“Vais a durar tres meses”. Algo así les vaticinaron algunos a Javier Ochoa y Garikoitz Arruabarrena cuando en la primavera de 2023 abrieron Masta Taberna en el centro histórico de Zarautz al ver que no tenían barra de pintxos. Han pasado dos años, los pintxos ni están ni se les espera, y esta casa se ha convertido en una visita obligada para todo aquel que pase por Zarautz y quiera comer en condiciones.
O, por citar al vecino más ilustre de esta bonito municipio guipuzcoano, con fundamento. Arguiñano y su restaurante familiar es, sin duda, la referencia más conocida de Zarautz. También los txakolis de la zona, los asadores de pescado y el surf que, en cierto modo, condiciona una cocina rápida, y no siempre buena cerca de la playa. O no lo que el visitante espera encontrar en un lugar con este nivel y pedigrí gastronómico.
Masta, una taberna 'con fundamento'
Pero Masta es la prueba de que se pueden hacer las cosas diferentes. También aquí, en un lugar poco dado a experimentos y moderneces, y donde el visitante llega con ideas bastante preconcebidas de lo que espera encontrar en la mesa. Frente a ello, un restaurante donde la cocina vasca y navarra —valga la redundancia histórica y geopolítica, pero entiéndanse los diferentes matices y productos de cada territorio— se encuentran en un ambiente informal y moderno que no desentonaría en cualquier gran ciudad del país.
Con tanta juventud, gorras, y manteles de cuadros es posible que haya saltado la alerta anti restaurantes canallitas. Lógico teniendo en cuenta la plaga de negocios con este discurso en Barcelona o Madrid. Pero la buena noticia es que aquí no hay impostura, ni un decorador que se inventa una casa de comidas con mucho storytelling pero poco que contar en el plato. Como su propio nombre reivindica, Masta es una taberna que, eso sí, tras esa aparente austeridad, apunta alto en su cocina.
También menú degustación
Ochoa y Arruabarrena cuentan que se inspiraron en los bistrós franceses para ofrecer una cocina sencilla, centrada en el producto local, y con unos precios ajustados. ¿Podemos hablar de una casa de comidas moderna o mejor de una especie de nueva alta cocina vasca? Compramos las dos etiquetas, porque lo que es seguro es que es exactamente esto lo que cada vez buscan más clientes.
En Masta hay ganas de probar cosas, de dedicar tiempo al guiso, de hacer que el producto de temporada luzca y de acompañar todo eso con, como ellos dicen, vinos artesanales. Suena muy bien.
Ha pasado tiempo desde nuestra última visita —ya tocaría repetir— pero por allí comimos algunos platos realmente ricos. Siguen en carta, por ejemplo, las albóndigas de jabalí, recordamos también un calamar (begihaundi) con emulsión de jamón, o el delicioso pil-pil de coliflor que acompañaba a la lubina. También su particular versión del tiramisú, una crema que se hace con restos de queso Idiazábal viejo.
A su carta, sencilla, corta y que orbita alrededor de lo que tienen los productores mayoritariamente locales según temporada, recientemente Masta ha sumado un menú degustación.
Una opción a un precio más que razonable (seis pases por 50 euros sin bebidas) y perfecta para los que pasen por aquí cerca y quieran tener una idea de lo que, más allá de los magníficos pescados asados o de las siempre tentadoras barras de pintxos, se cocina en el que ahora mismo es uno de los proyectos más prometedores de la cocina guipuzcoana. // Masta Taberna. Azara Kalea, 1, 20800 Zarautz, Gipuzkoa. Tel.: 943 031 722.
