El lugar más inesperado para comer un buen txuletón de Tolosa está junto al mar en Barcelona

La parrilla vasca de Iñaki Gorrotxategi y de su restaurante Casa Julián (Tolosa, Guipúzcoa) se traslada a un hotel barcelonés por tiempo limitado

Iker Morán, periodista y autor en Hule y Mantel

Periodista

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El 'txuletón' del restaurante Casa Julián (Tolosa, Guipúzcoa) / Foto cedida
El 'txuletón' del restaurante Casa Julián (Tolosa, Guipúzcoa) / Foto cedida

Madera, fuego, una parrilla y un entorno sobrio donde tampoco se espera mucha luz y, por supuesto, nada de música. Algo así podría ser la primera imagen que a todos nos viene a la cabeza al pensar en un asador vasco y el entorno en el que disfrutar de un buen txuletón. Pero parece que últimamente, al menos en Barcelona, se buscan alternativas a este concepto más tradicional.

Si hace poco estrenábamos el nuevo restaurante Erre de Urrechu, situado en el elegante Gran Melia Torre Melina, en la parte alta de la ciudad, ahora toca bajar a pie de playa para encontrarse con los platos de Casa Julián de Tolosa (Guipúzcoa), el legendario restaurante fundado en 1951, en el lugar donde menos lo esperaríamos: el restaurante Fire del Hotel W.

Una experiencia efímera

Los cocineros Stefano Pinna e Iñaki Gorrotxategi / Foto cedida
Los cocineros Stefano Pinna e Iñaki Gorrotxategi / Foto cedida

Un espacio que se salta, una a una, esas normas no escritas sobre los asadores vascos y que, por tiempo limitado, permite disfrutar de las recetas de Iñaki Gorrotxategi con vistas a la siempre animada piscina de este hotel y a las playas de Barcelona. Sí, incluyendo su reputado txuletón.

Se trata de una especie de cuatro manos, pero que se va a prolongar hasta finales del mes de junio. Gorrotxategi no se ha instalado en Fire, pero sí ha compartido con el equipo de este este restaurante liderado por Stefano Pinna los secretos de la parrilla vasca.

Porque, aunque el fuego y las brasas es uno de los protagonistas de la propuesta de Fire —como su propio nombre invita a adivinar— a estas alturas ya es sabido que una cosa es la brasa en su concepto más mediterráneo y otra la parrilla vasca, donde cocinar carnes y pescados tiene su propia idiosincrasia.

¿Qué se puede comer?

Espárragos de Gava a la parrilla en Fire / Foto cedida 
Espárragos de Gava a la parrilla en Fire / Foto cedida 

El restaurante Casa Julián, que además de la casa madre de Tolosa —actualmente con dos soles Repsol— ya cuenta con dos restaurantes en Madrid de la mano de los hermanos Gorrotxategi, se asoma así a Barcelona en esta colaboración en la que aportan un par de platos a la propuesta primaveral de Fire. 

No se trata, por tanto, de un menú cerrado, si no de una propuesta a cuatro manos donde los vascos ponen la carne y un delicioso plato de puerros confitados y a la parrilla con queso del Roncal y Pinna juega la baza local con unos espárragos de Gava a la parrilla con helado de almendra tostada y una sepia a la parrilla con habas y guisantes del Maresme.

Aunque los platos de verdura están muy bien conseguidos, la carne es la estrella. Un corte de lomo alto de vacuno mayor madurado (no se indica tiempo), que ronda el kilo y que cuesta 100 euros. La calidad es magnífica, el punto en nuestro caso algo más pasado de lo que se estilaría en el País Vasco pero, en cualquier caso, el resultado es muy bueno.

Mención especial, por cierto, a los pimientos del piquillo confitados y asados que se ofrecen como complemento (9 euros) y que nos atreveríamos a decir que disputan el protagonismo a la famosa chuleta que, entre otras cosas, ha hecho famoso a Casa Julián.

Una casa en la que, además de abogar siempre por pasar las verduras también por el fuego para acompañar a la carne, se ideo también la parrilla inclinada, desde entonces diseño distintivo de los asadores vascos.

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