Ruta de la horchata artesana por las mejores horchaterías de Barcelona y Badalona

Barcelona y Badalona son dos consulados de la mejor horchata de tradición alicantina y valenciana. De fuerte y largo arraigo, la mayoría de los establecimientos aquí seleccionados son centenarios y todos son artesanos

Inés Butrón. Autora en Hule y Mantel

Escritora, periodista y profesora de Historia de la gastronomía

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Fotos antiguas de las horchaterías de Barcelona y Badalona protagonistas de nuestra ruta
Fotos antiguas de las horchaterías de Barcelona y Badalona protagonistas de nuestra ruta

El verano es una estación verbenera, dulzona y sensual como una horchata en vaso largo y helado, goteando sabor por las comisuras de sus paredes de vidrio. En las noches de bochorno, en las tardes lánguidas, siempre había un lugar en el barrio, lleno de colores, criaturas y baldosas muy limpias donde disfrutar de una horchata inmaculada. Por eso tenía mi propia ruta, un mapa de los tesoros golosos en esta ciudad amante del “aigua de civada” que habían traído a Barcelona hacía más de dos siglos esos primeros levantinos que en Navidad vendía turrones y en verano horchata.

En la entonces amurallada Ciutat Comtal eran famosas las horchaterías que se situaban en las cercanías del Paseo Isabel II. Allí recaló, por ejemplo, el Tio Nel.lo, que fue el introductor de la famosa bebida levantina en Barcelona. El éxito fue tal que, desde entonces, hay gente fanática como yo que no perdona un verano sin esa deliciosa bebida de chufa, gente que recorre las horchaterías como lugares de culto. De entre las muchas que hay en el mapa de la chufa local hemos escogido siete de Barcelona y Badalona, frecuentadas hasta la saciedad, verano tras verano. 

Artesano con lechera de horchata en el obrador de Ciutat Vella / Foto Planelles Donat
Artesano con lechera de horchata en el obrador de Ciutat Vella / Foto Planelles Donat

Planelles Donat. Vida de portería

Si  quieres entender las costumbres alimenticias de los barceloneses debes recalar en estas “porterías” en las que una familia de alicantinos llevan décadas vendiendo turrones, helados, horchatas y granizados. ¿Y por qué una portería, preguntará usted? ¿Y por qué en el Portal de l’Àngel? Razones históricas lo explican.

Mostrador y equipo de Planelles Donat, en la portería de Portal de l'Àngel / Fotos: Planelles Donat
Mostrador y equipo de Planelles Donat, en la portería de Portal de l'Àngel / Fotos: Planelles Donat

Antiguamente, cuando estos alicantinos venían desde sus pueblos y ciudades a Barcelona para vender sus productos lo hacían únicamente de manera estacional, unos pocos meses en invierno y otro tanto en verano. Se situaban en las cercanías del mercado de La Boquería, que era el meollo de todo. Pero pasado ese tiempo había que irse con los bultos a otra parte. Puesto que los negocios no daban entonces como para alquilar locales de forma permanente, se colocaban en las porterías y entradas de edificios de la zona. Y así, fueron quedando, echando raíces, formando parte del mobiliario, como quien dice. Al fondo el ascensor, a la entrada los fartons y las horchatas. Curioso, ¿verdad? // Planelles Donat Av. Portal de l´Àngel, 7 i 25, 08002, Barcelona

El Tío Che. Un alicantino en Poblenou

Una imagen del pasado y otra del presente del tío Ché / Foto: El Tío Ché
Una imagen del pasado y otra del presente del tío Ché / Foto: El Tío Ché

La historia de esta familia da para una película de Benigni: “Ché, prova. La vida és dolça” (hay un librito precioso que explica todas las peripecias del Tío Ché). Llegaron de Alicante en 1912, se instalaron primero en La Barceloneta, pero pasaron pronto a ocupar una famosa esquina del Poblenou de donde no se movieron hasta que una bomba les obligó a trasladarse. Son la viva imagen de la constancia y la piña familiar. Desde su nueva ubicación trabajan incansablemente y llenan los alrededores de ese olor a chufa fresquita, helados y bocatas calientes que tanto embriaga en las tardes estivales.

Horchatería preciosa, llena de detalles de la famosa tradición ceramista valenciana, esta horchatería tiene lleno hasta la bandera en las tardes de julio. Es el alma del barrio, para quien ha ido ampliando la oferta al gusto de los nuevos tiempos y necesidades. Tiene el encanto de lo tradicional y genuino: la calidad, la amabilidad, la familiaridad de los clientes fijos –que son legión– y el conocimiento del producto por parte de la nueva generación familiar. // El Tío Ché Rambla del Poblenou, 44, TDA, 08005, Barcelona

La Valenciana. Chufas y letras

Una foto de antigua de La Valenciana concurrida de clientes y el vaso icónico de la horchatería / Fotos: La Valenciana
Una foto de antigua de La Valenciana concurrida de clientes y el vaso icónico de la horchatería / Fotos: La Valenciana

La Valenciana es una de las grandes. De mis preferidas, supongo que por la cercanía con el Patio de Letras, desde donde yo salía escopeteada después de los exámenes finales en busca de una horchata, un granizado de limón o un cubanito. Tienen de todo manteniéndose fiel a sus raíces. No hay demasiado interés por llegar a ser “los creativos del barrio”, sino por mantener la identidad y la clientela que, desde la mañana a la tarde, busca mesita en el interior o se acerca a la barra en busca de un cucurucho. // La Valenciana C/ Aribau, 16, 08011, Barcelona ·

Sirvent. Asuntos de familia

Foto antigua de Sirvent en el barrio de Sant Antoni / Foto: Sirvent
Foto antigua de Sirvent en el barrio de Sant Antoni / Foto: Sirvent

Una de las familias con más arraigo horchatero en esta ciudad es, sin duda, la familia Sirvent. Esta horchatería era una de mis horchaterías imprescindibles. Pero mejor ir  a pie, paseando, o en bicicleta. Es imposible aparcar y hay que armarse de paciencia en pleno verano. Riadas de gente de todas las edades inundan la calle rechupeteando helados, hablando a gritos y sorbiendo litros de horchatas y granizados. Verano azul… o rosa, blanco y amarillo. // Horchatería Sirvent Calle del Parlament de Catalunya, 56, 08015 Barcelona


Horchatas de Badalona

La horchata de Lillo Picó con la playa de Badalona de fondo
La horchata de Lillo Picó con la playa de Badalona de fondo

No sé por qué razón, pero prometo investigarlo, Badalona tiene algunas de las mejores horchaterías de Barcelona y el área metropolitana. Está en el ADN de los badaloneses el paseo del sábado por la Calle del Mar, las mechas muy rubias y la horchatita después de la playa. Ni el mono más famoso de la historia de la alimentación tuvo nunca tanto éxito como una buena copa de helado en la esquina del carrer de la Creu en vísperas de verbena. En cualquier caso, recalo igual de feliz en cualquiera de ellos: un trío de lugares que hay que apuntarse si se cruza el Besós en dirección al Maresme.

Can Solé

Albert Soler, maestro artesano y campeón de España de heladería artesana, metiendo las manos en horchata de niño. Una imagen del volcado de horchata / Fotos: Can Solé
Albert Soler, maestro artesano y campeón de España de heladería artesana, metiendo las manos en horchata de niño. Una imagen del volcado de horchata / Fotos: Can Solé

Nosotros somos muy fieles a Can Solé. Su horchata es pura chufa, sus marrons glacés en invierno me parecen de los mejores que he probado, y sus turrones elegantes están al nivel de los más gourmets que se han lanzado al mercado últimamente. El maestro y gerente Albert Solé se alzó con el título del mejor heladero artesano de España según el veredicto del jurado de Intersicop, la feria más importante de panadería, pastelería y heladería. Una buena noticia para las poblaciones vecinas: reparten a domicilio no solo en Badalona, también en Sant Adrià, Alella, El Masnou, Montgat y Tiana. // Can Solé c/ Francesc Layret, 98 Badalona (Barcelona) 

Lillo Picó 

Dos retratos de hoy y de antaño de Lillo Picó
Dos retratos de hoy y de antaño de diferentes generaciones de Lillo Picó

Lillo Picó son buenos artesanos. Hace medio siglo que abrieron en Badalona y desde su reforma en 2007 su horchatería-heladería no da abasto a llenar su aparador de colores y sabores. Da gloria verlo. Tienen raíces en Badalona y en Jijona, donde aun mantienen uno de sus obradores. En su carta aparecen más de 70 sabores de helados y tienen tarrinas comestibles de galleta. // Lilló Picó C/ Creu, 91, 08912, Badalona (Barcelona)

Horchatería Fillol

El mostrador con parte del equipo y las chufas en el obrador de la Gelateria i Orxateria Fillol / Fotos: Fillol
El mostrador con parte del equipo y las chufas en el obrador de la Gelateria i Orxateria Fillol / Fotos: Fillol

La horchatería Fillol trabajan el mundo de la chufa desde 1925. Pasó de Xàtiva a una hermosa esquina en la Rambla desde la que podía otear toda la línea del horizonte, las barcas varadas, la hilera de palmeras y el gentío sobre la arena. Hoy en día su esquina se ha empequeñecido, como la sillita de un vigilante de la playa, pero su calidad y gran variedad de productos- helados y granizados, leche merengada y horchatas sin pasteurizar con azúcar de caña apta para celíacos- la ha llevado a ser distribuidora para el canal Horeca. Fillol era, y sigue siendo, el remate feliz a un día de verano: la toalla en el hombro, la piel morena, el vaso helado de pura chufa. // Fillol Paseo de la Rambla, 1-2, 08911, Badalona (Barcelona)

Diferentes formas de tomar la horchata en la Gelateria i Orxateria Fillol: con granizado de fresa (pantera rosa), bola de chocolate (cubano) y granizado de limón (palmera) / Foto: Fillol
Diferentes formas de tomar la horchata en la Gelateria i Orxateria Fillol: con granizado de fresa (pantera rosa), bola de chocolate (cubano) y granizado de limón (palmera) / Foto: Fillol