Antes de hablar de los alimentos ideales para potenciar nuestro bronceado, lo más importante es entender qué ocurre en nuestra piel cuando llega la larga exposición solar de verano. Nuestra piel sabe bien dos cosas: gracias al sol produce vitamina D, una vitamina crucial para nuestra salud, pero también debido al sol, concretamente los rayos UV, las células pueden sufrir daños irreversibles.
El principal mecanismo que nuestro organismo desarrolló para hacer frente a esta dualidad es producir melanina, el pigmento responsable del bronceado veraniego. De esta manera, el cuerpo puede asumir ciertas cantidades de radiación solar, con algo menos de daño celular.
Teniendo eso en cuenta, y siempre siguiendo el consejo dermatológico sobre el uso de cremas solares, cuando hablamos de una alimentación para favorecer el bronceado lo que estamos buscando son ingredientes que estimulen la producción de melanina, que disminuyan el daño celular eliminando radicales libres, y, si es posible, que eviten las manchas solares o léntigos solares.
A continuación, una lista de esos alimentos e ideas de recetas, para conseguir la piel más sana y bronceada de la que has disfrutado en toda tu vida.
4 nutrientes importantes para conseguir un moreno saludable
Jugos verdes, frutas frescas, tortilla francesa, una tapita de espárragos verdes, e incluso tu hummus favorito, con un toque distintivo, son recetas que pueden incluir las vitaminas y antioxidantes que estás buscando para broncearte este verano. Y es que una vez descubrimos los nutrientes que hacen que comerlos valga la pena, entramos en un festín de sabor y aromas. Aquí van los cuatro nutrientes que debes tener en cuenta y cómo introducirlos en tu día a día.
Betacarotenos
El betacaroteno es sinónimo de anaranjado, es la tonalidad que reina entre pimientos, zanahorias, boniatos, etc. También es el color que se camufla tras el verde clorofila en las verduras de hoja oscura como grelos, canónigos o espinacas.
El betacaroteno es parte intrínseca del pimentón, el orégano y el laurel, aunque por su uso comedido no se considera una fuente principal. Bajo la mirada de la ciencia, el betacaroteno es pigmento y es precursor de la vitamina A, que tiene un papel fundamental en la buena salud ocular y en la salud de la piel. Ahora bien, su rol no es el de ponernos más morenos, sino facilitar que eso ocurra.
El ligero tono bronceado que algunos achacan a un gran consumo de zanahoria, no se trata de una piel más morena, sino de una piel que ha almacenado ligeras cantidades de betacaroteno en la dermis, luciendo algo más dorada. Sin embargo, hay algo que la vitamina A sí que puede hacer por nosotros: elimina radicales libres y favorece la síntesis y activación de los melanocitos, que son las células responsables de sintetizar la melanina.
De tal forma, que tomar jugos verdes con espinacas, hummus de zanahoria o escalivada veraniega, no nos pone morenos al instante, sino algo mucho mejor: repara nuestra piel y la prepara para que las células responsables de nuestro bronceado estén a punto.
Vitamina E
La vitamina E es la vitamina de la piel por excelencia. Es una de las vitaminas más antioxidantes, antiinflamatorias y reconocidas por devolver la jugosidad y la elasticidad a la piel. Está presente en altas cantidades en almendras, bonito, atún y yema de huevos y es muy común dar con ella en forma de aceites, cremas o como suplementos alimenticios.
Pero, ¿cómo sacarle provecho durante el verano? Resérvala para la cena y asegúrate de utilizar algo de vitamina E de forma tópica después de una semana de playa, no antes. La razón es que la vitamina E nos ayudará a disminuir el daño oxidativo, lo que favorece una piel más sana, pero también tiene cierto poder despigmentante, un potencial muy utilizado para disminuir manchas de la piel, pero que no nos interesa aplicar antes de obtener nuestro bronceado, pues reduciría la acción protectora y bronceadora de la melanina.
Ahora bien, una buena tortilla francesa con pan con tomate, y un poco de bonito o atún en aceite para cenar, es una idea fantástica para aportar buenas cantidades de vitamina E, ayudando a la regeneración y rejuvenecimiento de la piel.
Tirosina
La tirosina es un aminoácido que juega un papel fundamental, sin él no se podría sintetizar la melanina y no existiría ningún tipo de bronceado. Este aminoácido está como tal en carnes, pescados, quesos y legumbres, aunque parece que nuestro organismo a la hora de sintetizar melanina prefiere que consumamos fenilalanina, presente en huevos, pescado y espárragos, para después convertirla él mismo en tirosina.
En cualquier caso, ambos grupos de alimentos son esenciales para poder ponernos morenos. Así que no olvidéis tomar vuestra tapa de espárragos, blancos o verdes, continuad tomando bonito encebollado o un buen timbal de atún con pimiento, que además contienen mucha vitamina E.
Vitamina C
Una pizca de perejil en nuestros platos, pimiento rojo crudo a diario y una pieza de kiwi o dos de naranja en los desayunos, nos asegura unas buenas dosis de vitamina C. Esta vitamina, al igual que ocurría con la vitamina E, es un poderoso antioxidante.
La vitamina C no solo ayuda a reducir el daño celular por rayos UV, sino que también es una pieza clave en la síntesis de colágeno. Como ya sabemos, el colágeno mantiene nuestra piel firme y resistente, pero también se ve dañado por el sol, por lo que es importante promover su buen estado y síntesis.
Además, la vitamina C también regula la síntesis de melanina y se ha visto que es de gran ayuda a la hora de evitar la formación de manchas solares. Por eso asegurar buenas cantidades de vitamina C en nuestro día a día, nos ayuda a obtener un bronceado más uniforme y una piel sana, jugosa y reparada.
Eso sí, a diferencia de la vitamina E, que también da buenos resultados en forma de aceites y serums, los estudios señalan que la vitamina C puede no ser tan recomendable en cremas y usos tópicos, porque es más sensible a la exposición solar y tiene mayores dificultades para penetrar la dermis. Por eso, nada mejor que inundar nuestros días de verano con macedonias refrescantes llenas de kiwi, naranja, mango, ensaladas de pimiento crudo con tomate y queso feta o pimientos asados con huevo duro. Disfrutaremos no solo de una gran mesa sino del mejor bronceado de nuestras vidas.
Así, para lucir una piel espectacular este verano, haz que tu desayuno sea abundante en kiwi, naranjas, mango, que incluya huevos revueltos o deja para la cena una tortilla francesa, junto a zanahorias asadas decoradas con cacahuetes. Que no falte el atún, el bonito, en escabeche, encebollados, y hortalizas frescas como los pimientos y los espárragos en sus cientos de formas veraniegas: los pimientos asados o en untable, y los espárragos, solos, frescos con toque de mayonesa o verdes y dorados junto a un rico revuelto de gambas. Nutriendo así tu piel, restableciéndola de la oxidación solar, manteniéndola firme y bronceada mientras tú sigues disfrutando al cien por cien de una excelente mesa de verano.