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¿Qué se come en Acción de Gracias? 7 platos típicos que no pueden faltar en 'Thanksgiving'

La celebración de Acción de Gracias traspasa, cada vez más, las fronteras de Estados Unidos. Estos son los platos (con postre incluido) que se comerán el 23 de noviembre

Laia Shamirian, escritora gastronómica. Hule y Mantel

Periodista gastronómica, nutricionista y bióloga

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Comensales alrededor de una mesa de celebración de Acción de Gracias / Foto: Canva
Comensales alrededor de una mesa de celebración de Acción de Gracias / Foto: Canva

Thanksgiving o el día de Acción de Gracias es una celebración estadounidense que balancea controversia y agradecimiento a partes iguales. Tiene lugar el tercer jueves de noviembre, coincidiendo con el día 23 en el año en curso. Su menú a base de carnes, puré, hortalizas y pasteles está cada día más presente en las capitales de todo el mundo, y los estadounidenses la reconocen como la festividad más importante de su calendario.

Al respecto de sus orígenes, hay cierta ambigüedad. Históricamente se considera que el primer día de Acción de Gracias, cuando todavía ni siquiera se denominaba así, tuvo lugar en Nueva Inglaterra en el 1621. Una cena simbólica en la que nativos americanos y colonos ingleses celebraron conjuntamente la buena cosecha del año. Sin azúcar ni horno, no es necesario mencionar que pavos y pasteles brillaban por su ausencia, en su lugar langosta y gansos eran cocinados acompañados de las frutas y tubérculos más abundantes de la temporada.

George Washington fue el primero en proclamar oficialmente un día conocido como el día de la gratitud tras la victoria en la Guerra de la Independencia, aunque no sería hasta la llegada de Abraham Lincoln cuando la festividad tomaría el cáliz nacional y global de la actualidad. A continuación, los siete platos (más los postres) más emblemáticos del día de Acción de Gracias.

Pavo

Pavo cocinado para celebrar Acción de Gracias / Foto: Canva
Pavo cocinado para celebrar Acción de Gracias / Foto: Canva

Una pieza grandiosa de pavo cocinada al horno, de piel crujiente y dorada, protagoniza la cena de Acción de Gracias. Su elaboración sencilla, a base de sal, pimienta y mantequilla, contrasta con una cocción de más de cuatro horas. Y su presencia en la mesa como icono de esta festividad todavía hoy se debate. ¿Por qué pavo, si ésta no era una carne consumida en 1621?

La teoría más aceptada tiene que ver con la escritora y editora Sarah Joseph Hale. De su pluma salieron innumerables peticiones dirigidas a los políticos: Sarah quería que Acción de Gracias fuese constituida como una fiesta nacional y no sólo un día celebrado ocasionalmente. En su cometido describía la forma en la que se celebraba y compartía algunas de las recetas, entre las que se encontraba el pavo. Al conseguir la atención y el apoyo de Abraham Lincoln el día quedó consagrado a noviembre (pavo incluido).

Aunque eso sí, autores como Jamie Fledmar desde Eater nos invitan a desafiar la tradición y celebrar Acción de Gracias con una carne tan jugosa como la del cerdo o la ternera, o mejor aún, propone a los residentes de Estados Unidos dejarse llevar por la influencia de la diáspora asiática e inundar la mesa no de pavo sino de pato y arroz glutinoso al puro estilo mandarín. Por descontado, también los veganos han encontrado su propia receta entre rollos de tofu y champiñones

Relleno ('stuffing')

Bandeja con el relleno de Acción de Gracias / Foto: Canva
Bandeja con el relleno de Acción de Gracias / Foto: Canva

El relleno como el nombre indica es la mezcla de verduras, hierbas e ingredientes diversos destinada a rellenar el pavo. No así, en muchas ocasiones se presenta horneado en una bandeja por separado desde la que los comensales pueden tomar cuánto deseen. 

Entre los rellenos más comunes está el pan tostado en cubos acompañado de cebolla y hierbas aromáticas. Su versión libre de gluten se cocina con pan de maíz igualmente cortado en cubos y frito en mantequilla el cual se presenta con sabores otoñales tales como semillas de calabaza, hojas de salvia o castañas.

Cazuela de judías verdes

Cazuela de judías verdes con champiñones y crema agria para Acción de Gracias / Foto: Canva
Cazuela de judías verdes con champiñones y crema agria para Acción de Gracias / Foto: Canva

Otro indispensable para tan señalada fecha es la cazuela de judías verdes, que funciona a modo de guarnición. Se opta por una preparación sencilla al horno con algo de cebolla o bien por judías con champiñones, crema agria y gratinada.

En cualquiera de sus formas, toma parte activa en la misión de la cena: llenar el estómago hasta que el cuerpo pida complacido algo de descanso y sueño. Tanto es así, que para las posibles sobras también existe un recetario bien completo. Añadir un poco de panceta al día siguiente a las judías que quedaron o servirlas a modo de ensalada con un toque de pistacho y piel de naranja, son solo algunas de las ideas.

Puré de patatas y patata dulce o boniato

Puré de patatas con calabaza para Acción de Gracias / Foto: Canva
Puré de patatas con calabaza para Acción de Gracias / Foto: Canva

Las patatas son otro plato omnipresente en el menú de Acción de Gracias. En forma de puré con mantequilla o como piezas enteras al horno cuando se trata del boniato. La patata aparece para aportar el toque dulce y cremoso. Un tubérculo reminiscencia de las primeras celebraciones dedicadas a la cosecha que también ha evolucionado para dar lugar a puré de patatas con calabaza, con mantequilla de salvia e incluso versiones de patatas machacadas crujientes a medio camino de uno y otro propósito.

Maíz

Mazorcas de maíz de diversos colores / Foto: Canva
Mazorcas de maíz de diversos colores / Foto: Canva

El maíz no es solo mazorca cuando llega el tercer jueves de noviembre. En Acción de Gracias las bandejas para horno se cubren hasta arriba de este grano de oro mezclado con harina, huevos, queso, mantequilla, salvia, pimienta y sal. Una combinación que se presenta con la suculencia de una lasaña y el color de un amanecer.

Como siempre las posibilidades son abundantes, pudding de maíz, soufflé de maíz o queso crema hecho con maíz congelado, crema de queso, sal y una buena trituradora son otras de las variedades por las que vale la pena lanzarse a conocer este fruto de gramínea.

Coles de Bruselas

Coles de Bruselas aderezadas con balsámico / Foto: Canva
Coles de Bruselas aderezadas con balsámico / Foto: Canva

Quién lo iba a decir. Las coles de Bruselas que tan pocos adeptos han conseguido a lo largo de la historia están prácticamente a la altura del pavo en esta fecha. Tal vez resulta de ayuda que entre las presentaciones más comunes esté la versión crujiente preparada al horno y barnizada en miel y balsámico. O la posibilidad de cocinarla en una sartén con base de vino, caldo de verduras y castañas.

Salsa de arándanos rojos

Salsa de arándanos rojos para Acción de Gracias / Foto: Canva
Salsa de arándanos rojos para Acción de Gracias / Foto: Canva

Oh, arándanos rojos. En el mediterráneo es más común verlos en forma de postal navideña que como frutillo en la mesa ya que es una de las pocas frutas autóctonas de Norteamérica donde crece de forma salvaje alrededor de ciénagas y pantanos.

Con ellos, un poco de azúcar y agua se prepara la salsa de arándanos de rojo vibrante y navideño que añade acidez al bocado del pavo. Siempre sujeto a la inventiva del chef también puede elaborarse con un toque de naranja o manzana.

Extra: Pasteles de nueces pecanas, calabaza o manzana

Pasteles de calabaza y manzana para Acción de Gracias / Foto: Canva
Pasteles de calabaza y manzana para Acción de Gracias / Foto: Canva

Aunque no existiesen en aquellas primeras cenas donde colonos y nativos agradecían las abundantes cosechas, los pasteles de calabaza, manzana y nueces pecanas son, hoy en día, uno de los máximos representantes de esta celebración. 

En su dulce presentación estas tartas son también un homenaje a los cultivos y a la tierra. Como ocurría con los arándanos rojos, las nueces pecanas son de las únicas autóctonas de Norteamérica y la calabaza y la manzana son los frutos típicos del otoño. En versiones sencillas con masa de hojaldre precocinada o empezando la receta desde cero, con caramelo o sirope de arce en el relleno, y culminado o no con un toque de nata o helado de vainilla, estas tartas son el final inigualable de la velada de Acción de Gracias.