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Cierra el restaurante Sants es Crema: "El negocio funciona, pero no me motiva hacer bocadillos"

Hablamos con Jordi Bernús, propietario y jefe de cocina de este restaurante del barrio de Sants (Barcelona) sobre los motivos que le han llevado a tomar esta decisión

autor laia

Coordinadora de Hule y Mantel

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Rótulo y persiana del restaurante Sants es Crema / Foto: Instagram
Rótulo y persiana del restaurante Sants es Crema / Foto: Instagram

Una lamentable pérdida para la gastronomía y la restauración del barrio de Sants (Barcelona). El restaurante Sants es Crema ha lanzado hoy, en sus redes sociales oficiales, la noticia con un mensaje claro: "Después de más 6 años, Sants es Crema cerrará el 9 de marzo. Han sido unos años con muchas cosas buenas y otras no tanto. Nos llevaremos un master en gestión y supervivencia, ahora mismo falta motivación para continuar con este proyecto. Hasta pronto. Sants es Crema siempre". 

Hablamos con Jordi Bernús, propietario y jefe de cocina del restaurante, para conocer de primera mano el por qué de este cierre, después de seis años. "Son muchos motivos, pero los restauradores que hemos pasado la COVID en pequeños locales, nos hemos ido quemando, y ahora cuesta más sacar las ganas y las fuerzas para enderezar las situaciones", apunta. 

¿Por qué ha cerrado?

"El local funciona, es rentable al 100%, pero no me motiva lo suficiente", puntualiza el cocinero para Hule y Mantel. Y también apunta a otros motivos vinculados con lo gastronómico: "Hacer bocadillos no es lo que me apasiona, lo hice como solución durante la pandemia, pero tampoco he podido generar las condiciones para hacer el cambio y volver a lo que hacíamos antes. No me veo haciendo bocadillos toda la vida. Cuanto antes lo cierre, mejor".

Bocadillos del restaurante Sants es Crema / Foto: Instagram
Bocadillos del restaurante Sants es Crema / Foto: Instagram

Bernús, que ha pasado por las cocinas de elBulli, la Enoteca Pinchiorri o el Ritz Cartlon de Jakarta, puso en marcha este restaurante en 2017, junto con su socio Alberto Moyano, conocido por su labor de divulgación y recuperación de bodegas detrás de En Ocasiones Veo Bares.

El proyecto ofrecía, en sus inicios, una cocina basada en la brasa, en forma de platos y de menú degustación. La pandemia obligó a reducir plantilla y a replantear el concepto hacia los bocadillos. "El cambio fue pensado y forzado, para poder seguir facturando", nos cuenta.  

A día de hoy, Bernús afirma que "en un mundo idílico me hubiera gustado mantener Sants es Crema abierto bajo mi supervisión, y poder abrir un proyecto más gastronómico, que es lo que me gusta. Pero para que se den estas condiciones, o es muy difícil o tiene que pasar mucho tiempo, y ya no tengo tantas ganas de hacer este camino". 

¿Qué ha aportado a la restauración de Sants?

Croquetas y bocadillo de Sants es Crema / Foto: Instagram
Croquetas y bocadillo de Sants es Crema / Foto: Instagram

Convertido en referente gastronómico de Sants, y miembro de la asociación D.O.Sants, Bernús considera que, en estos años, el restaurante ha aportado "diversidad". Y añade: "La hostelería es, cada vez más, un copia y pega. Ves los mismos platos en todos los sitios. Que si restaurantes canallas, que si gyozas, que si tatakis, que sea todo instagrameable... Te puedes dar una vuelta por Barcelona y el 99% de las cartas son lo mismo". 

Ellos han intentado diferenciarse, "aún haciendo bocadillos, hemos hecho bocadillos que sólo se comen aquí. Y antes también lo intentamos con los platos de autor, siempre hemos querido tener personalidad, algo que falta mucho en la hostelería".   

¿Cuál es su futuro?

Sants es Crema cerrará el 9 de marzo, no habrá fiestas ni actos de despedida. "Creo que estará lleno hasta el día que cierre, así que no me da la vida para organizar nada". El local, tal y como han acordado los socios, se traspasará.

"Por mi parte, estoy buscando trabajo. En la cocina, siempre. Me apetece llevar una cocina grande, como hacía antes. Me he lanzado a la piscina, se ha dado el contexto, pero no sé lo que pasará. Aún así, la decisión está tomada", reconoce Bernús. ¿Y las reacciones de la clientela? "De momento, por lo poco que he visto, un poco de lagrimilla", reconoce. Normal, es una gran pérdida.