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Las ovejas 'funcionarias' que trabajan en la limpieza del bosque en algunos municipios españoles

Proyectos locales para prevenir incendios, enseñar oficios agrarios y luchar contra la despoblación a través de la ganadería

Parte de las cabras guadarrameñas que forman parte del rebaño municipal del Ayuntamiento del Boalo / FOTO: EUROPA PRESS
Parte de las cabras guadarrameñas que forman parte del rebaño municipal del Ayuntamiento del Boalo / FOTO: EUROPA PRESS

En Brieva de Cameros (Rioja) hay más ovejas que personas, pero no tantas como antaño ni las suficientes para garantizar el futuro de esta pequeña localidad, que en un intento por no desaparecer ha decidido criar un rebaño municipal para tratar de revitalizar el pueblo a partir de la ganadería
"Nuestro polígono industrial son los pastos, que son muy buenos", cuenta Pedro Somalo, alcalde de este pueblo de apenas 20 habitantes y unas 10.000 cabezas de ovino, de las que casi 1.000 son funcionarias pertenecientes al rebaño del municipio y se emplearán en una escuela de pastores para enseñar el oficio.

Parte de las 'ovejas funcionarias' del Ayuntamiento de Brieva de Cameros / FOTO: EFE
Parte de las 'ovejas funcionarias' del Ayuntamiento de Brieva de Cameros / FOTO: EFE


No se trata de un caso único. En varias localidades de España en riesgo demográfico se han impulsado rebaños municipales para llevar a cabo proyectos de ganadería extensiva con los que dinamizar el territorio, generando puestos de trabajo y actividad en los municipios.
Al mismo tiempo, estas cabezas de ganado se sacan a pastorear para desbrozar los montes, con lo que se retira de forma natural el principal material inflamable que alimenta los fuegos forestales, la biomasa, elemento que en el pasado estaba más controlado al haber una mayor actividad ganadera.

"Tenemos que hacer atractiva la ganadería extensiva porque sin ella se abandonan las fincas", dice Somalo, que relata que la idea de poner una escuela de pastores en la localidad le surgió antes de la pandemia como una forma de preparar a las nuevas generaciones para este oficio e impedir que el pueblo se muera.
Brieva de Cameros pertenece a la comarca de Las Siete Villas, situada en plena sierra riojana, una zona a la que es difícil que vayan grandes empresas a poner fábricas, pero donde sí se pueden preparar jóvenes y personas sin empleo a labrarse un futuro en el sector ganadero.
La escuela aún no está inaugurada, pero el rebaño municipal se saca a pastorear "para que el monte esté cuidado y evitar incendios", cuenta Somalo, quien considera que las administraciones deberían volcarse más con este asunto y recompensar a los pastores que llevan a su ganado a desbrozar los pastos.

Sí funciona ya la escuela de pastores del municipio oscense de San Juan de Plan, en el Valle de Chistau, un lugar eminentemente ganadero y pastoril cuyo legado se quiere fomentar y actualizar a los nuevos tiempos, cuenta a Efeagro su alcalde, Roberto Serrano. En este caso, no hay un ganado municipal y los alumnos pastorean las ovejas y el vacuno de las explotaciones de la localidad, en la que habitan unos 150 habitantes.
El ganado vacuno se mantiene en unas 750 cabezas y ha experimentado menos descenso que el ovino, que suma unas 1.000 cabezas en la actualidad, cantidad insuficiente para mantener ordenado un monte que admite una carga ganadera de unas 5.000 cabezas, relata su alcalde. "Vemos que ese relevo no existe y es necesario que se transmita", expresa Serrano.

Los niños observan el paso de ovejas guadarrameñas por Cercedilla / FOTO CEDIDA
Los niños observan el paso de ovejas guadarrameñas por Cercedilla / FOTO CEDIDA


En la localidad madrileña de El Boalo, de unos 7.000 habitantes, la creación de un rebaño municipal estuvo incentivada por la necesidad de perpetuar una especie autóctona de cabra, la guadarrameña, cuenta la segunda teniente de alcalde de esta localidad, María Isabel Giménez. 
La iniciativa estuvo activa hasta el año pasado, después de ir vendiendo las cabras a pastores locales y a otros nuevos que se introdujeron en la actividad ganadera, por lo que Giménez considera que se logró el objetivo marcado. 
Llegaron a tener 170 cabras en el rebaño municipal y con ellas se hicieron actividades formativas que iban más allá de la enseñanza del pastoreo y abarcaban otras actividades derivadas, como el aprender a hacer quesos o yogures con la leche de estos animales.

La escuela municipal de Redueña se enfocó no solo a la ganadería, sino al emprendimiento agroganadero en general. / FOTO: EFE
La escuela municipal de Redueña se enfocó no solo a la ganadería, sino al emprendimiento agroganadero en general. / FOTO: EFE

La idea de contar con un rebaño municipal cuajó también en la localidad madrileña de Redueña, de unos 250 habitantes, y donde incluso se informaba a los vecinos mediante bandos municipales de la zona en la que se encontraban las ovejas.
El proyecto estuvo activo durante los años 2020 y 2021, mientras duró la financiación de los fondos de los programas operativos regionales, y se condujo también a la creación de una escuela enfocada en el emprendimiento agroganadero, explica la gerente de Desarrollo Local de Redueña, Milagros Martín García.
"No era tanto una escuela de pastores como una escuela de emprendimiento. La idea que teníamos era formar a personas, sobre todo del medio urbano, que querían asentarse en el medio rural a que fueran conocedoras tanto del cultivo de producciones hortícolas como del manejo de la ganadería", comenta Martín.