¿Cuántas veces nos hemos preguntado de dónde viene la receta que estamos probando en un restaurante? O mejor aún, ¿Cuántas veces te has preguntado por el origen de lo que comes? Cada uno de los platos servidos en nuestra mesa, tienen alguna historia detrás, un porqué. Ese, seguramente, es el oficio de la gastronomía: no solamente te permite evocar sabores, también logra que esos sabores tengan un origen que pueda ser narrado de generación en generación.

De todas las recetas provenientes de algún lugar de España, la del pan con tomate, también conocido en catalán como 'pà amb tomàquet', es la que se imaginaría que menos historia tiene. Pero ¿Por qué untar el pan en pulpa de tomate? Además de la buena combinación, ¿Qué otro motivo habría? Lo cierto es que, esta sencilla, pero icónica receta tiene un contenido histórico de fondo: la ruralidad, la necesidad y el campesinado de Cataluña.
El origen del pan con tomate: la recursividad para conservar los alimentos
El pan con tomate es una receta que ya no es solo proveniente de los catalanes —quienes lo denominan también pan tumaca o 'pantumaca'— sino que representa a la gastronomía española a nivel global. Y es que, tomar una tajada de pan, ponerlo un poco a tostar, para luego rallar el tomate hasta sacar su pulpa y untarla sobre el pan es un manjar, pero ¿Qué podría representar? ¿Por qué pan con tomate? No solo se trata de una combinación de sabores ideal, también tiene un motivo sencillo: humedecer el pan para que no esté seco ni se ponga duro.

Justamente, de esa necesidad es que nace la receta. Diferentes textos y hasta obras de teatro del siglo XIX y XX han relatado que se trata de una receta que se origina en el mundo rural de la época, en la que para aprovechar el pan y que no endureciera, las personas se dieron cuenta de que el tomate sería su mejor aliado.
El pan con tomate: una receta con historia en la literatura y en el teatro
El pan con tomate, antes de convertirse en un emblema de la gastronomía catalana y española, fue considerado un alimento humilde, propio de campesinos y de aquellos que necesitaban aprovechar el pan duro. No es casualidad que aparezca en obras literarias y teatrales para caracterizar a personajes de escasos recursos y gustos sencillos.
Uno de los primeros testimonios escritos sobre esta receta proviene del siglo XIX, cuando el humorista y ensayista Pompeu Gener la menciona en un poema que envió desde París a su amigo, el conde de Foxá en 1884. En él, Gener describe cómo el pan con aceite y tomate se había convertido en una tendencia culinaria, dejando constancia de su existencia en la cultura popular de la época.
Un siglo después, el escritor y gastrónomo Néstor Luján consolidó la historia literaria del pan con tomate en un artículo publicado el 19 de junio de 1984 en La Vanguardia. Según su investigación, la primera referencia documentada en la literatura catalana es precisamente la del poema de Gener.

Además de la literatura, el pan con tomate también llegó al teatro. Los dramaturgos Eduard Vidal y Rossend Arús lo incluyeron en sus obras para caracterizar a ciertos personajes como personas de gustos rústicos y modestos, lo que demuestra cómo la comida ha servido históricamente como un marcador social y cultural.
Hoy, lo que nació como una necesidad de reblandecer el pan duro con tomate se ha transformado en un símbolo gastronómico, capaz de unir tradición, literatura y alta cocina en una sola rebanada.
Ingredientes y cómo preparar la receta del pantumaca

Para continuar con la tradición y mantener esta receta llena de historia, sí o sí debes aprender a preparar un auténtico pantumaca. Para ello, necesitarás:
- Pan (preferiblemente de payés o rústico)
- Tomate maduro (de tipo pera o de colgar)
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal (al gusto)
- Ajo (opcional, para dar más intensidad)
Preparación paso a paso
1. Prepara el pan
Si usas pan de payés, corta rebanadas gruesas y tuéstalas ligeramente para que tengan una textura crujiente por fuera y tierna por dentro.
2. Frota el ajo (opcional)
Si quieres un toque más intenso, pela un diente de ajo y frótalo suavemente sobre el pan tostado. Esto le dará un aroma más potente sin resultar abrumador.
3. Añade el tomate
Corta los tomates por la mitad y frótalos directamente sobre el pan, asegurándote de impregnar bien la superficie con su pulpa. La clave es que el tomate esté maduro para que desprenda bien su jugo.
4. Aliña con aceite y sal
Una vez untado el tomate, añade un buen chorro de aceite de oliva virgen extra y espolvorea una pizca de sal al gusto.
5. Acompañamientos opcionales
Puedes disfrutar el pan tumaca solo o acompañado de embutidos como jamón ibérico, fuet o queso manchego. También es ideal con anchoas o butifarra.
La receta del pan con tomate no solo necesita seguir replicándose y apropiándose de ella como parte de la gastronomía catalana y española, también necesita que se mantenga su historia y su importancia a nivel cultural y social.