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Cuaderno de Viaje

4 casas de comida en tu ruta de hórreos y acantilados por Les Mariñes (Villaviciosa, Asturias)

Hórreos, vacas, acantilados, prados, llámpares, sidra, marisco, fabada y buenas raciones. Les Mariñes de Villaviciosa cumple con la idílica idea del viajero respecto a la costa asturiana y su mesa

4 minutos

Casa en Les Mariñes / Javier Llavona

El Cantábrico, fondas de antaño y ganadería rodeada de frescos y verdes pastos. Estos algunos de los reclamos que ofrece el territorio comprendido entre los ríos Nora (frontera con el vecino Gijón) y el río Merón, en Villaviciosa. Privilegiada atalaya sobre el mar, la zona de Les Mariñes permite que el viajero curioso indague en una agricultura sosegada, sin artificios, y en una ganadería extensiva, de tú a tú, donde aquí sí que se conoce a las reses por su nombre. 

Paisaje de Les Mariñes / Javier Llavona
Vaca pastando en Les Mariñes / Javier Llavona

La arquitectura popular de la zona, conocida como mariñana, sorprende por la sencillez de sus casas robustas en una única planta. Acompañadas de una fértil huerta de tierra negra, como el azabache que hoy en día aún podemos encontrar bajo el suelo, cuentan con una cuadra anexa así como uno de los iconos asturianos más reconocibles, el hórreo tradicional. 

Hórreo en Les Mariñes / Javier Llavona

Las llanuras de Les Mariñes invitan a disfrutar de las sinuosas carreteras que parecen caer al Cantábrico mientras recorremos alguno de los restaurantes más renombrados de la zona. Una buena forma de tener un primer contacto con productos como la tierna ternera asturiana, los pescados frescos de la mar o una variada huerta, siempre regado con unas botellas de sidra asturiana D.O

Casa Koty

Entre plantaciones de manzanos, nuestra primera parada es Casa Koty. Célebre bar en los años ochenta, aún mantiene la esencia de los guisos de antaño. Populares entre los locales son sus fabadas y los salpicones de marisco que se captura, diariamente, entre los cercanos acantilados de tonos plateados. 

Casa Koty / Turismo Villaviciosa

Los protagonistas de Casa Koty son sus platos más tradicionales que llevan sirviéndose, inalterables, durante décadas. Una cocina pura donde importa más el contenido que el continente. Abundantes raciones para saciar el hambre del viajero más hambriento. Precio medio 20€. // Casa Koty. La Capellanía, 14. Quintueles (Tienen menú apto para celíacos)

Casa Kilo

Dejando la parroquia de Quintueles a nuestro lado, nos acercamos a otra de las mejores propuestas de la zona: Casa Kilo (Cimadevilla, 2 Quintes). Conocido entre los lugareños como Casa Abel, este restaurante ubicado junto a la iglesia de Quintes es todo un reclamo en la zona.

Casa Kilo en Les Mariñes / Javier Llavona

Artistas, cantantes, escritores o reconocidas actrices, además de todo tipo de farándula, se han sentado a la mesa de una casa donde los protagonistas son los mariscos y pescados de roca. Desde su besugo hasta el centollo del Cantábrico, es este un restaurante con una calidad suprema. Precio medio 35€. // Casa Kilo. Cimadevilla, 2. Quintes. Telf. 985 89 42 13

Casa Castañón

Siguiendo la carretera que nos lleva hasta la playa España, entre granjas y hórreos, hacemos parada en Casa Castañón (Santa Ana, 33 Quintes). Destaca por una carta sencilla donde abundan las raciones como los calamares o croquetas, así como platos típicos de la cocina asturiana como la fabada o el cachopo

Entrecot y cachopo en Casa Castañón en Les Mariñes / Javier Llavona
Las corquetas de Casa Castañón en Les Mariñes / Javier Llavona

A diferencia de otros restaurantes de la zona, Casa Castañón se encuentra junto a las antiguos llagares de Sidra Castañón, en una casa mariñana totalmente reformada. Su idiosincrasia apela al recuerdo de los bares – merenderos, tan populares en Asturias y típicos de las jornadas estivales, donde el aroma a tortilla y sidra inundaba las mágicas noches del verano astur. Todo un acierto tras un día de playa. Precio medio: 15€. // Casa Castañón. Santa Ana, 33. Quintes. Telf. 985 89 48 07

Venta La Esperanza

Nuestra última parada, y no por ello menos importante, es en Venta La Esperanza (carretera N-632, 19 Villaviciosa). Ubicado en plena nacional y manteniendo la esencia de las fondas de antaño, esta casa de comidas es sin duda uno de los imprescindibles en Les Mariñes. Una cocina aparentemente sencilla, con productos kilómetro cero como la lechuga de su huerto o los huevos caseros, y donde los detalles priman, ante todo.

Desde su entrecot de ternera asturiana (ideal para dos) o los escalopines de solomillo acompañados por una cremosa salsa de queso Cabrales D.O.P., hasta los pescados traídos de la lonja de Lastres. Sus postres, caseros, se acompañan de un buen café de origen. 

Bodegón de rabas y buñuelos en la Venta La Esperanza en Les Mariñes / Javier Llavona
Chipirones fritos en Venta La Esperanza en Les Mariñes / Javier Llavona

Os recomendamos que, en temporada, disfrutéis de sus callos caseros, así como de su contundente hígado encebollado. Las raciones, muy abundantes, van acorde a un precio donde se paga una calidad exquisita. El servicio de Noe y su equipo es impecable, haciéndote sentir como en casa. Precio medio: 25€. // Venta La Esperanza. Carretera N-632, 19. Villaviciosa. Telf. 985 89 45 48

Un producto: las llámpares

Sea cual sea vuestra elección, en Les Mariñes guardan con celo todo un reclamo para los viajeros más gastrónomos: sus llámpares. Estas lapas de mar son un auténtico reclamo durante las Jornadas Gastronómicas de la Llámpara que se celebra en Quintes y Quintueles durante la primavera y que atraen a foodies y gourmands venidos de todos los puntos del Principado. Afogadas, a la sidra o en pastel, su sabor yodado nos transportará al más puro Cantábrico. Un festival gastronómico que se ha convertido en Fiesta de Interés Turístico Regional.

Las llámpares, las lapas que son todo un manjar y un reclamo en Les Mariñes / Wikipedia

Una escapada a Les Mariñes asegura altas dosis de dopamina: buena gastronomía, vistas que reconfortan el alma, praderas jalonadas por preciosos caseríos y propuestas gastronómicas para todos los públicos hacen que sea ideal para disfrutar de una jornada única. Una rendición a los sabores del Cantábrico más puro. 

Casa mariñana / Javier Llavona
Gallina campando en Les Mariñes / Javier Llavona