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Ni 'light' ni saludable: la verdad sobre los refrescos sin azúcar y sus riesgos para la salud

Los refrescos ‘light’ sustituyen el azúcar por edulcorantes, pero estudios recientes muestran que aumentan el apetito, alteran la microbiota y elevan el riesgo de diabetes

Laia Shamirian, escritora gastronómica. Hule y Mantel

Periodista gastronómica, nutricionista y bióloga

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Chica tomando un refresco / Canva
Chica tomando un refresco / Canva

Los refrescos nacieron a manos de la farmacéutica como un alivio digestivo, bajo la creencia de que el agua carbonatada disminuía la hinchazón, ayudaba con las digestiones pesadas y que incluso estimulaba la producción de bilis. Se desarrollaron con diferentes sabores para popularizarlo, dando lugar a los refrescos más conocidos de la historia.

Tras el primer encuentro con la fama empezaron a llegar los inconvenientes. El azúcar añadido a estas bebidas carbonatadas contribuía a la ganancia de peso, al desarrollo de diabetes tipo 2 y aumentaba el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, por lo que en los años 80 la industria respondió a la inquietud creciente con una nueva modalidad: los refrescos light

Qué son los refrescos ‘light’

Según el reglamento europeo (RG 1924/2006) cualquier producto etiquetado como ‘light’, ‘lite’ o ‘ligero’ indica que la cantidad de uno o más nutrientes se ha reducido en un 30% respecto al contenido original.

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Vasos con distintos refrescos 'light' / Canva

Esta definición deja un amplio margen para la ambigüedad: reducido no significa inexistente. Un alimento rico en azúcares simples y calorías puede ser etiquetado como light si se ha reducido en un 30% su contenido en grasas. ¿El resultado? Un producto relacionado con el desarrollo de enfermedades cardiovasculares percibido como saludable por parte de los consumidores. 

Pero esta no es la única estrategia posible. Otra posibilidad para conseguir un producto ‘light’, extendida en el mundo de los refrescos, es la sustitución de los azúcares por edulcorantes acalóricos, reduciendo así el contenido de azúcares y calorías a 0 o prácticamente 0. 

Contraindicaciones de los refrescos edulcorados

La OMS lleva alertando desde 2023 que el uso prolongado de edulcorantes promueve el aumento de peso y un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. Una razón de peso para replantearnos nuestra relación con los refrescos ‘light’, y no la única. Existen contraindicaciones específicas relacionadas con los principales edulcorantes utilizados en los refrescos: la sucralosa, el acesulfamo K y el aspartamo.

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Latas de refresco de cola en hielo / Canva

La sucralosa es uno de los edulcorantes que provoca mayor activación del apetito, pero no de la saciedad. De tal forma que cuando tomamos un refresco ‘light’ edulcorado con sucralosa lo que ocurre es que se activan las papilas gustativas para el dulce, se abre el apetito y nuestro cuerpo se prepara para recibir glucosa en sangre.

Como la glucosa nunca llega, la sensación de hambre tras consumir una de estas bebidas aumenta hasta en un 17%, tal y como comprobaron en este estudio publicado en Nature Metabolism. El resultado es un mayor deseo de antojos dulces que acostumbra a verse saciado con el consumo de alimentos hipercalóricos. A la larga no solo no hay reeducación alimentaria, sino que continúa promoviéndose un consumo alto en azúcares y calorías a través de fuentes distintas al refresco.

En segundo lugar, el consumo de edulcorantes como la sucralosa o el aspartamo se presume como un causante de alteraciones en la microbiota. Como sabemos, la microbiota tiene un papel fundamental en la correcta absorción de nutrientes, en el buen funcionamiento del sistema inmunológico, en la prevención de la obesidad y en el mantenimiento de un buen estado anímico gracias a su papel en la síntesis de serotonina. Cuando la microbiota sufre alteraciones o daños, somos más vulnerables a infecciones, desarrollo de patologías e incluso hay un mayor riesgo de sufrir depresión clínica.

En este estudio llevado a cabo por la Universidad de Calgary observaron que efectivamente el consumo de refrescos ‘light’ con este tipo de edulcorante tienen impacto en la composición de nuestra microbiota lo que además de afectar a su normal funcionamiento conduce a un mayor riesgo de desarrollar prediabetes y múltiples enfermedades metabólicas. 

Qué hacer con los refrescos ‘light’

Los refrescos ‘light’ son una bebida que incluida de forma habitual en nuestro menú y a largo plazo promueven la ganancia de peso, aumentan el riesgo de sufrir diabetes tipo 2 y ciertas enfermedades cardiovasculares. Es injusto y muy poco acertado continuar hablando de estos refrescos como una opción saludable

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Botella y vaso con Coca-Cola, el refresco por antonomasia / Canva

De hecho, en 2023 el consumo de la versión ‘light’ de Coca-Cola superó el de la versión original azucarada, demostrando que los consumidores están decantándose por una opción percibida, erróneamente, como más saludable.

El error, como siempre en nutrición, no es el de disfrutar de un refresco de forma esporádica, por ejemplo, en temporadas veraniegas o celebraciones, donde la versión menos azucarada puede ayudarnos a mantener un cierto equilibrio estival. Si no que el peligro está en creer que por ser ‘light’ es tan saludable como un litro de agua

Este sesgo de percepción nos lleva a consumir muchísima más cantidad de refresco ‘light’ de la que nuestro organismo puede sostener sin sufrir perjuicios. Además, debido a la alteración que provoca en las señales de hambre y saciedad, no solo no nos ayuda a estar más sanos, sino que mantiene en un constante estrés a nuestro cuerpo, aumentando la apetencia por dulces hipercalóricos.

Así pues, si consumimos refrescos de forma habitual en nuestro día a día, el primer objetivo debe ser llegar a sustituir el consumo de ese refresco por agua, infusiones o , en lugar de por la versión light del mismo. Dejando las versiones y recetas de refrescos edulcorados para esas ocasiones esporádicas en las que queremos disfrutar de su sabor sin pasarnos con las calorías. 

De esta manera conseguimos cambiar de hábitos a largo plazo, disminuir el riesgo de padecer diabetes y otras enfermedades derivadas de la alteración de la glucosa e insulina en sangre, y continuar de vez en cuando disfrutando de un sabor más particular.