Fismuler llega a Lisboa: el grupo Familia La Ancha inicia su expansión internacional

El histórico grupo de restauración madrileño abre su primer restaurante fuera de España y lo ubica en un céntrico hotel de la capital lisboeta

Europa Press / Redacción

Guardar

El chef Nino Redruello, cuarta generación a cargo de La Ancha / Cedida
El chef Nino Redruello, cuarta generación a cargo de La Ancha / Cedida

Familia La Ancha, uno de los grupos hosteleros más emblemáticos de España, ha dado el salto internacional con la apertura de Fismuler en Lisboa, marcando un hito en su historia centenaria. Este nuevo espacio gastronómico se encuentra en el ME Lisbon, el primer hotel de lujo de Meliá Hotels International en la capital portuguesa, situado a pocos metros de la icónica Avenida Marqués de Pombal.

Además de Fismuler, Familia La Ancha asume la gestión integral del food & beverage del hotel: desde el room service y los desayunos —disponibles tanto para huéspedes como para visitantes— hasta Elia, un espacio que rinde homenaje a la abuela de Nino Redruello y que ofrece toques españoles para el lobby del hotel.

Un proyecto personal con esencia familiar

Nino Redruello, chef y cuarta generación de la familia, lidera este ambicioso proyecto que mantiene la esencia con la que nació Fismuler en Madrid en 2016 y que continuó en Barcelona en 2018. Ahora, Lisboa se convierte en la tercera parada de una propuesta basada en el producto, el respeto al universo vegetal y la autenticidad en la cocina.

Interior del restaurante Fismuler Barcelona / Foto cedida
Interior del restaurante Fismuler Barcelona / Cedida

“La internacionalización de Fismuler es, para mí y para nosotros, una reafirmación de que tenemos algo bonito. Algo que nace de la familia y que nos obliga a mirar con más ahínco qué es lo que realmente tenemos: una confianza en la magia de la hostelería, en creer en lo bonito de servir a los demás. Esa convicción es lo que nos ha permitido traspasar fronteras”, explica Nino Redruello.

El cocinero destaca la importancia del proceso que ha llevado al grupo a este punto: “Esta expansión refleja cómo está la empresa ahora mismo. Hemos pasado de funcionar como una familia que hacía las cosas de manera más artesanal y antigua, a ser una empresa profesionalizada. Sin ese cambio, sin esa organización y sin confiar en la parte back de la hostelería —la gestión, la administración, la digitalización y la estructura— nunca habría sido posible”, afirma.

Sobre la magnitud del reto, añade: “Internacionalizar una marca implica un trabajo enorme, muchos medios y muchas personas dedicadas. Creo que ampliar las marcas y salir a otro país confirma que hicimos bien en apostar por la profesionalización, siempre con el foco en no perder nuestra esencia. Esto es un sueño que jamás pensamos que podría llegar”, reconoce.

Fismuler en Lisboa: misma identidad con guiños locales

El nuevo Fismuler Lisboa ofrece servicio desde el desayuno hasta la cena, manteniendo la identidad del original sin “portugalizar” las recetas, pero integrando productos locales: pescados, mariscos y verduras proceden de pequeños productores con los que se han establecido relaciones directas.

En la carta, además de los clásicos como el escalope San Román, las tortillas icónicas, la dorada semicurada, los arroces y la célebre tarta de queso, se recuperan platos históricos como las lentejas glaseadas con cigalitas o las alitas con calabaza, trufa y huevo.

El escalope, emblema del restaurante Fismuler / Foto cedida
El escalope, emblema del restaurante Fismuler / Cedida

Pensando en los hábitos lisboetas, la propuesta potencia la coctelería como aperitivo, acompañada de una carta líquida que incluye vinos por copas, con énfasis en vinos naturales y proyectos de pequeños productores locales.

La experiencia se completa con la música en directo, sello distintivo desde la apertura en Madrid y Barcelona, que acompaña las cenas y se convierte en parte esencial del ambiente.

“Nos hemos implicado al 100% en este proyecto. No solo gestionamos el equipo y la operación, sino que también nos metemos en la cocina para mantener la esencia y el espíritu de la casa”, explica Redruello, que trabaja junto a Diego Pichel, chef ejecutivo de Fismuler, y Manuel Villalba, chef ejecutivo de la Familia La Ancha.

Fundada en 1919, la Familia La Ancha inició su historia con la taberna La Estrecha en Madrid. Hoy, bajo la dirección de Nino y Santi Redruello y con el apoyo de Ekaitz Almandoz, el grupo se consolida como un referente gastronómico con proyectos como Fismuler (Madrid y Barcelona), La Ancha (dos sedes en Madrid), Las Tortillas de Gabino, La Taberna de La Ancha, Club Financiero, Armando, Molino de Pez —en Barcelona, actualmente cerrado por obras de reacondicionamiento, aunque preparan su inminente reapertura—, Los Eventos de La Ancha y, ahora, Fismuler Lisboa.

Archivado en: