Torreilles y Canet-en-Roussillon (Francia): dónde comer en este paraíso a dos horas de Barcelona

En el sur de Francia encontramos playas interminables, pueblos encantadores, vinos excelentes y una sabrosa gastronomía que no entiende de fronteras

Yolanda Cardo

Fotógrafa y redactora

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Club de Playa La Baraquette, en la playa de Torreilles (Francia) / Yolanda Cardo
Club de Playa La Baraquette, en la playa de Torreilles (Francia) / Yolanda Cardo

Con la llegada del buen tiempo y las vacaciones a la vuelta de la esquina apetece desconectar. Y lo mejor es que no hace falta recorrer miles de kilómetros para encontrar el paraíso. Está mucho más cerca de lo que pensamos, justo donde los Pirineos se suavizan y se sumergen en las azules aguas del Mediterráneo.

Nos vamos al sur de Francia, a las tierras de los Pirineos Orientales, en la histórica comarca del Roussillon, concretamente a Torreilles y Canet-en-Roussillon, dos apacibles municipios que lo tienen todo: paradisíacas playas kilométricas, naturaleza, cultura, buenos vinos y, como no, una rica gastronomía.

Además de todos estos reclamos, la cercanía con nuestro país es otro punto a tener en cuenta, ya que ambas localidades se encuentran a poco más de dos horas en coche desde Barcelona y una desde Girona. Aunque también se puede llegar en tren, autobús o avión hasta Perpiñán, incluso en barco a los puertos de Port-Bacarès, Sainte Marie la Mer y Canet-en-Roussillon. Ahora que sabemos cómo llegar, veamos qué gratas sorpresas nos esperan.

Torreilles, “un pequeño rincón del paraíso”

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Toreilles posee un litoral privilegiado de extensas playas salvajes / Yolanda Cardo

Este “pequeño rincón del paraíso”, como dicen los torreillans, es un encantador pueblo con fuertes raíces catalanas. Y es que la comarca del Roussillon perteneció durante siglos a la Corona de Aragón y formó parte de los dominios españoles hasta la firma del Tratado de los Pirineos en 1659.

Por eso su identidad y su cultura se perciben en su casco histórico desplegado entre callejuelas, plazas medievales y casas tradicionales de ladrillo rosa y guijarros, como las de la rue du Vallespir, la rue de la Panna o la rue Llobet donde se ubica La Vieille Demeure, una antigua casa señorial del siglo XVII reconvertido en un encantador hotel donde disfrutar del lujo de la tranquilidad.

Torreilles presume de un entorno natural excepcional que podemos disfrutar, bien, poniendo a prueba nuestras habilidades motrices con alguna de las actividades organizadas por APLPO (Asociación de Profesionales de ocio en los Pirineos Orientales): excursiones a pie o en bicicleta, padel-surf, kayak o divertidos paseos en canoa, aptos hasta para los más inexpertos y patosos del grupo; o sencillamente cayendo rendidos ante la belleza de las espléndidas playas salvajes de la región.

Dónde comer en Torreilles

Dos restaurantes y una bodega nos hacen entrar en contacto con el universo gastronómico del municipio de Torreilles: producto de proximidad y excelentes vinos nos esperan. 

La Baraquette: del mar a la mesa

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Buen producto en el Club de Playa La Baraquette de Torreilles / Yolanda Cardo

Precisamente aquí, arropados por una hilera de dunas y con unas espectaculares vistas sobre la costa, se encuentra el Club de Playa La Baraquette. Fred, su atento propietario y también cocinero, elabora los platos con producto de proximidad (máximo 50 km). Una carta diversa y muy apetecible en la que no faltan los mariscos, moluscos y pescados frescos capturados en la zona, pero tampoco las carnes, las verduras y las referencias a la gastronomía española como, las patatas bravas, las croquetas o la tabla de ibéricos con pan con tomate.

El broche final lo ponen los quesos, la pavlova con frutos rojos, un dúo de ganaches flor de sal y aceite de oliva o el irresistible café gourmand, que para los que no lo sepan es un café servido con versiones en miniatura de los postres. // La Baraquette. Plage Centrale, 66440 Torreilles (Francia).

Buena Boca: tapas con acento español

Buena Boca es una dirección muy recomendable en Torreilles / Yolanda Cardo
Buena Boca es una dirección muy recomendable en Torreilles / Yolanda Cardo

Regresamos al centro de Torreilles para probar Buena Boca, un establecimiento con espíritu de taberna y ambiente acogedor. Ofrecen una variadísima oferta de tapas y platos típicos españoles elaborados con ingredientes regionales y de nuestro país. La carta es toda una declaración de intenciones: charcutería ibérica, como la cecina de León, jamón serrano o pata negra de bellota, pimientos de Padrón, morcilla, sobrasada, escalivada, patatas bravas o anchoas de l’Escala.

Además, encontrarán calamares, gambas o el popular ceviche, y preparan un carpaccio de piña delicioso perfecto para “compensar” cualquier exceso. En cuanto a vinos, tienen hasta 150 referencias de viñedos de Francia, España, Italia y Austria. // Buena Boca. 29 Avenue Mar Joffre. 66440 Torreilles (Francia).

Domaine Pagnon: vinos, zumos y confituras

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Vinos y zumo de la bodega Domaine Pagnon en Torreilles / Yolanda Cardo

Los hermanos Martie y Pierre Pagnon son ya la quinta generación al frente de esta bodega y explotación familiar ubicada en el corazón de la llanura del Rosellón. Un entorno privilegiado, entre el Mediterráneo y los Pirineos Orientales, donde no solo elaboran excelentes vinos, finos y muy aromáticos, de las I.G.P. y A.O.P. Côtes Catalanes, Côtes du Roussillon, Muscat de rivesaltes y Rivesaltes tuilé, también producen aceite, vinagre y zumos de uva, higo chumbo o albaricoque rouge du Roussillon con el que además hacen una confitura deliciosa.

Organizan visitas, previa reserva, aptas para todos los públicos, para descubrir el proceso de elaboración de sus vinos. Los más pequeños disfrutarán de lo lindo en la antigua bodega familiar construida por su bisabuelo a finales del siglo XIX en una espectacular finca en el centro de Torreilles. // Domaine Pagnon. Rue des Oranges. 66440 Torreilles (Francia).

Canet-en-Roussillon: “la french catalana”

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Puerto deportivo de Canet-en Roussillon (Francia) / Yolanda Cardo

Abandonamos Torreilles dirección sur hacia nuestra siguiente parada, Canet-en-Roussillon, “la french catalana” la llaman, una vibrante localidad costera con todos los ingredientes para una escapada inolvidable. Playas infinitas de arena fina y rutas para descubrir los paisajes naturales del estanque de Canet con la imponente silueta del Canigó al fondo; los del arboreto de Mas Roussillon en la llanura de la Salanca, un espacio protegido que alberga más de 500 especies mediterráneas y exóticas; o la bonita postal del antiguo poblado de pescadores a las afueras del municipio.

Por último, antes de rendirnos a su gastronomía, Canet-en-Roussillon tiene uno de los acuarios más espectaculares de Francia, ONIRIA. Son cerca de 3.500 m2 consagrados a los diferentes ecosistemas marinos y los fantásticos seres que los habitan. Con una museografía inmersiva, la visita comienza en las altas cumbres del Canigó para descender hasta el mar recreando el viaje de una gota de agua. La equipación alberga más de 3.500 criaturas de 660 especies repartidas en diversos acuarios que recrean sus hábitats. No se pierdan el reino de los tiburones ni los divertidos y coloridos peces tropicales.

Dónde comer en Canet-en-Roussillon

Productos del mar y platos de inspiración española mandan en estos dos establecimientos, un restaurante y un beach club de Canet-en-Roussillon. Para culminar, la visita, una bodega cooperativa que nos lleva hasta la localidad de Collioure.

Can Marcel: la sabrosa excelencia de un Toques Blanches

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Las 'poêlée de Saint-Jacques' (vieiras) del restaurante Can Marcel / Yolanda Cardo

Ahora sí, toca sentarse alrededor de una buena mesa. Lo hacemos junto al puerto, en el restaurante del chef Christophe Perrin, que pertenece a la asociación Toques Blanches du Roussillon. La distinción que le otorga este grupo de excelencia se percibe nada más entrar en el luminoso y acogedor espacio decorado con motivos marineros. Ya acomodados llega el momento de rendirse a los sabores de su cocina casera, muy bien elaborada, basada principalmente en pescados y mariscos y especialidades catalanas.

Los productos del mar, frescos y de temporada, conforman el ADN de una carta francamente irresistible. Por ejemplo, en los sabrosos pescados que sirven enteros, en los calamares a la plancha, los mejillones gratinados o en las deliciosas poêlée de Saint-Jacques (vieiras). En cuanto a las especialidades catalanas vemos la espectacular mariscada o la sarsuela (zarzuela) de Can Marcel y la fideuá terre et mer (un plato para valientes o gentes de buen comer). Y si queda sitio para el postre, tomen el café gourmand. // Can Marcel. 101 Promenade de la Côte Vermeille. 66140 Canet-en Roussillon (Francia).

Naudo Beach Club: tapas, cócteles y buena música frente al mar

Raciones para compartir en Naudo Beach Club de Canet-en Roussillon / Yolanda Cardo
Raciones para compartir en Naudo Beach Club de Canet-en Roussillon / Yolanda Cardo

Qué mejor que un buen “chiringuito” para coronar un día de playa. Pues en Canet-en Roussillon el Naudo Beach Club es uno de los más animados. Su éxito radica en ofrecer la combinación perfecta entre un buen ambiente amenizado con música, cócteles refrescantes y una variedad de platos y tapas para compartir.

En la carta, además de carnes y pescados, encontramos guiños a la cocina española, como las croquetas de jamón ibérico y manchego, anchoas de Vinarós o las tablas de ibéricos. También perfectos para compartir la planche Grecque con humus, olivas de kalamata y pan de pita, los tomates del Roussillon con burrata cremosa o el carpaccio de buey. // Naudo Beach Club. Km 1, Route de Saint-Cyprien. 66140 Canet-en-Roussillon (Francia).

Le Cellier des Dominicains

En Le Celler des Dominicains elaboran vinos vinos A.O.P Banyuls y Collioure / Yolanda Cardo
En Le Celler des Dominicains elaboran vinos vinos A.O.P Banyuls y Collioure / Yolanda Cardo

Como colofón a la escapada, un relajante viaje en catamarán nos llevará hasta Collioure para una última visita a un lugar muy especial. Hace unos meses os contamos los imprescindibles para disfrutar de esta bellísima localidad costera, conocida como “la perla de la Costa Bermeja”, nada menos que el lugar donde Henri Matisse y André Derain alumbraron el fauvismo. Pues bien, aquí va otra sugerencia para redondear la lista, Le Cellier des Dominicains, una bodega cooperativa ubicada en un antiguo convento de los dominicos del siglo XIII.

Hay algo espiritual, casi místico, en el interior de este imponente edificio que tras la Revolución Francesa pasó a manos del Estado, sirviendo como depósito de artillería, hasta que en 1926 los viticultores de Collioure lo compraron en subasta. Desde entonces, en vez de armas y munición, bajo sus muros centenarios se producen y almacenan los vinos de un terruño excepcional. Pero la mejor manera de percibir y entender su historia es apuntarse a una de sus catas y aprender mientras disfrutamos de sus mejores vinos A.O.P Banyuls y Collioure. // Le Cellier des Dominicains. Place Orphila. 66190 Collioure (Francia).