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Alergia primaveral y alimentación: los alimentos que deberías evitar si eres alérgico al polen

¿Por qué comer manzana puede ser peligroso para una persona alérgica al polen? Respondemos a esta y otras preguntas sobre alergia y alimentación

Laia Shamirian, escritora gastronómica. Hule y Mantel

Periodista gastronómica, nutricionista y bióloga

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Mujer a punto de estornudar a causa de la alergia primaveral / Foto: Canva
Mujer a punto de estornudar a causa de la alergia primaveral / Foto: Canva

La alergia primaveral es el gran tema de esta estación. Los irrefrenables estornudos se alternan con el picor de ojos y nariz, y en ocasiones, incluso nos hacen sentir algo más cansados de lo habitual. Uno de los factores protagonistas de este cuadro de alergia es el polen, que en los días de sol y viento flota calle arriba y abajo envolviéndonos a todos. 

Sea polen de árboles o gramíneas o maleza esta pequeña partícula puede llegar a causar una gran diferencia en nuestra vida. No sólo por la respuesta directa que despierta en caso de alergia sino por su intrincada y compleja relación con ciertos alimentos. ¿Sabías que la alergia al polen puede hacerte más susceptible a ciertos alimentos? Ahondamos en el cómo y porqué el polen tiene mucho más que ver con la mesa de lo que pensamos. 

Qué es la alergia primaveral y sus síntomas

Hombre afectado de conjuntivitis a causa de la alergia primaveral / Foto: Canva
Hombre afectado de conjuntivitis a causa de la alergia primaveral / Foto: Canva

La alergia es una respuesta de nuestro sistema inmunológico que identifica como cuerpo extraño a una sustancia del entorno. En el caso de la alergia primaveral la respuesta de hipersensibilidad responde al polen, al césped, al moho, todos aquellos componentes que se multiplican con la llegada de la primavera. El polen del olivo o el platanero, así como el de las gramíneas, son de los mayores causantes de la alergia primaveral.

Los síntomas incluyen estornudos, tos, picor y congestión nasal, así como conjuntivitis. Para prevenir los síntomas, hoy en día existen herramientas como la página web de SEIAC (Sociedad Española de alergología e Inmunología Clínica) que muestran la información actualizada de los niveles de polen en España.

Esto nos puede ayudar a evitar los momentos de mayor concentración de polen. Por supuesto ventilar el hogar caída la noche para evitar la entrada o secar la ropa en interior son estrategias que pueden aliviar ligeramente la sintomatología.

¿Puedo padecer alergia?

Polen primaveral / Foto: Canva
Polen primaveral / Foto: Canva

Para empezar algunas personas tienen una mayor predisposición genética que otras. En segundo lugar, toda respuesta alérgica sucede después de haber vivido una fase previa de exposición al alérgeno. Esto quiere decir, que antes de que nuestro sistema inmunológico dé como respuesta la inflamación o el picor, previamente, casi siempre durante la infancia, nuestro organismo tuvo un primer contacto con el alérgeno. Ese fue el momento en el que nuestro sistema inmunológico lo reconoció y clasificó como cuerpo extraño.

Esto implica que las personas con predisposición a padecer alergia primaveral tendrán más probabilidades de desarrollarla si viven rodeados de los principales alérgenos como el polen de los árboles. En cambio, una persona con predisposición podría llegar a la edad adulta sin tener esa respuesta alérgica si nunca ha pasado un verano entero jugando entre olivos o, si directamente este tipo de árbol no crece en su zona. 

La alergia primaveral y su relación con la alimentación

Además, el mecanismo de la alergia primaveral, y más concretamente de la alergia al polen de árboles y gramíneas tiene una estrecha relación con nuestra alimentación. ¿Por qué comer manzana puede ser peligroso para una persona alérgica al polen? ¿Puede la alergia al polen derivar en alergia a frutas y vegetales? ¿Qué relación existe entre el uno y el otro? La posibilidad existe y tiene un nombre: Síndrome polen-alimento (SPA). 

Este síndrome refiere a la reacción alérgica a ciertas frutas, vegetales y/o frutos secos a causa de una alergia previa al polen. Esto, sucede porque ciertas proteínas presentes en frutas y vegetales son homólogas a las proteínas del polen. Al entrar en contacto con esas proteínas el organismo, grosso modo, se confunde y reacciona ante ellas como si se tratase del mismo polen. Como consecuencia si somos alérgicos al polen es posible que presentemos hipersensibilidad a ciertos frutos y vegetales.

Hipersensibilidad a frutas y vegetales

Caja con peras y manzanas / Foto: Canva
Caja con peras y manzanas / Foto: Canva

El trabajo del Servicio de Alergia e Inmunología Clínica de México llevó a cabo una revisión mostrando cuáles eran las principales proteínas implicadas y como interactuaban entre ellas. Los tres grupos principales de proteínas envueltas en este proceso son: profilinas, proteínas de defensa y proteínas transportadoras de lípidos.

Las profilinas están presentes en el polen de gramíneas como la artemisia y tienen cientos de homólogos entre frutas y hortalizas. Solo por nombrar algunos: pera, manzana, melocotón, plátano, piña o melón, entre las frutas carnosas. Aunque también están presentes en apio, pepino, calabaza, y, atención, frutos secos como nueces y avellanas.

Las proteínas de defensa suelen ser las menos problemáticas porque es un tipo de proteína que se desintegra a altas temperaturas. Por lo que si cocinamos los alimentos que las contienen la probabilidad de mostrar una reacción alérgica, disminuye.

Este tipo de proteína de defensa está presente en muchas frutas como fresas, cerezas o kiwi, hortalizas como las zanahorias, y legumbres como la soja o el cacahuete. El síndrome polen-alimento más común derivado de este grupo es el del polen del abedul y alergia a la manzana, ya que la manzana cuenta con una proteína muy similar a la del polen de abedul.

Melocotones en un cesto / Foto: Canva
Melocotones en un cesto / Foto: Canva

En cuanto al tercer grupo de proteínas, son el menos abundante, aunque también el más retador. Está relacionado con la tan extendida alergia a la piel del melocotón y a la piel de la manzana, y aunque se cocinasen, de ingerirlos continuarían provocando la reacción alérgica a las personas sensibilizadas a este tipo de proteína.

En el mundo vegetal, estas proteínas están presentes en el polen de árboles como el olivo y gramíneas como la artemisa o la ambrosia. Las personas con alergia a algunos de estos tipos de polen deben guardar especial precaución con la piel del melocotón y la manzana.

La incidencia de este síndrome es mucho más común de lo que pensamos y está extendida entre niños y adultos. Los datos exactos son difíciles de estimar por la gran variabilidad de respuesta alérgica entre regiones del mundo y las diferentes combinaciones posibles de alergia entre polen-alimento, ya que no todos los tipos de polen son homólogos a los mismos tipos de frutas y vegetales. En cualquier caso, es un especialista médico quién nos podrá guiar sobre nuestro caso particular.