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La guerra del cava no tiene fin: Codorníu anuncia una alianza histórica días antes de las elecciones

El clima hostil del cava mantiene tres posturas divergentes: los que abogan por precio justo y calidad eco; los que piden voz y voto fuera de Cataluña; y los que ansían volumen. A una semana de las elecciones, Codorníu anuncia un frente común histórico

La guerra del cava no tiene fin / Collage de Hule y Mantel
La guerra del cava no tiene fin / Collage de Hule y Mantel

Es la primera vez que una de las grandes hace frente común con otro grupo y sucede a una semana de las elecciones del Consejo Regulador. Codorníu se ha aliado con Viticultors del Cava, que es la coalición de Unió de PagesosJoves Agricultors i Ramaders de Catalunya, y la Associació de Viticultors del Penedès. El lema escogido es "Futuro, precio, valor". La alianza se ha formalizado hoy y se ha transmitido mediante un comunicado.

Jaume Domenech (Joves Agricultors i Ramaders Catalunya); Santiago Vallès (Associació Viticultors del Penedès); Sergio Fuster (CEO Raventós Codorníu); y Antonio Borràs (Unió de Pagesos) / Foto: Codorníu
Jaume Domenech (Joves Agricultors i Ramaders Catalunya); Santiago Vallès (Associació Viticultors del Penedès); Sergio Fuster (CEO Raventós Codorníu); y Antonio Borràs (Unió de Pagesos) / Foto: Codorníu

El objetivo de este vínculo, según ha declarado la marca, "es contribuir a poner las bases (...) para velar por la preservación de la reputación y calidad de la marca cava y, a su vez, proteger los colectivos que la integran". ¿Cuál es el mensaje entre líneas? Se entiende mejor al conocer las medidas.

La medidas de una alianza histórica

Codorníu y Viticultors del Cava reivindican y quieren trabajar tres fundamentos que se encadenan. El primero es asentar unas bases del precio de la uva por hectárea, tras el oportuno desarrollo de un estudio de costes oficial. Seguidamente, proponen que desde el Consejo Regulador del Cava se cree "un marco de compromiso voluntario entre las empresas elaboradoras y los agricultores" a través de un sello que identifique y asegure "que se paga por encima de los precios del estudio de costes validado". 

Además, se quiere consolidar "el fomento de contratos plurianuales entre las bodegas y los viticultores", con el fin de "garantizar la sostenibilidad de las explotaciones". Una medida que es heredera de la nueva política de Codorníu desde 2019. El CEO de la macrobodega, Sergio Fuster, declara en el comunicado que "con este marco de colaboración reafirman su apuesta (...) para generar valor más allá del propio beneficio".

Miembros de Codorníu y de Viticultors del Cava en las oficinas de la marca / Foto: Codorníu
Miembros de Codorníu y de Viticultors del Cava en las oficinas de la marca / Foto: Codorníu

Precios más justos

En la nota también se aprovecha para recordar el cambio paradigmático de la marca, iniciado en la fecha ya mencionada, cuando decidió firmar acuerdos de compra a cinco años vista con agricultores. Asimismo, los contratos firmados establecen un precio mínimo de 0,44€. Y la uva de guarda superior y ecológica, la mejor en cuanto a calidad y sostenibilidad, sube este año un 15% hasta 0,51€/kg. Este curso es el primero de la casa en recolectar solo uvas ecológicas.

Los nuevos compañeros de viaje de Codorníu ya hace mucho tiempo que luchan por la subida del precio de la uva. En las últimas semanas incluso han denunciado que Freixenet aboga por el oligopolio y que sigue pagando los mismos 0,30€ que en el año 2000. Además, han incidido en que con el encrudecimiento de los costes derivados de la invasión de Ucrania en carburantes y fitosanitarios, el agricultor pierde más que nunca. En otras palabras: pierde dinero por el simple hecho de cultivar, recoger y trabajar. 

Tres frentes ante las elecciones

En realidad, estas son las primeras elecciones en las que Codorníu no logrará un sitio en el Consejo. Dato también histórico que se debe a su caída en ventas y a la pérdida de su estatus en el podio, donde se mantiene su competidora Freixenet y también García Carrión. En el olimpo defienden sin tapujos sus políticas centradas en el volumen, y prefieren ver el peligro en otros sectores del vino espumoso, como el prosecco

La tercera pata de las conflictivas elecciones pertenece a los productores de fuera de Cataluña, que luchan por obtener por primera vez en la historia un lugar en el Consejo Regulador, hasta ahora copado por el sector catalán. La segunda zona productora de España, Requena (Comunidad Valenciana) y Almendralejo (Extremadura) pueden ganar otra batalla, tras el espaldarazo que el Tribunal Supremo concedió el pasado año a los productores extremeños, cuando dictó que el registro del cava no podía depender solo del Consejo Regulador, sino de la normativa española y europea. Sin embargo, a pesar de haber desmonopolitizado las competencias y haber anulado los dos artículos que así lo decretaban, las hostilidades se mantienen con un rifirrafe de altos vuelos que enfrentan al Ministerio de Agricultura, el Supremo y un Consejo que puede que cambie de manera irrevocable el próximo 6 de julio.