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Ni ingredientes sin usar ni comida que se pierde: saca provecho a los alimentos que compras

Aprovecha cada ingrediente de tu despensa con recetas creativas y planificación: convierte las sobras de comida en platos llenos de sabor

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Compra sostenible de alimentos colocados en una mesa / Canva
Compra sostenible de alimentos colocados en una mesa / Canva

El desperdicio alimentario es una realidad a la que se puede hacer frente con prácticas de cocina sostenible. Cada año, toneladas de alimentos terminan en la basura, muchos de ellos aún en condiciones óptimas para el consumo. Por lo que la cocina sin desperdicio no es solo una tendencia, sino una necesidad. 

Planificación y compra consciente

La clave para evitar el desperdicio comienza antes de encender los fogones. Planificar las comidas semanales y elaborar una lista de la compra son estrategias con las que se aprovecha al máximo cada ingrediente. Además, optar por productos de temporada reduce la huella de carbono asociada al transporte de alimentos fuera de temporada. 

Para dejar atrás el desperdicio alimentario, también es necesario revisar la despensa y el refrigerador antes de comprar para no comprar aquellos productos que ya tengas en casa. A la hora de cocinar, utiliza primero los alimentos con fechas de caducidad más próximas, una práctica conocida como  "FIFO" (First In, First Out), que asegura que los productos más antiguos se consumen antes. 

Recetas de aprovechamiento para no tirar comida

Muchas veces, partes de los alimentos como cáscaras, tallos u hojas se desechan sin considerar su potencial culinario. Sin embargo, estos componentes de la comida se pueden transformar en platos deliciosos.

1. Caldo con restos de verduras

Los recortes que normalmente se tiran, como pieles de cebolla, extremos de zanahoria, hojas de puerro o tallos de brócoli, son los ingredientes perfectos para cocinar un caldo casero lleno de sabor. Guárdalos en una bolsa en el congelador y, cuando tengas suficiente, hiérvelos en agua con un poco de sal, laurel y pimienta negra. Tras una hora a fuego lento, tendrás la mezcla perfecta para disfrutar de una sopa, guiso o risotto.

Caldo elaborado con huesos de cordero y verduras / Canva
Caldo elaborado con huesos de cordero y verduras / Canva

2. Tortilla con pan duro 

Cuando el pan del día anterior se queda duro, no hay por qué tirarlo. Córtalo en trozos pequeños y déjalo a remojo en una mezcla de huevos batidos, leche, ajo picado y hierbas frescas, como perejil, albahaca o lo que tengas a mano. Fríelo como una tortilla tradicional. El resultado es una frittata rústica, crujiente por fuera y suave por dentro, perfecta para una cena improvisada o como tapa acompañada de una ensalada.

3. Croquetas de pollo o pescado desmenuzado

Ese filete de pollo asado que quedó del almuerzo o la merluza que sobró del mediodía pueden transformarse en unas croquetas caseras para chuparse los dedos. Desmenuza bien la carne, prepárala con una bechamel espesa y deja que repose en la nevera antes preparar las croquetas. Luego pásalas por pan rallado y fríelas hasta que estén doradas. Esta es, sin duda, una receta de aprovechamiento clásica que nunca falla, ideal para congelar y tener lista en cualquier momento.

Compota de peras / CANVA
Compota de peras / Canva

4. Compota de frutas muy maduras

¿Plátanos con manchas o peras demasiado blandas? No las tires: cocínalas. Pela y corta la fruta, colócala en una olla con un poco de agua, canela y un toque de miel o azúcar. Deja cocer a fuego lento hasta que se ablanden del todo y se forme una compota. Es perfecta para acompañar yogur, untar sobre tostadas o como base para bizcochos.

Cómo sacar el máximo provecho a los alimentos

Cocinar sin desperdicio implica aprovechar las sobras y dar una segunda vida a los ingredientes olvidados en la nevera, pero también pasa por adoptar hábitos que alarguen la vida útil de los alimentos. Hay pequeñas acciones cotidianas que marcan una gran diferencia en el volumen de comida que acaba en la basura.  

1. Conservación adecuada

Para que los alimentos no se deterioren antes de tiempo, es muy importante conservarlos correctamente. Para ello, una de las mejores opciones es usar recipientes herméticos de vidrio o acero inoxidable o almacenar frutas y verduras en bolsas de tela transpirable que los mantengan frescos. Además, las técnicas como el escaldado y la congelación permiten conservar excedentes de frutas y verduras maduras y evitan que se conviertan en desperdicios.

Restos de alimentos utilizados para el compostaje / Canva
Restos de alimentos utilizados para el compostaje / Canva

2. Utensilios sostenibles

Otra forma de cocinar de forma sostenible es usar utensilios reutilizables. Opta por tablas de cortar de bambú, bolsas de silicona para almacenar alimentos y utiliza filtros de café de algodón para no depender de productos desechables. Eso minimizará la generación de residuos. Además, estos utensilios no solo son ecológicos, sino que también son más resistentes y funcionales.

3. Compostaje doméstico

El compostaje es una solución ecológica para transformar residuos orgánicos en abono natural. Es posible compostar los restos de frutas y verduras, cáscaras de huevo y posos de café en casa, y con ello reducir la cantidad de desechos que se envían a los vertederos. El compostaje doméstico contribuye a sacar el máximo provecho a los alimentos a la par que reduce las emisiones de gases de efecto invernadero.