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Taquicardias, peleas por la pizza y Benny Benassi: así se vivió la gala de los 50 Best en Turín

CRÓNICA | Estuvimos en la gala y en la 'after party' de The World's 50 Best Restaurants 2025 en Turín y, además de conocer a los ganadores, esto es lo que sucedió

Sarah Serrano

Historiadora y comunicadora gastronómica

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El restaurante Maido (Lima, Perú), en el puesto #1 de The World's 50 Best Restaurants 2025 / Cedida
El restaurante Maido (Lima, Perú), en el puesto #1 de The World's 50 Best Restaurants 2025 / Cedida

Turín se convirtió anoche en la capital mundial de la gastronomía. El antiguo complejo industrial Lingotto Fiere acogió la gala de The World’s 50 Best Restaurants 2025, con su ya clásica mezcla de nervios, flashes, abrazos y alguna que otra lágrima contenida. A las 20:30 horas en punto se apagaron las luces, se encendieron las pantallas y comenzó el desfile de nombres, subidas al escenario y ovaciones.

Disfrutar dejaba libre el primer puesto al pasar, como dicta la norma, a la lista Best of the Best. DiverXO y Etxebarri estaban en todas las quinielas, así que la tensión era máxima. En el aire flotaban rumores que durante los días anteriores recorrieron cenas y mentideros que ahora son los grupos de WhatsApp. ¿Ganará Maido? ¿Será por fin el año de Etxebarri? ¿Dará la sorpresa DiverXO?

En la T4 de Barajas, los periodistas comentábamos la jugada antes de embarcar rumbo a Turín. La emoción, como siempre, estuvo no solo en el resultado final, sino en lo que se coció entre bambalinas: miradas cruzadas, estilismos de gala, discursos ensayados y otros más viscerales, fruto del calor del momento.

La emoción, como siempre, estuvo no solo en el resultado final, sino en lo que se coció entre bambalinas.

A las 18:00 horas los primeros invitados empezaron a ocupar el pabellón que acogía el evento. El código de vestimenta (formal/smart) daba bastante libertad a la interpretación, por lo que había una rica diversidad de outfits. Los Hermanos Torres, junto a los equipos de Disfrutar y Enigma, avanzaron juntos por la moqueta para hacerse una foto antes de entrar al cóctel. Tetsuro Maeda apareció en la sala y todo el mundo se preguntaba si se produciría el reencuentro con Bittor Arginzoniz. No ocurrió.

Mitsuharu Tsumura de Maido en las celebraciones previas a la gala / Cedida 50 Best
Mitsuharu Tsumura de Maido en las celebraciones previas a la gala / Cedida 50 Best

Martinis, muchas cervezas y algunas copas de Barolo salían desde los stands de los patrocinadores. El stand central de Turismo del Piamonte no terminaba de convencer a los asistentes, tal vez porque había apostado demasiado por lo dulce. Pero el triunfador, como en otras ediciones, fue el jamón de Cinco Jotas que una bailarina enmascarada iba repartiendo. Se cortaron a mano hasta diez patas, según pudimos confirmar con la responsable.

Saludos coreografiados y sonrisas más o menos forzadas se sucedían. Y la ausencia de Dabiz Muñoz empezaba a preocupar. Aunque tampoco se había visto a los Roca, por lo que todo podía pasar. Una vez terminado el cóctel, pusimos rumbo al auditorio. Mientras el público trataba de interpretar el plano de los asientos, la sala ya vibraba antes de que se apagaran las luces.

La ceremonia y los primeros homenajes

La ceremonia arrancó poco antes de las 20:30 con William Drew haciendo la introducción. Antes de la sucesión de los puestos 100 al 51, Drew dedicó unas palabras de agradecimiento a la periodista Cristina Jolonch. La que ha sido durante los últimos años Chairman de España y Portugal había anunciado el día anterior que se despedía del puesto, cediendo el turno a otra persona, aun por conocer. Los nombres también se especulaban, y la mayoría de las apuestas recaen en Marta Fernández Guadaño.

Albert Adrià recibe el Estrella Damm Chef's Choice Award de la mano de Joan Roca / 50 Best
Albert Adrià recibe el Estrella Damm Chef's Choice Award de la mano de Joan Roca / 50 Best

Tras el típico peaje del discurso institucional que toda ceremonia gastronómica tiene, subió al escenario Ilaria Mulinacci, que fue la encargada de ir desgranando la lista entre vítores y suspiros. Hubo también un hueco para recordar a Michel Guerard, Richard Vines y Margarita Forés, cocineros que nos habían dejado.

Uno de los momentos más emotivos de la noche fue la entrega de la 50 Best Scholarship, que fue entregada por Jordi Roca. Este año, la beca fue otorgada a la colombiana Angélica Ortiz. Jordi se arrodilló en el escenario para entregarle el premio a esta joven cocinera para la que su vida quizás acaba de cambiar. A veces, lo interesante de una lista como esta no está solo en quién gana, sino en quién empieza.

Mohammed Benabdallah, el emblemático sumiller de Etxebarri, se llevó el premio al mejor sumiller, bastante celebrado por el público. En ese momento las miradas empezaban a cruzarse y los rostros españoles torcían el gesto y negaban con la cabeza. Este reconocimiento parecía restar posibilidades de que el restaurante alcanzase el ansiado primer puesto. La cosa se ponía todavía más interesante.

Albert Adrià pasaba a ocupar el #34. Nada mal. Aunque se había comentado que esta podría ser la entrada más potente de la lista, el cocinero también se llevó el premio Estrella Damm Chef's Choice

Otra entrada fuerte de la noche fue Nusara (Bangkok), directo al #35, seguido de Enigma (Barcelona), de Albert Adrià, que pasaba a ocupar el #34. Nada mal. Aunque se había comentado que esta podría ser la entrada más potente de la lista, el cocinero catalán también se llevó el premio Estrella Damm Chef's Choice, elegido por los chefs votantes y, con ello, el mejor premio que un cocinero puede recibir: el reconocimiento de sus compañeros de profesión.

La entrada más fuerte de la lista fue entregada por Alain Ducasse. Potong, de Bangkok, se situaba de golpe en el número #13. La notable presencia de restaurantes de la capital tailandesa parece responder a que este año las votaciones se han dividido en dos regiones, lo que ha favorecido a Bangkok, uno de los principales puertos de entrada a Asia.

El anuncio del número uno

Los nervios estaban a flor de piel cuando comenzó la cuenta atrás. Con cada puesto que avanzaba, los pálpitos se aceleraban. Llegábamos al top 5 con DiverXO y Etxebarri todavía con posibilidades. Todo podía pasar y nos colaban otro premio antes de desvelar los últimos nombres. Massimo Bottura y Lara Gilmore recibieron el premio Icon. Fueron los únicos que tuvieron espacio para un discurso, lo cual prolongaba el final, pero ¿qué podíamos esperar del anfitrión del evento?

Mitsuharu Tsumura subió al escenario entre lágrimas y agradecimientos (...). La decepción entre los compañeros españoles era latente.

Alchemist se quedaba en el quinto puesto y DiverXO todavía tenía esperanzas, aunque Dabiz Muñoz no se había dejado ver. Pero se quedaba a las puertas del podio. Y entonces, para estirar aún más el chicle y la agonía, llegaron los premios regionales. La tensión era máxima y por fin se desveló el ganador. Mitsuharu Tsumura subió al escenario entre lágrimas y agradecimientos que mezclaban inglés, emoción y orgullo local. Como de costumbre, el público estalló en ovación mientras lo hacía también un simpático cañón de serpentinas. La decepción entre los compañeros españoles era latente.

La fiesta y el 'after party'

Después del último aplauso, parecía que llegaba el momento de celebrar: la verdadera fiesta. Lo prometido eran pizzas de Franco Peppe, Massimo Bottura como anfitrión y un DJ set de Benny Benassi, así que todos los asistentes aceleraban el paso hasta el pabellón que había acogido el cóctel de bienvenida. La comida no llegaba y todos preguntaban por la pizza. Nadie sabía nada y el público volvía a apelotonarse en el stand del jamón.

 Los grupos empezaban a mezclarse y las estrategias se ponían en funcionamiento: un acercamiento por aquí, una foto por allá... Se iban tejiendo redes y alianzas que buscaban tener una oportunidad de rascar algo el próximo año. La sala comenzaba sospechosamente a vaciarse y la gente seguía preguntándose por la pizza. Resulta que el after party había empezado antes de que lo hiciese la party y la famosa pizza estaba en una sala contigua, así que todos acudieron en masa allí.

Los ganadores de la lista The World's 50 Best Restaurants 2025 / Cedida
Los ganadores de la lista The World's 50 Best Restaurants 2025 / Cedida

La música del famoso DJ ya sonaba y un calor pegajoso dominaba el ambiente. Todos esperaban ansiosos para probar la mejor pizza del mundo (según The Best Chef Awards), que no llegaba. Y no lo hacía, en parte, por una mala organización del espacio, que solo contaba con dos pequeñas salidas que acabaron por convertirse en la Batalla de las Termópilas. Los
hambrientos asistentes formaron una barrera humana que asaltaba de manera agresiva cualquier bandeja que saliese con comida, especialmente si contenía pizza.

La organización acabó por pedirles a los que ocupaban las primeras filas que se fueran para atrás, pero la respuesta fue nula. Los forcejeos por conseguir algo de comer —muchos de ellos
protagonizados por personas con bufandas rojas— seguían ocurriendo delante de las asustadas caras de los trabajadores del catering. Daba igual que los deliciosos tortellini con crema de parmesano estuvieran disponibles, todos querían una de las porciones de Franco Peppe.

Las estrategias se ponían en funcionamiento: un acercamiento por aquí, una foto por allá... Se iban tejiendo redes y alianzas que buscaban tener una oportunidad de rascar algo el próximo año.

El malestar era palpable y el calor no ayudaba. El ambiente estaba lejos de lo que se esperaba en una fiesta y muchos de los premiados de la noche abandonaron la sala antes de la medianoche. Hasta Benny Benassi, parecía preguntarse qué hacía allí. Poco a poco la cosa se fue relajando a medida que la gente renunciaba a comer y se daba a la bebida, pero
el goteo de personas que abandonaban la fiesta no cesaba.

Un cambio de música, menos techno, hizo que la cosa se relajara y la gente comenzó a bailar invocando a un Massimo Bottura rebosante de felicidad que entraba en acción disparando con pistolas de aire hacia el público. Un final de fiesta, que terminó sobre las 3:30 horas, que la ocasión merecía.

La gala de los 50 Best 2025 en Turín dejó claro que el mundo de la alta cocina sigue en constante movimiento y todavía puede dar sorpresas. Aunque también dejó claro que, en los
tiempos que corren, ya no solo importa lo fino que sea el plato, también el lenguaje con el que uno se cuenta al mundo. Y en esta gala, algunos hablaron más claro que otros.

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