El mejor vino para Sant Jordi: la única botella que es también una rosa

La bodega Gérard Bertrand, situada en el sur de Francia, elabora con uvas garnacha, syrah y cinsault este vino rosado y fresco que se presenta en una botella especial

Iker Morán, periodista y autor en Hule y Mantel

Periodista

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Vino Côte des Roses Rosé de la bodega Gérard Bertrand con su botella-rosa / Cedida
Vino Côte des Roses Rosé de la bodega Gérard Bertrand con su botella-rosa / Cedida

Año tras año el Sant Jordi más comestible va ganando protagonismo y la lista de productos con los que celebrar esta fecha no deja de crecer, desde el clásico pan de Sant Jordi que se elabora desde 1988, la más veterana, pero menos popular, tarta homónima y todo tipo de pasteles, chocolates, bombones y cócteles que emulan la típica rosa. O el dragón, como el simpático croissant, que este año han elaborado en la pastelería Brunells de Barcelona.

Pero es verdad que el mundo del vino va un poco a la saga. Y mira que lo del “día de vino y rosas” deja el lema en bandeja para los que se animen a reivindicar esta poética combinación. De hecho, ni siquiera se estila mucho promocionar algunos vinos rosados coincidiendo con esta festividad, tal y como sí ocurre con el 14 de febrero.

Vino Côte des Roses Rosé de la bodega Gérard Bertrand / Cedida
Vino Côte des Roses Rosé de la bodega Gérard Bertrand / Cedida

En cualquier caso, para quienes se animen con este 2x1 de vino y rosa hemos descubierto la opción perfecta: Côte des Roses Rosé de la bodega Gérard Bertrand, situada en el sur de Francia. Se trata de un rosado de la zona de Languedoc elaborado con uvas garnacha, syrah y la más desconocida pero muy habitual en esta región cinsault.

Un vino de color pálido al estilo de esos rosados tan de moda últimamente. Muy fresco y con notas de frutas rojas y florales —lo suyo es buscar el aroma a rosas hasta encontrarlo en nariz— si nos ponemos pedantes hablaríamos de un vino goloso. Vaya, un rosado rico, sencillo y que equilibra bien cierto carácter con la facilidad a la hora de beber. Y las ganas de servir otra copa.

Una botella de diseño único

Ramo de botellas Côte des Roses Rosé de la bodega Gérard Bertrand / Iker Morán
Ramo de botellas Côte des Roses Rosé de la bodega Gérard Bertrand / Iker Morán

¿Pero qué tiene de especial además del nombre para que hayamos bautizado este vino como el mejor para Sant Jordi? La clave está en la botella. O, mejor dicho, en su base, con forma de rosa. Un diseño que, según explican desde la bodega, está creado por una joven diseñadora de la École Boulle y que se ha convertido en un icono de esta gama, en la que también hay referencias de blanco y tinto.

Lo descubrimos en una reciente visita a Château L’Hospitalet que Gérard Bertrand —uno de los bodegueros más importantes de Francia y reconocidos a nivel mundial— tiene en las afueras de Narbona y que es parte de su pequeño imperio enológico. Un espacio que, además de hotel, cuenta con una propuesta gastronómica a tener en cuenta: entre sus restaurantes está L'Art de Vivre, comandado por el chef Laurent Chabert y con una estrella verde de la Guía Michelin 

Por aquí, claro, no se estila lo de Sant Jordi y, de hecho, el vino Côte des Roses Rosé se presenta precisamente como una celebración del "arte de vivir" en el Mediterráneo, simbolizado por esta flor.

En la propia tienda de la bodega las botellas de esta referencia se presentan en forma de ramo, así que ahí queda la idea para quien quiera regalar o brindar de la forma más original este Sant Jordi. Se puede encontrar en tiendas especializadas y también online en muchos comercios y con un precio de menos de 12 euros, la verdad es que tampoco anda muy lejos de lo que cuesta ya una rosa. Y esta, además, se puede beber y la botella puede servir para decorar.

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