El 17 de marzo se tiñe de verde en honor a San Patricio, el patrón de Irlanda. Tréboles every where. La historia cuenta que Don Patricio (385-461 d.C.) nació en Britania del norte, en el seno de una familia cristiana, donde su padre Calpurnio era diácono y decurión. En una incursión pirata, la casa fue arrasada y Patricio fue llevado a Irlanda como esclavo. Años después, regresó como misionero, convirtiéndose en una figura clave para el cristianismo en la isla.
Pero vamos, pasemos directamente a lo que nos atañe: la fiesta. Porque, seamos sinceros, Saint Patrick's Patricio no es solo historia, evangelización y canonización, es un derroche de alegría, música, y, lo más importante, bebida. Es el Baco de los cristianos. Es sinónimo de fiestaca chanante, mal que le pese a algunos.

Si he de hacerme cristiano, sería la conversión al modo irlandés el único que me convencería. Desde Dublín hasta los rincones más recónditos del mundo (todo porque los irlandeses comparten el gen celta gallego de estar en todas partes a todas horas), la gente se reúne para conmemorar este día —aunque algunas celebraciones se hayan hecho ya durante el fin de semana— con desfiles, música irlandesa y cerveza.
Las calles se llenan de personas vestidas de verde, brindando con entusiasmo por el santo patrón. Los tréboles, símbolo nacional de Irlanda, adornan sombreros, camisetas y hasta las cervezas. Nada representa mejor la fiesta de San Patricio como un beodo con un sombrero verde y una pinta en la mano, esto es así.
5 cervezas para San Patricio

No hay San Patricio sin cerveza. Y esto que parece una obviedad, ojo que no fue hasta tiempos modernos. Ya que incluso en 1901 se prohibió abrir los pubs por la festividad, algo que fue revocado muy inteligentemente en los sesenta.
Es la bebida por excelencia de esta festividad, y no es para menos. Irlanda es conocida por sus cervezas negras, que reciben el nombre de stout como la más emblemática, stout porter vendría después. De color negro oscuro como la brea y gusto potente con notas a veces de café o regaliz, estas cervezas acompañan cada brindis y cada canción folk gritada a pleno pulmón en los pubs.
Como ya sabéis, en Hule y Mantel tenemos la obligación de guiaros por la senda del buen bebedor. Hemos decidido haceros una pequeña lista de cervezas de obligada bebedura en San Patricio.
Guinness

La cerveza irlandesa por excelencia. Aunque debido a que está pasteurizada y la adición de carbónica para la espuma, no es considerada una stout. Cremosa como ella sola, con un sabor inconfundible a caramelo quemado, algo salina y un torrefacto suave.
Gulden Draak Russian Imperial Stout

Los belgas no solo hacen cervezas de abadía, también son capaces de hacer cosas contundentes. En este caso tenemos ante nosotros una Russian Imperial tan densa como la noche, es tal el caso que tiñe hasta la espuma dotándola de un color caramelo. Potente, sápida... cerveza casi para cortar y untar, una barbaridad.
Locker Porter

Toca Barcelona, los chicos de Garage Beer son unos cracks. Y con toda su gama vais a disfrutar cosa fina. Esta porter es fina, fina. Notas a torrefacto, galleta de mantequilla con pepitas de chocolate negro.
Basqueland Santería

Ojo a lo que se viene, Mexican Imperial Stout. La leche en vinagre de la gente de Basqueland Brewing, los pioneros del País Vasco. Potente como una buena Imperial, amargor de chocolate puro junto a especias como la canela y un toque picante por los tres chiles que lleva la cerveza.
O'Hara's Irish Stout

Cerramos con otra irlandesa de pura cepa. Con un sabor marcado a café y muy terrosa, es una delicia para los sentidos, además de fácil de beber. Un auténtico placer para alargar tertulias o fiestas entre amigos.
Para cerrar... un whisky
Y aunque la cerveza reina en esta festividad, el whisky irlandés no se queda atrás. Es el acompañante perfecto para rematar un día de celebraciones y bebercio. Os voy a recomendar Glendalough Pot Still. Esta destilería no es más irlandesa porque no puede.
El nombre lo reciben del valle de donde proceden, la imagen es la de Saint Kevin, el creador de los monasterios en la zona. El roble de maduración es irlandés, de las montañas cercanas y numerados. Todo respira Irlanda por cada poro. Su Pot Still o cualquiera de ellos son tremendos, pero este whisky que refleja toda la tradición posible se me antoja ideal para cerrar la celebración de San Patricio. ¡Sláinte!