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¿Qué está pasando con el aumento de precio del cacao? Temporales, especulación bursátil y guerras

Las condiciones climatológicas y la subida de las materias primas asociadas al chocolate provocan incertidumbre en el sector. Hablamos con expertos sobre esta situación

Sarah Serrano

Historiadora y comunicadora gastronómica

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Cacao y chocolate sobre mesa de madera / Foto: Canva
Cacao y chocolate sobre mesa de madera / Foto: Canva

Los granos de cacao se están pudriendo dentro de sus mazorcas. El mal de la vaina negra, como se conoce a esta plaga, está afectando a dos de los principales países productores. La crisis climática que en España golpea en forma de sequía, en Ghana y Costa de Marfil se está viviendo desde el lado contrario con un aumento insólito de las lluvias que ha mermado la producción de este ingrediente y está provocando que los precios se hayan triplicado en el último año y medio. 

El fenómeno climatológico de El Niño ha dejado unas precipitaciones que no se veían desde los últimos 30 años, maltratando los árboles de cacao, que necesitan unos niveles de humedad específicos. Esto ha derivado en que los cultivos se vean afectados por dos enfermedades.

La primera tiene que ver con la pudrición de la raíz y supone una sentencia de muerte para el árbol, que va disminuyendo su producción hasta extinguirse en cuestión de tres años. La segunda es conocida con diversos nombres: la mancha negra o moniliasis, una afección causada por un hongo que provoca que las mazorcas se enmohezcan y marchiten. 

Cómo se establece el precio del cacao

Granos de cacao sobre hoja de cacao / Foto: Canva
Granos de cacao sobre hoja de cacao / Foto: Canva

Costa de Marfil y Ghana abarcan dos tercios de la producción mundial del cacao, lo que les coloca en una posición privilegiada para fijar su precio global. Son sus respectivos gobiernos los que fijan el pago que se va a llevar el productor a un año vista, lo que se conoce como contratos a futuro.

Esto significa que aunque la gráfica del precio del cacao haya triplicado su valor y esté alcanzando los 6.000 dólares por tonelada, los productores africanos, en su mayoría pequeñas granjas familiares, no recibirán más de 1.900 dólares, según declaraba Fuad Mohammed Abubakar, director de la Ghana Cocoa Marketing Company, al Financial Times.

No obstante, lo que ocurre en África occidental puede beneficiar a otros productores de Latinoamérica, donde sí reciben más dinero por su trabajo y pueden ajustar su beneficio al precio de mercado

Falta de recursos y juego en bolsa

Recogida de frutos en una plantación de cacao / Foto: Canva
Recogida de frutos en una plantación de cacao / Foto: Canva

Uno de los principales factores que afectan a la producción de este ingrediente es la falta de medios para cuidar los campos. Las plantaciones envejecidas, además de ser menos productivas, son más susceptibles a las enfermedades. Sin recibir el dinero suficiente, los campesinos no cuentan con los recursos necesarios que les permitan replantar los árboles o invertir en el cuidado de los suelos y la prevención de plagas.

“En Costa de Marfil y Ghana no han podido invertir en estas cuestiones en todos estos años de precios bajos porque hay entes reguladores que los bloquean y que drenan todo el dinero que debería llegar al productor”, afirma Pol Contreras, chef y experto en chocolate. Para Contreras también ha influido el juego en bolsa de las grandes chocolateras que han sujetado los valores de las acciones del cacao durante los últimos años. 

El sector del chocolate industrial

El mayor perjudicado es el sector del chocolate industrial, que trabaja con los márgenes ajustados del gran consumo. Hershey, uno de los gigantes del sector, que ya incrementó el precio de algunos de sus productos, ha abierto la puerta al despido de parte de su plantilla, y a un segundo incremento de precios.

Otros grandes, como M&M o Mars han optado por otras estrategias que pasan por reformular sus productos con ingredientes más baratos –como el caramelo o los frutos secos– y reducir el tamaño de sus chocolatinas. Algo que parece que está calando en los consumidores, que ya no están dispuestos a asumir más subidas y están disminuyendo la compra de estos productos, según The Washington Post,  

La realidad del chocolate artesanal

Porción de chocolate artesano / Foto: Canva
Porción de chocolate artesano / Foto: Canva

Para el chocolate artesanal, generalmente conectado de una manera más directa y justa con el productor, este fenómeno unido a un incremento en el precio del azúcar provocado por las sequías en los principales países productores, empieza a preocupar.

La situación geopolítica de los últimos dos años tampoco ayuda. “Es un problema multifactorial, en el que juegan desde los estragos de El Niño, hasta la guerra de Ucrania, que ha provocado que los fitosanitarios se encarezcan. En la venta al detalle no lo notamos todavía, todos lo estamos absorbiendo (el aumento de precios) por el momento, pero todo el sector tiene pánico desde el pasado octubre, cuando se produjo la primera gran subida”, comenta Andrés Mínguez, propietario de la tienda especializada Cacao Sampaka, en Madrid.

La sacudida también ha llegado hasta los pequeños proyectos que hasta ahora habían capeado el temporal. Paloma Puentes, cofundadora de Puchero, especializados en cacao y café, también manifiesta su preocupación: “Nosotros no compramos en bolsa ni adquirimos grandes cantidades, por lo que una subida de precios no nos hubiera llevado a muchos cambios, pero es tan grande lo que está pasando que nos está empezando a afectar. Sobre todo la manteca de cacao, que es donde más lo notamos”. 

En lo que sí coinciden estos elaboradores de chocolate de calidad es en que este momento convulso puede tener una vertiente positiva. Según Puentes, esta situación puede devolver al chocolate la dignidad que tenía y que fue perdiendo conforme aumentaba la cantidad de azúcar que contenía hasta llegar a convertirse en las chocolatinas con las que se seduce al público infantil. Por su parte,

Pol Contreras, que sueña con que en los restaurantes haya un carro de chocolates equiparable a uno de quesos, es mucho más tajante: “Para mí, el chocolate siempre ha sido un lujo y hemos infantilizado tanto este producto que ahora nos vemos en esta situación. El cacao volverá a ser un producto de lujo, que es lo tiene que ser”. 

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