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Crónica de la final de MasterChef 10: 0 en sorpresas, 10 en salseo

CRÍTICA TV | María Lo, favorita desde el primer programa, se proclamó ganadora de la décima edición del reality de cocina más longevo de nuestra televisión, que sigue poniendo el salseo por encima de las salsas

Javier Cirujeda, codirector del podcast La Picaeta y autor en Hule y Mantel

Comunicador gastronómico y codirector del podcast La Picaeta

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María Lo, ganadora de MasterChef 10 con el trofeo en la mano / Foto: Twitter de Shine Iberia / Crítica de la final de MasterChef 10: 0 en sorpresas, 10 en salseo
María Lo, ganadora de MasterChef 10 con el trofeo en la mano / Foto: Twitter de Shine Iberia / Crítica de la final de MasterChef 10: 0 en sorpresas, 10 en salseo

¿Eres de esas personas que sigue viendo Cuéntame tras 22 temporadas aunque los Alcántara cada vez te importen menos? Pues a mí me pasa lo mismo con MasterChef. Pese a que Jordi, Pepe y Samantha (por cierto, otra edición del programa que se la pasa sin cocinar) probablemente sean las personas menos parecidas a mí que pueda encontrar, los siento ya como de la familia. Son esos tíos con los que discutes en la comida familiar, pero que al fin y al cabo les quieres.

Ha terminado la décima edición del programa, que nos ha deparado, como ya va siendo habitual, salseos por doquier: exparejas que se reencuentran, parejas que se forman, un exdrogradicto, un exconvicto… No se veía casting igual desde el vuelo 815 de la serie Perdidos.

Los finalistas

Adrián, María Lo, David y Verónica, finalistas de MasterChef 10 / Foto: RTVE
Adrián, María Lo, David y Verónica, finalistas de MasterChef 10 / Foto: RTVE

Llegaron a la final Adrián, el exmacarrilla vasco con gran corazón al que le gusta cantar flamenco. Sin duda es con el que más han abusado del drama. David, el ex-adicto mazado que lo mismo te puede gritar que dar un abrazo. Menudo momento tenso con final feliz tuvo con Pepe en la semifinal. Vero, la publicista perfeccionista que lleva regulinchi las críticas. Y María Lo, la favorita desde el minuto uno del programa y, de largo, la que mejor cocina.

Los jueces comenzaron haciendo “hostelería-ficción”, enseñándoles cómo sería el restaurante ideal de cada uno de los finalistas (con selfie de familiares incluido, para darle el toque lacrimógeno). Veremos en un tiempo cuántos consiguen abrir su restaurante y cuántos acaban poniendo su cara a productos “real food”.

Pollos sin cabeza

Carlos Maldonado, ganador de MasterChef 3 en la final de MasterChef 10 / Foto: redes
Carlos Maldonado, ganador de MasterChef 3 en la final de MasterChef 10 / Foto: redes

La primera prueba, que en el resto de programas suele servir para elegir al capitán de la segunda (cosa que suele ser una putada más que un regalo), era un clásico de las finales de MasterChef: replicar el plato de un reputado chef a la vez que este lo cocina y lo explica. Por tratarse de la décima edición del programa, el cocinero fue Carlos Maldonado, ganador de MasterChef 3 y el único participante de este programa en todo el mundo que ha conseguido la preciada estrella Michelin. El plato que tenían que cocinar era una cigala reposada en mantequilla con unos puntaletes y un buñuelo con tortilla de patata y caviar, uno de los platos “más anárquicos" de su restaurante Raíces (Talavera de la Reina).

Verónica, finalista de MasterChef 10 / Foto: Instagram
Verónica, finalista de MasterChef 10 / Foto: Instagram

Carlos, que tiene más tablas que Moisés, estuvo divertido y animó en todo momento a los concursantes, aunque hay que reconocer que explicó la receta excesivamente rápido. Los pobres estuvieron más perdidos que el barco del arroz, incluso confundieron agua con cerveza, cosa que en un programa serio debería suponer la expulsión inmediata. Adrián y Vero no dieron una. Vero tuvo suerte de que la prueba no fuese eliminatoria, porque de lo contrario se hubiera vuelto a Salamanca sin la preciada chaquetilla de finalista. En el polo opuesto estuvo María Lo, que volvió a demostrar su superioridad y pasó a la final directamente. David estuvo correcto y currante, pero no llegó al nivel de la gaditana.

El drama

Los hermanos Roca con el jurado de MasterChef 10 / Foto: redes
Los hermanos Roca con el jurado de MasterChef 10 / Foto: redes

En la segunda prueba, la de exteriores, que suele ser un peñazo infumable, y la culpable de que el programa dure más que la versión extendida de El Señor de los Anillos, viajaron a Girona. En el Celler de Can Roca, Joan, Pitu y Jordi Roca (al mismo tiempo podíamos verlos en los 50 Best en Youtube) les tenían preparado un menú de 6 pases. Los concursantes eligieron los platos por orden de cómo habían quedado en la prueba anterior, y el más valiente fue Adrián, que a sabiendas que era el menos favorito, eligió dos platos complicados para intentar lucirse.

En este segundo acto siempre afloran los dramas, los salseos y demás. Me imagino a los guionistas diciéndoles a los concursantes: “di algo de tu vida, aunque sea un invent, que si no esta prueba no hay quien la levante”. David volvió a liársela a Pepe, y ensució el suelo de la cocina tanto que el del Bohío tuvo que sacar la fregona. Estuvieron lentos los del equipo de producción, hubiera sido buen momento para meter un buen product placement.

Jordi, Samantha y Pepe con Joan, Josep y Jordi Roca / Foto: Twitter
Jordi, Samantha y Pepe con Joan, Josep y Jordi Roca / Foto: Twitter

Los concursantes se lo curraron, no os voy a mentir, aunque Adrián se lió un poco con las cantidades. El año que viene deberían dar unas calculadoras a los concursantes, que no todo el mundo es de ciencias. Hacia el final de la prueba, Joan Roca se puso a ayudarles a emplatar, mientras ellos le comían la oreja al pobre hombre, que aguantó estoicamente. Menudo gentleman es Joan. David, que lo estaba haciendo muy bien, la cagó con el segundo plato y se confundió con un par de ingredientes. Vero lo hizo bastante bien y sin fallos de bulto, asi que apuntaba maneras para ser la segunda finalista de la noche.

Antes del veredicto, los concursantes dieron un discurso lacrimógeno.Vero y Samantha, que podrían montarse un negocio juntas sin problema, demostraron sus dotes bilingües, aunque Samantha no hizo promoción de los vinos de Masterchef, algo que ya era un clásico de las pruebas de exteriores. Los jueces, sin dudar, eligieron a Vero como segunda finalista.

El duelo final

Los jueces de MasterChef con el chef Ferran Adrià y Franc Roddam, creador de este formato televisivo / Foto: RTVE
Los jueces de MasterChef con el chef Ferran Adrià y Franc Roddam, creador de este formato televisivo / Foto: RTVE

Pasadas las 12 de la noche (TVE siempre pensando en los niños que ven la televisión) llegó el duelo final, al que asistieron como invitados especiales Ferran Adrià, un clásico de las finales de Masterchef; y Franc Roddam, creador del formato MasterChef. Como dato, por mucho que parezca inventado, es también el director de Quadrophenia, película de culto sobre mods y rockers. También los familiares de las finalistas y el resto de participantes. Hay que reconocer que esta edición sin concursantes como Claudia, Luismi, Patricia o Yannick no hubiese tenido ni la mitad de gracia.

En este acto no suele haber fallos, dado que los concursantes ensayan el menú antes de la final. Por tanto, gana quien mejor menú tiene. Vero cocinó un menú inspirado en las estaciones y con productos de temporada, mientras que María (de la) Lo se inspiró en sus raíces gaditanas, con algunos toques asiáticos (su padre es chino). A la hora de la degustación, en la que no estuvo Franc Roddam (ya se podían haber estirado y dejarle probar los platos, que todos estaban ahí gracias a él) los jueces no me defraudaron, y anunciaron el vino de MasterChef. Tras la promoción, los jueces probaron el entrante de María, al que no pusieron ni un pero. El de Vero también gustó, aunque Ferran y Jordi se pusieron un poco tiquismiquis. María 1 - Vero 0.

El veredicto

María Lo, ganadora de MasterChef 10 / Foto: Captura de vídeo
María Lo, ganadora de MasterChef 10 / Foto: Captura de vídeo

El plato principal de Maria Lo siguió los pasos del entrante: perfecto. En cuanto a Vero, tampoco le dijeron ningún fallo, aunque también pareció que estaba por debajo de Maria. Salvo drama con el postre de María Lo, el pescado estaba vendido. Y ésta falló en el postre. Pese a que Pepe le echó en cara que no había usado sus orígenes orientales en el menú tanto como debería, no le pudieron poner ninguna pega. El postre de Vero fue de 10 (al menos según Pepe), pero estaba bastante claro cuál iba a ser el veredicto final. Tras la deliberación los jueces dijeron lo que todos sospechábamos: Maria Lo ganadora. Merecidísimo.

Y esto es lo que deparó la gran final. El año que viene más (de lo mismo), y allí estaremos para disfrutarlo, porque MasterChef es casa, y se disfruta, igual que se disfruta una cena de Navidad aunque en algún momento sabes que tu cuñado soltará alguna perla. Por cierto, tras 10 ediciones hay algo que no me queda claro, ¿MasterChef se escribe junto o separado?

Un fotograma del momento final en el que María Lo alza el trofeo al lado de Ferran Adrià / Foto: Captura de vídeo de MasterChef
Un fotograma del momento final en el que María Lo alza el trofeo al lado de Ferran Adrià / Foto: Captura de vídeo de MasterChef