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El cava puede mejorar adaptándose al cambio climático, según un estudio del CSIC

La investigación recoge diversas técnicas que permitirán adaptar el viñedo al aumento de las temperaturas y además mejorar el vino base para elaborar cava

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Viñedos en la zona de Utiel-Requena / Foto: Canva
Viñedos en la zona de Utiel-Requena / Foto: Canva

Un estudio del Centro de Investigaciones sobre Desertificación (CIDE), publicado en la revista Frontiers in Plant Science, demuestra que con técnicas de adaptación del viñedo a escenarios de calentamiento global se puede conservar y mejorar el equilibrio alcohol-acidez para dar lugar a vinos para cava de mejor estructura y perfil aromático. La investigación se ha llevado a cabo en un viñedo de Requena (Valencia), con la variedad de uva macabeo, y se han utilizado técnicas de cultivo como el sombreado de las cepas, el forzado de yemas (poda severa después de la floración), la poda tardía y el acolchado.

El contexto de cambio climático

VIñedo en la región vitivinícola de Utiel-Requena / Foto: Canva
VIñedo en la región vitivinícola de Utiel-Requena / Foto: Canva

El aumento de las temperaturas en los últimos 20 años ha adelantado la fecha de vendimia en la región mediterránea en seis días de media, alterando la composición de los mostos, y en regiones de clima continental y semiárido como el de Requena, la uva alcanza rápidamente concentraciones elevadas de azúcares y altos valores de acidez, mientras que su contenido en compuestos fenólicos se incrementa más lentamente. 

Además, las temperaturas nocturnas altas provocan cambios en la expresión varietal, lo que puede llevar a vinos de baja calidad. En la región vitivinícola de Utiel–Requena estos efectos podrían alterar la tipicidad de sus vinos y concretamente la del cava, comprometiendo la competitividad del sector.

Mejorar los vinos base

El estudio del CIDE, centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Universitat de València (UV) y la Generalitat Valenciana, recoge, entre otros resultados, que el forzado de yemas mejoró la composición de la uva, con una mayor relación alcohol-acidez y un menor grado de esta última, según informa la Universitat de València.

Según Diego S. Intrigliolo, científico del CSIC en el CIDE que ha participado en el estudio, también se ha demostrado que mediante estas técnicas agronómicas es posible modificar la composición de la uva e influir notablemente sobre la calidad de los vinos base para la posterior elaboración del cava.

La eficacia del sombreado dependerá en gran medida de las condiciones climáticas durante el periodo de maduración de la uva, debiendo prestarse más atención al estado sanitario de la uva. En años lluviosos y frescos no se recomienda la aplicación de la técnica de sombreado, que sería mucho más efectiva en las añadas más calurosas y secas. Por su parte, la técnica del forzado de yemas solo se recomienda para la elaboración de cava tipo premium de alto valor comercial.

En las condiciones edafo-climáticas de Requena, el principal reto agronómico y enológico al que se enfrentan los productores de cava es la baja acidez y el elevado pH del mosto de la uva. En este contexto se ha puesto de manifiesto la eficacia de las técnicas, dado que permiten modificar el microclima del racimo durante la época de maduración y disminuir la relación alcohol-acidez en los vinos base para cava, según Intrigliolo.

En la investigación también han participado la Universitat de les Illes Balears (UIB), el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) y el Instituto Tecnológico de Viticultura y Enología de Requena.