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Cuaderno de Viaje

Dónde comer en Milán. Recomendaciones para gourmands que no quieran comer como guiris

Milán, capital de la moda y el lujo, es también una de las grandes plazas gastronómicas de Italia. Recomendaciones sobre dónde comer y beber en la ciudad lombarda

5 minutos

Restaurantes junto al río en Milán / Canva

La primera visita a una ciudad de Italia es siempre una oportunidad prometedora para quienes disfrutan del buen comer, pero es clave saber dónde hacerlo para evitar trampas para turistas y poder vivir una experiencia lo más local posible.

En Milán, la capital de Lombardía no solo la moda, las galerías, las tiendas, la arquitectura y el arte cobran una importancia sublime. También lo hace la gastronomía: restaurantes, bares de vinos, cafés, pastelerías, bodegas y mercados cimientan una propuesta variada y poderosa, tanto en el centro como en los barrios colindantes. 

Aperitivo italiano rodeado de flores

Fioraio Bianchi Caffè

Una buena noche de viernes en Italia comienza disfrutando del aperitivo, ese momento principalmente dedicado a la bebida –aunque en muchas ocasiones incluya comida– que toma lugar antes de la cena y que puede equivaler, en España, a un afterwork. Pero, importante detalle relacionado con los horarios y los hábitos alimenticios: en todo el país, pero particularmente en el norte, se come y se cena considerablemente antes que en España, en una versión temprana del almuerzo y pronta de la cena. 

Dicho lo anterior, y aunque la realidad es que Fiorario Bianchi Caffee es un bistrot con una oferta gastronómica de tintes parisinos, mi recomendación es hacer aquí una primera parada para un Aperol Spritz u otra bebida. Disfrutar del precioso espacio, del ambiente y las flores. El local está repleto y se encuentran repartidas en floreros y buqués por toda la sala, recordando que este espacio es también un laboratorio floral que lleva abierto cuarenta años en el corazón del barrio de Brera. || Via Montebello, 7, 20121, Milán

Una cena tradicional lombarda

Riso al salto en La Vecchia Lira

Si venís del aperitivo previo en Fiorario Bianchi Caffee, una opción próxima por cercanía y calidad es el restaurante de cocina tradicional La Vecchia Lira. El risotto milanés con oso bucco es la referencia de plato lombardo, pero en este restaurante tradicional descubrí el riso al salto, un plato de aprovechamiento que conquista. Se prepara con el risotto milanés tradicional y, a diferencia de este, se pasa por la sartén para darle un golpe de calor, compactarlo y dejarlo bien crujiente por fuera. Tanto en una como en otra receta, el azafrán marca la diferencia. De segundo: cotoletta de ternera, tierna, inmensa y deliciosa. || Largo la Foppa, 5, 20121, Milán

Una bodega bajo una basílica

N’Ombra de Vin

N’Ombra de Vin se encuentra bajo la Basílica de San Marco. Cuenta con una selección de más de 2.500 referencias de vino de todo el mundo que se pueden degustar aquí por copas o botellas en un ambiente que transporta a otra época. Abierto en 1973 por una familia dedicada a la compraventa de vino, ha terminado por convertirse en una bodega de referencia en la que en la actualidad encontramos una tienda y un bar restaurante que incluye una salumería de corte gourmet. Desde hace un tiempo tienen el producto de Parma&co., marca conocida por la calidad de sus embutidos y quesos que ahora también pueden degustarse en este templo milanés del vino. || Via San Marco 2, Milán

Pecar desde el desayuno

Maritozzi del Café Gelsomina / Foto: Claudia González Crespo

Quizás piensen que soy una exagerada, pero en Milán una se puede enamorar durante en el desayuno. Me sucedió recientemente, cuando llegó a mi mesa un dulce italiano llamado maritozzo que, si bien no es estrictamente lombardo sino típicamente romano, volvería a comer una y otra vez en el Café Gelsomina. Es un bollo de brioche abierto por la mitad y relleno hasta los topes de nata que además puede estar acompañado de pistacho –mi elección como loca del pistacho– o de limón. No es una bamba o bomba de nata a la española, nada que ver: esponjoso, no tan terriblemente dulce y nada pesado. 

Oferta amplia de café, tostadas y bocados salados y una selección de pastelería que hace las delicias de cualquier paladar goloso. Así lo prueba la cola de gente local que se acerca el fin de semana para comprar aquí el desayuno o el postre, que también puede adquirirse para llevar. Gelsomina cuenta con un comedor interior y con algunas mesas en la terraza, ideales para disfrutar de un buen desayuno bajo el sol. || Via Carlo Tenca, 5, Milán

Un mercado a la última

Il Mercato Centrale 

No, no es la demostración más canónica de la cocina lombarda, pero es un espacio que sirve de reunión para muchas especialidades italianas regionales, para el café, el vino, el queso, la pasta, la cerveza, el pan, el mundo dulce… Recientemente abierto, Il Mercato Centrale se encuentra en la estación de tren central de Milán. Con una estética moderna, y empleando una tipografía e imagen gráfica que me recordó a la obra de Basquiat, es una buena solución para comer en grupo si apetecen cosas distintas.

Il Mercato Centrale 
Il Mercato Centrale 

Mesas comunes, puestos variados de comida y especialistas de la bebida, que también puede ser elección individual y, en el caso del vino, con una amplia oferta por copas. Cuenta con una escuela de cocina y una radio propia, que redondean este concepto de mercado contemporáneo y asequible. Un plus: no cierra ningún día de la semana, por lo que puede ser una buena parada si llegas o te marchas en tren de la ciudad o si coges alguno de los autobuses al aeropuerto que paran junto a ella. || Via Giovanni Battista Sammartini, 2, Milán

Comer junto al río

El equipo de Tipografia Alimentare en Milán

Tipografia Alimentare es uno de esos locales que lo mismo valen para un roto que para un descosido: para tomarte un café mientras trabajas, una cerveza a mediodía, comer, merendar, tomar un vino después de un día largo o hacer aperitivo el fin de semana. Restaurante con producto lombardo proveniente de agricultura y ganadería ecológica, lo cual se traduce en embutidos artesanales, quesos locales de leche cruda y una interesante carta de vinos naturales para tomar in situ o llevar. Además, elaboran de manera su propio aceite, pan y repostería.

El menú cambia a diario, ajustándose a la temporada. Perfecto para comer algo y acompañar con un vino después de haber paseado junto al río por el Naviglio Martesana. El ambiente es joven, familiar, distendido y dispone de mesas exteriores en terraza. || Via Dolomiti, 1, Milán

Un bar de vinos imperdible

Champagne Socialist 

Champagne Socialist es un bar de vinos naturales de estética ecléctica y reducido tamaño que da la bienvenida al cliente curioso, a quien busca probar más de una referencia en una única visita. Lo ideal aquí es dejarse llevar, preguntar si se tienen dudas y probar entre la inmensa oferta de vinos por copas y botellas. Ambiente variado y charlas animadas en la terraza, incluso si el invierno sigue instalado en la noche milanesa. Todas las botellas se encuentran a la venta para tomar allí mismo –en la sala o la terraza, muy agradable– o para llevar a casa y descorchar en la intimidad del hogar. Champagne Socialist tiene un local hermano en Turín que queda apuntado para la próxima experiencia en el norte italiano. || Via Lecco, 1, Milán