La marca hotelera estadounidensa SLS ha elegido Barcelona para desembarcar en Europa y lo ha hecho este año con la apertura de un monumental hotel de 5 estrellas en la zona del Fòrum, en esa inhóspita frontera entre la capital catalana y el municipio de Sant Adrià.
Ha sido, sin duda, una de las novedades más sonadas de 2025, ya que, en lo gastronómico, el hotel está cargadito de propuestas, en total seis conceptos distintos entre los que encontramos el restaurante l'Anxova Divina, entregado al tapeo; la interesantísima coctelería Kyara —que lleva el sello de los creadores de la británica Tayēr + Elementary, actualmente en el puesto #4 de la lista The World's 50 Best Bars—; y el restaurante Lora, al que nos trasladamos hoy.
Desarrollado en colaboración con Studio Paskin, el estudio de hostelería creativa detrás de los aclamados restaurantes internacionales The Palomar, The Barbary y Evelyn's Table, todos ellos en Londres, Lora ha llegado aquí para convertirse, sin quererlo, en el restaurante de hotel de lujo menos convencional de la ciudad.
Un viaje desde el Mediterráneo
"Todos los nuevos hoteles de cinco estrellas tienen más o menos la misma oferta, con su bistró estilo francés, y en Lora nos escapamos de esa tradición, de esa normalidad", nos explica Juan Gómez, director culinario de SLS en Barcelona. Ellos han apostado por romper moldes, primero, ofreciendo una carta de platos compartir, poco habitual en este tipo de alojamientos.

Segundo, porque han planteado una oferta gastronómica "viajera", dice, que se mueve entre Barcelona y Beirut. "Trabajamos mayoritariamente con influencias griegas, también turcas, pasando además por el Líbano, y también con reflejos de la costa mediterránea norteafricana", expone.
"La harissa es más de Argelia, incluso de Marruecos, tenemos un tajín —de pollo con melocotón—, y elaboramos platos como la hamoosta de pulpo, más inspirado en Grecia. Son culturas y gastronomías milenarias que tienen muchísimo por descubrir. Cuando piensas en la cocina del Middle East, la gente se queda en el hummus y el pan pita, pero hay muchísimo más", resume.
Panes propios y cocina para compartir
Muchas de estas recetas las han adaptado al gusto español, en cuanto a cantidad de especias y nivel de picante. De ello se ha encargado Justin Collinge, quien encabeza el día a día en la cocina de Lora, así como de la búsqueda de los mejores ingredientes, esos que nos da la zona del Mediterráneo.

Por ejemplo, cuenta Gómez: "Hemos visitado proveedores griegos y turcos buscando el yogur que realmente necesitábamos para Lora. Los hay con diferentes porcentajes de grasa, diferentes calibres de lácteo... Conseguir el que nos funciona justo para estas recetas ha sido un trabajo arduo". No solo eso, trabajan con cerca de 65 especias diferentes, y muchas provienen de proveedores distintos. Lo mismo sucede con los quesos, halloumi y feta, o con las hierbas frescas. "Es una logística compleja, pero vale la pena".
Cuentan con obrador propio en la cocina —algo poco habitual en los hoteles de la ciudad— donde elaboran a diario sus panes, como la conocidísima pita, pero también el kubaneh, un pan tradicional judío yemení, o los distintos flatbreads, panes planos para dipear en platos como el baba ganoush o la muhhamara y acompañar ensaladas crudas como el tartar de atún o la conocida fattoush. "Es una ensalada clásica de tomate, cebolla, pepino y lleva unos crutones que hacemos con pan pita, un poco de sumac —una especia de Oriente Medio— y unas hierbas. Buscamos la simplicidad".
Y no solo eso, porque otra de sus señas de identidad son el horno a leña y las brasas —a la vista de los comensales— por donde pasan vegetales, carnes y pescados. "Tenemos cocina a gas, pero casi no la utilizamos. El 80% de las elaboraciones van a la brasa. Esto hace que sea una cocina muy sana, también fresca gracias a las hierbas. No tenemos producto frito, a excepción de un par de platos", recalca Gómez.
Los platos más contundentes toman, por ejemplo, forma de arroz crujiente con azafrán o de paletilla de cordero persa cocido durante 12 horas con granadas y yogur, siempre con presentaciones austeras que potencian el producto, siempre pensados para compartir. "Es una cocina que no te cansa —damos fe de ello, así como de su excelente ejecución—, puedes estar compartiendo platos y cada uno de ellos es una historia totalmente diferente", recalca el cocinero. Para terminar, el malabi, un flan de azafrán, peras asadas y pistacho.
El nuevo lujo
Con esta oferta culinaria original, cercana, y poco común en los establecimientos de lujo de Barcelona, está claro que quieren cautivar al cliente local, y animarle a desplazarse hasta una zona, todavía hoy, algo desconectada de la vida de la ciudad. Aun así, asegura el chef, "estamos sorprendidos de la aceptación que está teniendo Lora".

Su propuesta, y la de todo el hotel, es además un ejemplo de cómo se entiende el nuevo lujo: "Si buscas un cinco estrellas rígido, puedes ir a un Ritz Carlton, a un Península, a hoteles donde en la puerta encuentras a una persona con chistera y frac. Y eso es fantástico. Pero aquí verás a un chico con una camisa de flores que también te va a coger el coche y te lo va a aparcar. En los restaurantes hemos traducido ese espíritu de hacer las cosas un poco diferentes y muy focalizadas en las nuevas generaciones".
Pero que lo del 'lujo' no nos engañe, aquí se puede comer muy bien, y abundante, con un ticket medio que puede rondar los 40 euros. Es otra de sus bazas para llenar un local de interiorismo exquisito, y capacidad para cerca de 300 comensales, que no es poco. "Tocamos productos de primera, pero que no son caros. No esperamos tener trufa o percebes en Lora. Utilizamos ingredientes comunes y que nos permiten tener unos precios asequibles. Ahí está el secreto, y también en la manera de prepararlos, en esas mezclas de especies y sabores".
Lora sigue evolucionando y, durante el próximo mes de diciembre, Gómez nos avanza que pondrán en marcha su brunch. "Podrá comer unos huevos benedict, pero también unos saksuka eggs, una receta libanesa de huevos con crema agria y un tomate picante".
Porque, como él mismo nos recuerda, "Lora viene a Barcelona a sumar, no a competir", cambiando esas reglas de juego a las que nos tienen acostumbrados los grandes hoteles. ¿Quién quiere una ensalada César y un club sándwich cuando puedes compartir unas sabrosísimas brochetas de cordero a la parrilla con especias merguez o un tajín con especias bereberes? Es cuestión de querer tener personalidad, igual que Lora. // SLS Barcelona - Lora. Port Forum, Carrer de la Pau, 2, 08930 Barcelona.
 
     
    

