ofrece una cara hasta ahora oculta. Tanicidad, rusticidad y amplitud con esa acidez característica de los albariños. Perfecto para las cabras de montaña. Precio: 16,95€ aprox.

One Night Rosé (Heretat Montrubí)

One Night Rosé de Heretat Montrubí / Foto: web

Para todas aquellas parejas citizens que os gusta ir de restaurantes, los bares de vino, el teatro, las escapadas, porque “de esa forma escapamos a la monotonía en la ciudad”. Las redes sociales os molan, Instagram es vuestra iglesia y lo mainstream sus mandamientos. Como buenos consumidores de vino, estáis a la vanguardia del winneloverismo sabéis que los orange empiezan a estar demodé y lo que pone palote son los rosadosOne Night Rosé es el elegido para vosotros, el rosado de Heretat Montrubí en el Penedès.

Un rosado que hace las delicias de todos, tiene esa fruta fresca y alegre, con su bien de acidez pero, claro, papá sumoll y mamá garnacha no saben hacer vinos normales, así que deja una estructura en boca sublime. Nada de fresqueo o glu glu, no, algo bien hecho al que su naming no le hace justicia. Para degustarlo, nos vamos a su bodega, que está situada en una antigua casona de indianos en el pueblo de l’Avellà (Barcelona). Otra gran bodega que nos deja alojarnos en sus habitaciones, hacer una visita por sus pasillos y paredes llenas de historia y tomar una copa de su rosado en su wine bar. Como sea, Heretat Montrubí es un enclave precioso donde dar rienda suelta a vuestro amor. Precio: 15,50€ aprox.

Presidential Tawny Colheita 2007

Presidential Tawny Colheita 2007 / Foto: web

Y finalizamos con una de las más bellas visitas, porque queda a las orillas del Atlántico y es super winelover. Oporto y sus inmortales vinos. Esa preciosa ciudad de calles empinadas que caen en picado a los costados del Duero, en su desembocadura en Vilanova de Gaia. Porque aquí da igual la bodega u bodegas, aquí lo precioso es alojarte en cualquier hotel de su casco histórico y visitar la ciudad. ¡Qué ciudad más rebonica! Un Stendhalazo de los buenos.

Os abrazáis, amáis, besáis y buscáis las miradas atontadas por cada rincón de ella y como no, bebed, bebed mucho vino de Oporto, tanto blanco como tinto, porque da gustico al alma. Yo os recomiendo el Presidential Tawny Colheita 2007, un blanco que fue probarlo y tener el flechazo. Sí, ese que os da a vosotros con vuestra pareja, pero a mí con el vino. En este caso me lo ofreció una señora mayor muy maja, al probarlo le arranqué de las manos esa botella para observar bien de dónde salía tanto amor. Un Dios embotellado y placer infinito para mi corazón. Hagan caso y viajen, viajen mucho y beban por igual, que la vida es un carnaval y es más bello vivir bebiendo, viajando. Precio: 40€ aprox.