Bollería artesana recién hecha, panes variados, frutas frescas y cereales, buenas selecciones de embutidos, un espacio para los huevos cocinados al momento, zumos recién exprimidos... el desayuno de hotel es un género en sí mismo y un espacio de deleite para muchos. Hay incluso quien elige alojamiento, según su oferta gastronómica matutina.
Si eres de estos, tenemos para ti un desayuno de hotel único, que no se parece a nada que hayas visto hasta ahora. Y no te hará falta viajar hasta países lejanos, alojarte en hoteles de gran lujo o buscar el nombre de grandes chefs. Lo encontrarás en El Ciervo, un hotel histórico ubicado en pleno corazón de Vielha, en la Vall d'Aran, y quien lo prepara es María Jesús Onco, matriarca de una familia que lleva décadas recibiendo a huéspedes en su pequeño establecimiento de solo veinte habitaciones.
Un legado familiar
Fue su abuelo, Jesús Barella, quien en los años cincuenta adquirió el 'coto', "como llamamos aquí en la Vall d'Aran al conjunto de una casa, una cuadra y una especie de patio", nos cuenta. Empezaron abriendo la casa, que fueron las primeras habitaciones, y ya hacia finales de los años sesenta, el restaurante. Quien se encargaba de todo era Teresa, la madre de María Jesús, que falleció joven y dejó a su hija todo este legado.

La actual propietaria lo reformó en los años noventa, consiguiendo que en las salas, habitaciones y comedores de El Ciervo se respire una elegancia atemporal y ese confort hogareño que siempre es bienvenido en un hotel, y más si es uno de alta montaña.
Algo que va ineludiblemente ligado al trato sumamente cercano que ella, y, desde hace ya unos años, sus hijos, Sofía y Antonio Salillas, cuarta generación a cargo de este establecimiento hostelero, ofrecen a todos los huéspedes. El resultado: clientes que vuelven año tras año, generaciones de familias que repiten y eligen este emplazamiento para pasar sus vacaciones. Sus desayunos, estamos seguros, que también tienen algo que ver.
Un desayuno de autor
Porque aquí podemos hablar de 'desayuno de autor' con todas las de la ley. Es más, podemos utilizar el concepto de 'menú degustación de desayuno' y no os estaríamos vendiendo humo. María Jesús lo relativiza: "Es la gente la que lo ha empezado a llamar así. Antes hacíamos buffet, pero con la pandemia tuvimos que quitarlo. Empezamos a servir los platos en la mesa, y así se ha quedado".

El menú —sí, insistimos en la idea de menú— empieza con un zumo de naranja natural, pan con tomate, y una selección de quesos y embutidos de la zona, también del Pallars o de Huesca. "Aquí es lo más típico". Pero, puntualiza: "Eso es para abrir el hambre, porque si de entrada servimos una brandada de bacalao, pues como que no".
Después, desfilarán por nuestra mesa cinco platos salados y cuatro dulces, que cambian cada día, y que no dejan de sorprender por su creatividad y originalidad. En todos estos años ha llegado a desarrollar "entre 120 o 140 platos aproximadamente, no lo tengo contabilizado, pero sí, muchos", confiesa.
Creatividad y muchos madrugones
Algunos ya son emblemáticos: "En invierno, por ejemplo, hacemos un trineo que lleva unas galletas que son unos esquís, y un muñeco de nieve que son dos bolas de coco", recuerda. Ahí está, la originalidad, la experiencia.

Otro ejemplo en forma de trampantojo: sirven un platillo que recuerda unos espaguetis con tomate y queso, en realidad son una creación dulce, de chocolate blanco, fresa, frambuesa y los espaguetis de mango. En la parte salada, su falsa quiche deconstruida es, en realidad, una galleta de parmesano
También tienen éxito las galletas que sirven en un pequeño caballete con pinturas. "Las pinturas son mermeladas y eso a los niños, les encanta". Con estos ejemplos, ya podemos deducir que todas sus propuestas, todas, llevan detrás muchísima elaboración. "Lo que complica más es cambiar cada día todos los platos", reconoce.
Todo se cocina por la noche, para el día siguiente, con la ayuda de otra cocinera que trabaja en horario nocturno. María Jesús, por su parte, se levanta extremadamente temprano para empezar la puesta punto. Hay mucho trabajo detrás, muchos madrugones y horas en los fogones. Pero, ella, formada en cocina y pastelería, lo tiene claro: "Sarna con gusto no pica".
Presentaciones 'muy cuquis'
Pero es que, aparte de lo meramente gastronómico, otra de las señas de identidad de sus creaciones es que proponen presentaciones "muy cuquis", dice, y utilizan vajillas especiales para cada receta. Otro ejemplo: "Tenemos unas migas a la pastora, que es un plato clásico, pero lo servimos en una especie de cacito que parece del oeste, y lo envolvemos con una tela de cuadros".
Los huéspedes también contribuyen en engrandecer su ajuar: "Un cliente que hace más de 30 años que viene al hotel, al que le gusta mucho la artesanía, me ha hecho el hotel en pequeñito. Pues allí servimos una especie de tiramisú". ¿Todo ese trabajazo compensa? "Sí, además, como lo hacemos desde hace tantos años, los clientes ya lo esperan, y eso nos obliga a que tengamos que estar siempre pensando cosas nuevas. Si a la gente le gusta, pues nosotros contentos", sentencia.
El menú de desayuno de El Ciervo está disponible para huéspedes del hotel, pero también para clientes que no estén alojados. Eso sí, hacer reserva es imprescindible. // Hotel El Ciervo. Plaça Sant Orenç, 3, 25530 Vielha, Lleida. Tel.: 973 640 165.

